Señales de que un hombre no está confundido, sólo no quiere una relación contigo

Señales de que un hombre no está confundido

Señales de que un hombre no está confundido

Yo lo he hecho.

He fingido estar en conflicto interno para no entrar en una relación seria.

Sé cómo funciona, así que te lo diré tal como es:

No tiene dudas sobre su exnovia, no está confundido con su vida, no está solucionando sus problemas; simplemente no quiere estar contigo.

Claro. No puedo hablar por todas las personas, pero si alguien sale contigo, te besa, tiene sexo y no ha aceptado que quiere algo, es porque posiblemente no lo quiere y te está utilizando sólo para pasar el tiempo. Si te mantienes ahí, esperando a que cambie de opinión, te verá como aquella persona que siempre está disponible y que nunca exigirás más de lo que puede darte, lo cual es bastante conveniente cuando quieres estar en el mundo disfrutando de relaciones casuales sin la necesidad de un compromiso.

Recientemente leí un artículo de Lili Loofbourow en The Week en el que señala el mito del hombre tonto: Aquél que “se hace pendejo”, como decimos en México. Ese individuo que finge sorpresa cuando alguien le dice algo que es genuinamente obvio y que nunca parece tener una respuesta apropiada porque “se siente inseguro”. La periodista ejemplifica a ese sujeto con políticos o con actores que mostraron sorpresa al verse enfrentados con preguntas relacionadas con Harvey Weinstein y sus acusaciones de abuso sexual, cuando en realidad ya estaban conscientes de lo sucedido. Es decir, el “hombre tonto” finge demencia, pretende no estar consciente de la situación frente a la que se encuentra y se sorprende o se indigna cuando es confrontado.

En el caso de nosotros, los “hombres tontos”, en las relaciones es igual de sencillo. Cuando conocemos a alguien o estamos interesados en pasar tiempo con una persona, hacemos todo normal; sin embargo, estamos conscientes de “el elefante en la habitación”, lo cual sería comenzar una relación, pero fingimos que no existe ese problema y lo ignoramos.

Entonces, decidimos seguir saliendo con esa persona sin mencionar nada sobre un noviazgo o una relación porque sabemos que al hacerlo, ponemos en riesgo “la diversión”. Sabemos que en el momento en que empecemos a ser cuestionados, la seriedad se acerca y es momento de actuar.

Una vez que somos enfrentados con ese hecho, fingimos demencia o actuamos confundidos. «No sabía que buscabas algo serio», «la verdad es que no me siento muy bien conmigo», «aún pienso en mi ex», «me siento inseguro», «no quiero lastimarte por mi estado mental», «necesito tiempo». Si alguien te dice eso, sabe muy bien lo que está haciendo. Huye de la manera más cobarde de la realidad y trata de mantenerte en calma para que no exijas más y pueda seguir saliendo contigo a su conveniencia.

Loofbourow dice lo siguiente: «La sorpresa perpetua del hombre idiota lo exonera. La incompetencia es menos dañina que la malicia, y los hombres –especialmente los poderosos– usan ese espacio tan seguido como una corporación usa cuentas en otros países. El idiota toma uno de nuestros mitos culturales más fuertes –que los hombres son tontos– y lo convierte en un arma; una coartada». Es decir, al aprovecharnos del estereotipo que existe sobre nosotros, tenemos automáticamente una tarjeta de “salir gratis de la cárcel”, la cual nos permite parecer una víctima confundida, cuando en realidad nos aprovechamos de la comprensión de nuestras parejas.

El punto principal que remarca Loofbourow es que “el hombre idiota” es demasiado consciente, mientras que es percibido como un ser débil. Aunque es un acto de manipulación que también usan las mujeres, es importante resaltar que es más relevante en los hombres porque existe la idea de que son más propensos a ser inseguros en las relaciones, lo cual les permite utilizar ese método de forma más efectiva, fingiendo ser tontos, cuando en realidad son más calculadores… algunos, no todos. Y de hecho, cuando son descubiertos, el primer juicio que se hace en contra de ellos es: «es hombre», lo cual sólo normaliza este tipo de actividades, cuando son más dañinas de lo que creemos.

La autora también resalta el hecho de que es importante darnos cuenta de que esto sucede constantemente, ya que, si creemos el mito de que las mujeres son controladoras o dramáticas (no todas), tenemos que darnos cuenta de que hay hombres que “se hacen pendejos” y fingen no saber nada sobre una situación para tomar el control de ella.

Así que, ya lo sabes. Si te dice que no está seguro o si actúa como el estereotipo del hombre tonto para no darte una respuesta sobre si quiere estar contigo o no, lo más probable es que sólo te esté utilizando. Escribo esto como confesión pero también como advertencia. Es sencillo realizar este tipo de trucos, pero no es justo para nadie estar esperando a alguien que nunca tendrá nada para ofrecer o perder el tiempo en una mentira. Si alguien quiere estar contigo no tendrá pretextos y se dejará ir por el momento; no importa qué tanto miedo tenga, ni qué tan tonto se sienta; así es como funciona.

Fotografías: Magda Janjalashvili

Salir de la versión móvil