Marilyn Monroe, un nombre que todos ubican, famosa actriz, uno de los mayores iconos del éxito y belleza hollywoodense de los 50 y 60.
Todos la admiraban, estrellas de cine, política, moda y otros ámbitos, intentaban acercarse a ella y ser parte de su círculo social. Los medios seguían cada paso que daba y se convirtió en todo un referente de la época en muchos sentidos.
Las marcas más costosas la buscaban para protagonizar sus campañas publicitarias y regalarle los lujos que una personalidad de su talla se merecía; ¿pero saben qué? Aunque sí fue amante de las joyas, prendas costosas y obsequios, también tenía un lado sencillo y más humano.
Una de sus últimas sesiones fotográficas fueron en la arena de la Bahía de Santa Mónica, donde lucía feliz, cómoda y abrigada con un grueso suéter de lana que cubría lo necesario y dejaba ver sus largas y claras piernas.
Fue una sesión muy natural, dejando que el aire jugara con su pelo mientras ella sonreía inesperadamente, no había poses, solo una guapa chica disfrutando de la playa. El trabajo estuvo a cargo del fotógrafo George Barris quien tenía la intención de captar este lado sencillo de la estrella del momento y cambiar la percepción de quienes la consideraban una mujer artificial.
Dos meses después de aquel trabajo, Marilyn se quitó la vida.
Las fotografías se volvieron muy famosas por la cercanía al final de su vida y llamó mucho la atención la única prenda que llevaba, el suéter de lana color crema con detalles en café y negro.
¿De qué marca es? ¿Dónde lo compró? ¿Dónde puedo conseguir uno? Eran las preguntas que las fieles seguidoras de Monroe se repetían en ese entonces.
Pues resulta que fue hecho en México, específicamente en Gualupita Yancuictlalpan, una localidad del municipio de Santiago Tianguistenco, Estado de México. Así es, la icónica pieza provenía de un pequeño pueblo mexicano y fue hecho por las manos de artesanos que se dedican al tejido de este material. Juan Martínez, uno de los artistas, reveló que la pieza fue hecha en su taller específicamente por su hermana, Rosario Martínez. Sus piezas llamaron la atención de Kattie, una estudiante estadounidense que vino a nuestro país como parte de un intercambio. Juan cuenta que Kattie compró varios suéteres para vender en Estados Unidos y le hizo llegar a Marilyn uno de ellos. A la actriz le gustó tanto que lo eligió para la sesión.
Tiempo después Kattie le compartió a los hermanos Martínez la decisión de la famosa actriz y les envió una fotografía enmarcada donde Monroe posaba con la pieza. Desgraciadamente poco después falleció.
En el pueblo de Chiconcuac siguen haciendo prendas de lana de borrego e incluso el modelo que utilizó Marilyn se sigue fabricando por petición de los clientes. Así que ya sabes, si quieres verte como la hermosa actriz de Hollywood, solo basta tomar pocas horas de carretera y tendrás una pieza idéntica.
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