Nunca vas a tener el cuerpo de tu actriz de cine favorita, ni mucho menos lucirás como ella comprando ropa parecida. Si esto rompió tu corazón, piensa en todo lo que le has hecho a tu cuerpo tratando de imitar un cuerpo que no te pertenecerá ni en sueños; quizá suene demasiado cruel, pero no más de lo que has sido contigo misma al someterte a dietas y tratamientos a base de líquidos que no hacen más que engañar y forzar tu organismo de formas que ya habrían deseado los nazis a la hora de torturar a sus víctimas.
Tienes razón, quizá no hay nada de malo en querer ser bonita, lo terrible viene cuando comienzas a maltratarte a ti misma para conseguirlo. Si te propones a buscar en la Internet una nueva dieta o tratamiento es seguro que obtengas cientos de resultados, pues cada día alguien en cualquier punto del planeta “descubre el remedio definitivo para el sobrepeso”, sólo basta cargarlo de tonos amarillos ─que según la teoría de los colores es el que se recomienda para anunciar novedades u ofertas─ para que gastes tu dinero una vez más.
Lo que probablemente nadie te ha dicho, pero ya deberías saber es que no hace falta que te martirices pensando que esa grasa es una especie de maldición divina, pues en realidad se trata del resultado de una serie de hábitos y malas prácticas que han entorpecido a tu organismo. Así que ya basta de sacar tu tarjeta de crédito sólo para comprar un “nuevo tratamiento” y mejor sigue estos consejos que te ayudarán a llegar al peso que buscas.
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Dormir bien
Si no descansas bien, tu cuerpo tratará de encontrar otras fuentes de energía para poder realizar sus actividades y la fuente más inmediata para obtenerlo es a través de la comida; así que tu cuerpo inmediatamente buscará aquellos alimentos con una mayor cantidad de proteínas y calorías que no siempre serán desechadas rápidamente.
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Comer cinco veces al día
Obviamente no se trata de tomar una gran cantidad de alimentos en cada sesión; de hecho es más como una forma de distribuir todo lo que ingieres en pequeñas porciones para que tu metabolismo se encuentre en movimiento constante y se ejercite incluso sin que te des cuenta. Lo que ocurre con las comidas concentradas es que al ser pesadas entorpecen el funcionamiento de tu cuerpo, lo que hace que gane peso.
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Consumir cereales integrales
Aunque el mundo se empeñe en decirte lo contrario, no todos los cereales que consumes son buenos para tu salud; hay algunos como los refinados ─que en su mayor parte provienen de la harina blanca─ que contienen azucares añadidos. Siempre es mejor consumir productos de variedad integral; desde arroz hasta pan, ya que la fibra de estos productos te ayudan a depurar tu organismo haciendo que trabaje más rápido.
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Desayunar todos los días
No por nada el desayuno es la comida más importante del día. Ya son varios estudios los que relacionan el alimento por las mañanas con la hipertensión, obesidad y diabetes. Tomar el desayuno ayuda a que tu metabolismo trabaje más rápido y a impedir que tu cuerpo te exija comer compulsivamente durante el día sin importar los horarios.
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Lleva una dieta balanceada
Hay quienes te recomiendan cortar por completo tu consumo de carne para llegar a un peso ideal. Sin embargo, no importa que los vegetarianos tiendan a tener menos grasa en sus cuerpos, si acostumbras a comer carne sólo bastará con que bajes los niveles de ésta y le des mucha más prioridad a los productos de origen vegetal.
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Comer más en casa
Además de que ahorrarás un poco de dinero, al preparar tu propia comida podrás controlar los niveles de calorías y proteínas que entran a tu cuerpo. Diversos estudios demuestran que la comida que compras en la calle o pides a domicilio es la que más te engorda; ya que los dueños de este establecimiento ponen más atención a los sabores y condimentos que a los nutrientes de sus productos.
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Reduce la sal
No es ningún secreto que comer sal en exceso podría asesinarte. Gracias a que eleva la presión arterial, puede ocasionar problemas cardíacos severos; además hace que tu cuerpo retenga líquidos lo que causa un aumento de peso muy difícil de contrarrestar en poco tiempo.
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¿De qué sirve tener el cuerpo que quieres si has llegado a él a base de sufrimiento? Cuando quieres sentirte bien siempre, es mejor que aprendas a consentirte; sólo así las cosas fluirán como lo esperas; desde un cuerpo que se ve bien, hasta una vida sana y libre de presiones sociales que te digan cómo verte para ser considerada bella.