Esta bebida es un licor dulce originario de Michoacán que se produce desde 1857, similar al ron pero un poco más brava y que gracias a su sabor y características, ha merecido la Denominación de Origen, junto con otras 15 denominaciones en México.
Esta bebida es oriunda de la región michoacana de Uruapan, y se extrae de la fermentación de la caña de azúcar, su color es hermoso, parecido al ámbar y su efecto, cuentan los expertos, es maravilloso.
El cerro La Charanda
Su nombre viene del cerro La Charanda, ubicado en Uruapan y que en purépecha quiere decir ‘tierra colorada’.
Son 16 los municipios donde se produce la charanda; Los Reyes, S. Escalante, Tacámbaro, Tangancícuaro, Nuevo Urecho, Tancítaro, Taretán, Tocumbo, Turicato, Uruapan y Ziracuarétiro, Ario, Cotija, Gabriel Zamora, N. Parangaricutiro y Peribán, todos ellos se encuentran a una altura de entre 1600 a 3800 metros sobre el nivel del mar, regiones donde se encuentra una gran cantidad de volcanes extintos, lo que le aporta mayor dulzura de la caña.
Para elaborarla, usualmente se utiliza el jugo de la caña pero también sus derivados como el piloncillo, la melaza o el melado y su resultado final nos regala un destilado delicioso con un porcentaje de unos 55 grados de alcohol.
Su sabor es dulce debido a la presencia de la cantidad de azúcar de caña o derivados, así como la sacarosa y el hierro. Su color ámbar se debe a las barricas de encino o roble en las que reposa, aunque también hay charanda blanco.
Nunca se extinguirá…
O al menos no en un montón de años, ya que a diferencia del tequila, los ciclos de producción de la caña son muy diferentes y más afortunados que los del agave, el cual requiere de siete o más años para producirlo. Por fortuna, para producir charanda hay dos oportunidades al año.
Además, es un producto artesanal y de consumo generalmente local, aunque poco a poco ha trascendido fronteras, y tal como te lo dijimos en un principio, es un producto de ir más allá, aunque esperemos que los productores con un poder masivo respeten los ciclos naturales de las planta para no llegar a ponerlo en peligro.
¿Cómo tomarlo?
Lo ideal es que lo pruebes solo, como lo haces con el mezcal o el tequila, pero este también combina bien con mezcladores como jugos, sodas, aguas frescas e incluso otros licores.
Seguro su sabor permanecerá en tu garganta por un buen tiempo, con el cual generarás el recuerdo de un sabor inolvidable.
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