El restaurante en el que todo amante del arte debe comer al menos una vez en su vida

El restaurante en el que todo amante del arte debe comer al menos una vez en su vida

El restaurante en el que todo amante del arte debe comer al menos una vez en su vida

“Un cocinero se convierte en artista cuando tiene cosas qué decir a través de sus platos, como un pintor en un cuadro…” Joan Miró.

En el 2007, el mundo del arte se encontró envuelto en una polémica gastronómica cuando Roger Buergel, director de Documenta 12 anunció la participación del chef catalán Ferrán Adriá en el selecto encuentro internacional de arte contemporáneo, despertando confusión y curiosidad entre el medio artístico. Esta invitación generó un debate acerca de la naturaleza creativa de la gastronomía y si además de ser reconocida como expresión cultural podría considerarse también un arte. 

Desde luego, la cocina representa un campo abierto a la experimentación, donde la creatividad y la imaginación tienen un papel fundamental al generar platillos que van más allá de cubrir una necesidad básica, con propuestas vanguardistas como la cocina molecular que ha encontrado nuevos soportes y métodos para manifestar las posibilidades de los alimentos y su composición. 

Hay quienes consideran que en la cocina influyen también las formas, los colores y las texturas para transmitir sensaciones y recuerdos a través de la memoria gustativa. Cuando los sabores se manifiestan en colores para el paladar, se convierten en ideas y vehículos para la imaginación como las recetas creadas por Leonardo Da Vinci, o en letras como en las páginas del recetario de Sor Juana Inés de la Cruz que describe con rimas y metáforas la cocina novohispana.

Las artes y la gastronomía son fuente de experiencias estéticas, al igual que un cuadro o una fotografía, los sabores y tonalidades de los alimentos ácidos, salados, dulces, y amargos, son los trazos efímeros de los lienzos de la cocina. Otro de los paradigmas que plantea la colaboración de Adriá en la muestra contemporánea es el surgimiento de un panorama donde pueden convivir ambas disciplinas, en espacios diseñados para el goce cultural que deja de lado los juicios teóricos y los sustituye por momentos de disfrute y placer. 

La cocina no puede disfrutarse en un museo porque no es una creación para contemplar, por ello necesita lugares para conectarse con el público, y uno de los emprendedores que ha desarrollado este concepto en México es el chef y artista español Paco Pepe Posada, quien desarrolló un sitio para la difusión cultural que reivindica la cocina como espacio creativo, donde la fusión es la palabra clave para generar el equilibrio perfecto.

“38 significa fusión, es un número complementario: la perfección del 3 unido con el infinito representado en el 8. Es una fusión de lo bueno que nos ofrece el mundo: la comida, la bebida, la buena compañía, música fenomenal”.

“Treinta y Ocho” continúa con la misión de promover las expresiones artísticas, y en colaboración con Cultura Colectiva presenta este año la fusión “Sabor a lienzo”, un ciclo de exposiciones con artistas emergentes que promueven la unión arte-gourmet. Este proyecto experimenta un concepto que presentará durante 2017 una variedad de propuestas creadas por artistas que se desarrollan en México para degustar, a través de las paredes del lugar, deliciosos maridajes con la fotografía, las artes gráficas y la pintura.

Además este espacio de cocina mediterránea no sólo añadirá a su carta una serie de exhibiciones plásticas, pues también integra a esta iniciativa un ingrediente de labor social, a beneficio de una fundación para cada exposición, con el fin de recaudar fondos dirigidos a diversas causas que hacen de nuestro país una mejor sociedad. 

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Sobre la exposición actual

GRÉGORY GAYDU

La cuarta edición del ciclo presenta la obra fotográfica de Grégory Gaydu que nos recuerda que el mundo fluye entre dualidades, opuestos que se atraen y se repelen generando ritmos de energía en balance para hallar la armonía. Blanco y negro, bueno y malo, muerte y vida, luz y oscuridad son batallas y contrastes interminables y necesarias para experimentar el equilibrio. La oscuridad no es sinónimo de ausencia, es tan sólo la confirmación de que existe frente a nosotros algo más allá de lo evidente. Cada uno de nosotros es al mismo tiempo luz y sombra, y entre ambos paralelos existe una gama infinita de matices que tiñen nuestra personalidad y que varían tanto como los efectos que los colores tienen sobre nuestra vida.

¿Quién habita la oscuridad? es una de las interrogantes que Grégory Gaydu plantea en sus retratos que enfatizan el valor de la presencia humana que irrumpe con curiosidad el misterio de la mitad oculta que lo compone y lo domina por instantes, hasta que explota el color centelleante que posee su naturaleza, y las vibraciones que lo componen salen a la luz reventando en los límites de su fotografía.

Grégory Gaydu es capaz de sumergirnos en la oscuridad que nos atormenta para luego estallar en exclamaciones y gritos de luz.

No te pierdas esta exposición del 21 de septiembre al 20 de octubre en el restaurante Treinta y ocho, ubicado en Cozumel 38 en la colonia Roma Norte.

Además puedes acompañar tu visita con el cóctel Gaydu, creado especialmente para la exposición, inspirado en el contraste del color y la sombra, compuesto por sambuca negro, crema, leche, ralladura de chocolate y granos de café en una fusión que llenará de arte tu paladar.

También puedes disfrutar la obra de Grégory Gaydu en Instagram y Facebook.

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La gastronomía es una expresión creativa de la naturaleza humana, y por ello está íntimamente relacionada con las artes, para muestra destacamos su presencia en el cine con la receta de Francis Lord Coppola para hacer el spaguetti perfecto en “El Padrino”, y en la literatura que enloqueció de tanta comida en la cocina de Don Quijote.

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