La adolescencia es una etapa frenética y desbocada, casi como un trance en el que no se encuentra aún la identidad como adulto, pero tampoco sé es un niño. Es en esa etapa en la que solemos tomar gran cantidad de decisiones que guiarán el camino hacia cómo nos desarrollaremos en la vida adulta. Por eso, resulta complicado que éstas las decidamos cuando aún estamos en una etapa de mucha inmadurez.
Durante la adolescencia y juventud adulta nuestra vida suele girar en torno al ambiente escolar, es cuando conocemos a gran parte de nuestros amigos y personas que modificarán nuestra manera de pensar y actuar. Entre aulas y pizarras, noviazgos y amistades, podemos encontrar también a nuestros maestros, quienes aún cuando, en algunos casos, no lleguemos a simpatizar del todo con ellos, están en buena posición para aconsejar y advertir a los jóvenes sobre la vida adulta.
Estos cinco consejos de un maestro a sus alumnos de preparatoria no son regaños ni órdenes, sino todo lo contrario, son una invitación para hacer y pensar por sí mismos, para tomar la iniciativa sobre sus vidas, a no esperar a nadie más ni a esas promesas de un futuro idílico. La vida y el mejor rumbo son, a fin de cuentas, responsabilidad personal.
1. No te tomes de forma tan mortal el juego de las calificaciones. Eso, a corto plazo, puede indicar que eres una persona cumplida, responsable y está muy bien, pero a largo plazo, ya en el mundo real, cuando tengas que valerte por ti, las buenas calificaciones no te servirán de mucho.
2. Haz cosas. Lleva adelante lo que sea en lo que creas que eres bueno, ya sea en el arte, el deporte, la pintura, entre otros. Asistir sólo a la escuela y no hacer nada más, definitivamente te dejará con cierta, digamos, inutilidad práctica.
3. Complementario a lo anterior: consigue un empleo. Aprende directamente del mundo real, entra en contacto con personas que te sirvan de apoyo, con las que puedas crecer, que sepan más o hayan hecho cosas que puedas tomar como ejemplo. Sí, es divertido hacer el tonto y vivir la estupidez del grupo, pero eso tarde o temprano pasará y llegará el momento en que la estupidez e irresponsabilidad dejen de ser “cool”.
4. Sácale el máximo potencial a Internet. Hay infinidad de documentales, videos, juegos, archivos que te podrían llevar a dar un salto cuántico en tu cultura y conocimiento general. ¿Por qué esperar la clase de biología o inglés cuando fácilmente puedes abrir el buscador y aprender de forma más directa y sin restricción de horario? Las escuelas hoy cumplen un rol formativo y social, pero ya no son depositarias del conocimiento. Pueden servirte, claro, pero Internet ahora te ofrece la posibilidad de estar un paso adelante. Úsalo de manera sabia.
5. Y una última cosa —por el momento—: los dramas son divertidos, dan para tener algo de qué hablar y, al final, te dejarán cierta experiencia y buenos recuerdos, pero son como vasos de agua, no te ahogues en ellos. Dentro de unos cuantos años tendrás asuntos de verdad importantes en los que preocuparte, créeme.
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Las generaciones están marcadas por el contexto social y político en el que se desarrollan, tal como se ha definido en los últimos años a los millennials, como jóvenes caprichosos pero capaces de alcanzar el éxito, por eso, ¿sabes por qué se ha convertido en un insulto que te digan millennial?