5 datos impactantes que el arribo del Papa intenta ocultar en México

5 datos impactantes que el arribo del Papa intenta ocultar en México

5 datos impactantes que el arribo del Papa intenta ocultar en México

El 12 de febrero arriba el Papa Francisco a México y pareciera que la noticia nos envuelve en un halo de humo que, como las blancas ropas del pontífice, encubre la guerra que se vive en nuestro país. El ruido que se hace de su visita no debe apantallarnos, pues corremos el riesgo de caer en la trampa de tapar el sol con un dedo y esperar una salvación que simplemente no llegará por esta vía.

La atención que busca desviar este evento, oculta la situación que nos aqueja a diario a todos como mexicanos: la desigualdad, los miles de muertos, la corrupción; no son un mal que se solucione de un día para otro y evidentemente la solución no vendrá de las bendiciones del pontífice. El papa Francisco, primer papa latinoamericano, fue considerado por muchos como comprensivo de la realidad regional y muchos sabemos que la figura del Papa ha jugado un importante papel en las relaciones políticas internacionales y su figura nunca es, ni ha sido neutral, sino que legitima un poder.

La intervención de la Iglesia en las situaciones más críticas de la historia mundial juega un papel, para bien o mal, en los vínculos políticos internacionales. La decisión del pontífice de no reunirse con los padres de los 43 estudiantes desparecidos de Ayotzinapa vino desde el Vaticano, podríamos intuir intereses de corte político en la santa Sede o bien en el Estado Mexicano que articula los vínculos para la agenda. Sin embargo, más allá de cómo se mire el escenario desde arriba, en las relaciones entre el Vaticano y los gobiernos, deberíamos preguntarnos qué esperamos del Papa.

Definitivamente su visita no resolverá las situaciones verdaderamente importantes que nos aquejan. Aunque en la agenda del pontífice se dejó de lado un encuentro con los padres de los 43, quienes no descartan la posibilidad de poder verlo y han declarado que estarán en primera fila en la misa del Papa, junto con otras víctimas de la violencia en el país, de los feminicidios de Juárez o de los migrantes, como ciudadanos deberíamos estar discutiendo cómo vamos a resolver estos problemas de emergencia nacional.

43 estudiantes, 27,500 desaparecidos

En septiembre de 2014 se realizó una de las prácticas de desaparición forzada como las que no se veían en México desde 1968 y la guerra sucia: 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa fueron desparecidos. Dejaron 43 bancas vacías y hasta hoy no se sabe a dónde se los llevaron. Han habido muchas especulaciones en relación a su paradero, como el montaje de la PGR que se presentó como “verdad histórica”, sobre su incineración en un basurero que se repitió incansablemente en los medios.

Este hecho es sólo la punta del iceberg de un país que pareciera coleccionar cadáveres. Las fosas clandestinas halladas en todo México en la búsqueda de los 43, demuestran la situación de guerra y violencia desatada desde el sexenio de Calderón. El gobierno local y nacional usa las técnicas recicladas del priísmo de los setenta para gobernar al país que desde sus ataques al pueblo de San Salvador había dado muestras de su brutalidad.

Hasta hoy el grupo de investigación (GEI) sigue arrojando datos para la demanda de justicia al Estado Mexicano; sin embargo, los padres de los 43 sólo podrán exigir justicia para sus hijos si todos los mexicanos entendemos que no queremos que una historia de este tipo se repita y llegue a tocar nuestra puerta. México demostró en las primeras movilizaciones la solidaridad de la que es capaz, ese esfuerzo debería mantenerse para generar espacios de demanda ciudadana.

100 mil asesinatos al año, 1 millón y medio de asesinados en 14 años

Esto es equivalente a una bomba atómica como la de Hiroshima que tuvo un aproximado de 1 millón 600 mil muertes. Según el Gobierno Federal, hay 27 mil 659 desaparecidos desde 2007 hasta diciembre de 20015, y acorde a Human Rights Watch hay 25 mil 500 desaparecidos. En su mayoría, en un 56%, entre los 20 y los 49 años. Son las víctimas de la violencia en nuestro país: migrantes, desplazados; “víctimas colaterales” que demuestran que en México hay una guerra.

57 mil asesinatos de 2012 a 2015

Los casos de desaparición se masificaron desde el gobierno de Calderón, y ancanzaron una cifra de 121 mil muertes (una muerte cada 30 minutos) en la “guerra contra el narcotráfico”. Pero las cifras de EPN superan a las de Calderón en relación estadística. Aunque la estrategia de Peña ha sido la captura de las cabezas criminales, no ha disminuido la violencia en el país. Los cinco peores estados en nivel de violencia son Estado de México, Guerrero, Chihuahua, Jalisco y Michoacán, acorde al semanario ZETA. La promesa de Peña Nieto sobre seguridad es una burla para el pueblo mexicano, tener que sacar al ejército a las calles es signo de un Estado que no tiene legitimidad. ¿Cuántas muertes más seguiremos tolerando para frenar esta violencia? El Estado debería proteger a sus ciudadanos, pero las cifras apuntan más bien a un “Estado Fallido”.

29 mil millones de dólares reciben los cárteles mexicanos

En Estados Unidos, los cárteles mexicanos reciben por ventas entre 19 y 29 mil millones de dólares, 90% de la cocaína que ingresa a Estados Unidos lo hace por México, el principal proveedor de marihuana y metanfetaminas en el país estadounidense. Hoy los principales cárteles en el territorio nacional son el de Beltrán Leyva, el Cártel del Golfo, el Cártel de Juárez, los Arellano Félix, los Zetas y el de Sinaloa, que ha sido la organización criminal más importante en el tráfico de drogas. “El Chapo” su principal líder, recientemente capturado, se calcula que tiene una fortuna de mil millones de dólares repartidos y protegidos en el mundo. Bajo la línea de los multimillonarios, su captura debería arrojar datos de la red de políticos y empresarios en contubernio, pues más allá del personaje, la red de corrupción es en la que debiera ponerse atención y desmantelarse.

740 mil millones de pesos cuesta la corrupción al año

El caso de la casa de Sierra es la muestra del cinismo y la corrupción que en México practican nuestros gobernantes. La casa que compró la “Señora del presidente”, valuada en 7 millones de dólares, da cuenta del robo y desvío de recursos para uso personal de los políticos. El caso que dio la vuelta al mundo y que publicó la periodista Carmen Aristegui en 2014, hace gala de la cadena de corrupción que en México se practica con impunidad.

Para que haya corrupción e impunidad, para que ejerzan sus privilegios y puestos de poder, es necesario un sistema judicial que lo permita. Se trata de toda una cadena de impunidad, pues el robo de recursos públicos es gracias al contubernio entre las mismas autoridades.

Enlistamos otros problemas de Emergencia nacional que deberían ser el punto esencial en el que deberían estar los reflectores. Como no es así, nosotros al menos ponemos una linterna para alumbrar lo que los grandes medios nos quieren ocultar.

Algunos otros puntos que debemos mirar, que indican que en México hay un Estado fallido. Síntomas de un tejido social en el que día a día como mujeres y hombres de la ciudad y el campo, hemos visto desagarrarse. No ponemos estas imágenes frente a tus ojos para desesperanzarte, sino como un llamado urgente a hacer algo que desde nosotros genere un cambio.

Tierra de nadie en el territorio nacional controlada por el narco: los miles de desparecidos y muertos de la guerra contra el narco son producto, como en Veracruz, de un gobierno que no gobierna. En este estado, 30 de 112 municipios son tierra de nadie, como en muchos lugares de la República Mexicana.

Asesinato y persecución de periodistas por la seguridad del Estado: El caso del asesinato del fotoperiodista Rubén Espinoza, el despido de Carmen Aristegui y los 14 periodistas muertos en Veracruz, son datos representativos de este asedio por acallar a los medios.

Despojo de tierras comunales en todo el país para proyectos empresariales: como el manglar de Tajamar en Quintana Roo que destruyó más de 50 hectáreas para construir un proyecto inmobiliario. Uno de muchos proyectos de grandes empresas que están despojando territorios comunales.

Explotación sexual y laboral en las fronteras: la trata y tráfico de personas en México asciende a 3.5 millones, entre ellas menores de edad, migrantes e indígenas.

Explotación de recursos, tala ilegal y minería a cielo abierto: como en la Sierra Norte de Puebla. Esta actividad ilícita no sólo daña el medio ambiente, destruye bosques y daña mantos acuíferos, sino que despoja las tierras de los pueblos originarios e indígenas de nuestro país.

Flujo de migrantes centroamericanos y migración arrasadora: desde las regiones más pobres de México, que se ha convertido en uno de los principales receptores de refugiados centroamericanos y expulsor de migrantes a Estados Unidos, quienes en la frontera son capturados por la migra o por los cárteles.

Altos salarios de funcionarios y un salario indigno para la mayoría de los mexicanos: Los altos salarios de los funcionarios públicos, como los ministros que perciben entre 6 millones de pesos al año, contrastan con el salario mínimo de más de 6.7 millones de mexicanos, que perciben 73 pesos diarios.

¿Qué nos depara esta radiografía desoladora? Las movilizaciones por los 43 nos enseñaron una lección y un acierto: Nombrar al responsable. La demanda de búsqueda de los 43 acertó en señalar al culpable: FUE EL ESTADO. Por ello, más allá de esperar la Paz, bendiciones o aval de un personaje como el Papa, debemos bajarle al volumen al escándalo con el que los medios abordan hasta el cansancio este evento y escuchar las miles de voces de los miles de muertos y vivos que exigen justicia.

¿Quién reclamará entonces la justicia para poder dormir con la conciencia tranquila? ¿A quién le toca poner fin a la guerra de México y dar una solución a todos los problemas? A todos nosotros, ciudadanos que, como decía Rousseau: debemos ejercer nuestra voluntad y ejercer nuestro poder, recuperar nuestro tejido social desgarrado y escribir nuestra propia agenda como ciudadanos. Exigiendo con movilización y con esperanza, pero no inmóviles rezando.

*

Referencias:

Grieta. Medio para armar

***

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La atención que busca desviar este evento, oculta la situación que nos aqueja a diario a todos como mexicanos: la desigualdad, los miles de muertos, la corrupción; no son un mal que se solucione de un día para otro y evidentemente la solución no vendrá de las bendiciones del pontífice. El papa Francisco, primer papa latinoamericano, fue considerado por muchos como comprensivo de la realidad regional y muchos sabemos que la figura del Papa ha jugado un importante papel en las relaciones políticas internacionales y su figura nunca es, ni ha sido neutral, sino que legitima un poder.

La intervención de la Iglesia en las situaciones más críticas de la historia mundial juega un papel, para bien o mal, en los vínculos políticos internacionales. La decisión del pontífice de no reunirse con los padres de los 43 estudiantes desparecidos de Ayotzinapa vino desde el Vaticano, podríamos intuir intereses de corte político en la santa Sede o bien en el Estado Mexicano que articula los vínculos para la agenda. Sin embargo, más allá de cómo se mire el escenario desde arriba, en las relaciones entre el Vaticano y los gobiernos, deberíamos preguntarnos qué esperamos del Papa.

Definitivamente su visita no resolverá las situaciones verdaderamente importantes que nos aquejan. Aunque en la agenda del pontífice se dejó de lado un encuentro con los padres de los 43, quienes no descartan la posibilidad de poder verlo y han declarado que estarán en primera fila en la misa del Papa, junto con otras víctimas de la violencia en el país, de los feminicidios de Juárez o de los migrantes, como ciudadanos deberíamos estar discutiendo cómo vamos a resolver estos problemas de emergencia nacional.

43 estudiantes, 27,500 desaparecidos

En septiembre de 2014 se realizó una de las prácticas de desaparición forzada como las que no se veían en México desde 1968 y la guerra sucia: 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa fueron desparecidos. Dejaron 43 bancas vacías y hasta hoy no se sabe a dónde se los llevaron. Han habido muchas especulaciones en relación a su paradero, como el montaje de la PGR que se presentó como “verdad histórica”, sobre su incineración en un basurero que se repitió incansablemente en los medios.

Este hecho es sólo la punta del iceberg de un país que pareciera coleccionar cadáveres. Las fosas clandestinas halladas en todo México en la búsqueda de los 43, demuestran la situación de guerra y violencia desatada desde el sexenio de Calderón. El gobierno local y nacional usa las técnicas recicladas del priísmo de los setenta para gobernar al país que desde sus ataques al pueblo de San Salvador había dado muestras de su brutalidad.

Hasta hoy el grupo de investigación (GEI) sigue arrojando datos para la demanda de justicia al Estado Mexicano; sin embargo, los padres de los 43 sólo podrán exigir justicia para sus hijos si todos los mexicanos entendemos que no queremos que una historia de este tipo se repita y llegue a tocar nuestra puerta. México demostró en las primeras movilizaciones la solidaridad de la que es capaz, ese esfuerzo debería mantenerse para generar espacios de demanda ciudadana.

100 mil asesinatos al año, 1 millón y medio de asesinados en 14 años

Esto es equivalente a una bomba atómica como la de Hiroshima que tuvo un aproximado de 1 millón 600 mil muertes. Según el Gobierno Federal, hay 27 mil 659 desaparecidos desde 2007 hasta diciembre de 20015, y acorde a Human Rights Watch hay 25 mil 500 desaparecidos. En su mayoría, en un 56%, entre los 20 y los 49 años. Son las víctimas de la violencia en nuestro país: migrantes, desplazados; “víctimas colaterales” que demuestran que en México hay una guerra.

57 mil asesinatos de 2012 a 2015

Los casos de desaparición se masificaron desde el gobierno de Calderón, y ancanzaron una cifra de 121 mil muertes (una muerte cada 30 minutos) en la “guerra contra el narcotráfico”. Pero las cifras de EPN superan a las de Calderón en relación estadística. Aunque la estrategia de Peña ha sido la captura de las cabezas criminales, no ha disminuido la violencia en el país. Los cinco peores estados en nivel de violencia son Estado de México, Guerrero, Chihuahua, Jalisco y Michoacán, acorde al semanario ZETA. La promesa de Peña Nieto sobre seguridad es una burla para el pueblo mexicano, tener que sacar al ejército a las calles es signo de un Estado que no tiene legitimidad. ¿Cuántas muertes más seguiremos tolerando para frenar esta violencia? El Estado debería proteger a sus ciudadanos, pero las cifras apuntan más bien a un “Estado Fallido”.

29 mil millones de dólares reciben los cárteles mexicanos

En Estados Unidos, los cárteles mexicanos reciben por ventas entre 19 y 29 mil millones de dólares, 90% de la cocaína que ingresa a Estados Unidos lo hace por México, el principal proveedor de marihuana y metanfetaminas en el país estadounidense. Hoy los principales cárteles en el territorio nacional son el de Beltrán Leyva, el Cártel del Golfo, el Cártel de Juárez, los Arellano Félix, los Zetas y el de Sinaloa, que ha sido la organización criminal más importante en el tráfico de drogas. “El Chapo” su principal líder, recientemente capturado, se calcula que tiene una fortuna de mil millones de dólares repartidos y protegidos en el mundo. Bajo la línea de los multimillonarios, su captura debería arrojar datos de la red de políticos y empresarios en contubernio, pues más allá del personaje, la red de corrupción es en la que debiera ponerse atención y desmantelarse.

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Para que haya corrupción e impunidad, para que ejerzan sus privilegios y puestos de poder, es necesario un sistema judicial que lo permita. Se trata de toda una cadena de impunidad, pues el robo de recursos públicos es gracias al contubernio entre las mismas autoridades.

Enlistamos otros problemas de Emergencia nacional que deberían ser el punto esencial en el que deberían estar los reflectores. Como no es así, nosotros al menos ponemos una linterna para alumbrar lo que los grandes medios nos quieren ocultar.

Algunos otros puntos que debemos mirar, que indican que en México hay un Estado fallido. Síntomas de un tejido social en el que día a día como mujeres y hombres de la ciudad y el campo, hemos visto desagarrarse. No ponemos estas imágenes frente a tus ojos para desesperanzarte, sino como un llamado urgente a hacer algo que desde nosotros genere un cambio.

Tierra de nadie en el territorio nacional controlada por el narco: los miles de desparecidos y muertos de la guerra contra el narco son producto, como en Veracruz, de un gobierno que no gobierna. En este estado, 30 de 112 municipios son tierra de nadie, como en muchos lugares de la República Mexicana.

Asesinato y persecución de periodistas por la seguridad del Estado: El caso del asesinato del fotoperiodista Rubén Espinoza, el despido de Carmen Aristegui y los 14 periodistas muertos en Veracruz, son datos representativos de este asedio por acallar a los medios.

Despojo de tierras comunales en todo el país para proyectos empresariales: como el manglar de Tajamar en Quintana Roo que destruyó más de 50 hectáreas para construir un proyecto inmobiliario. Uno de muchos proyectos de grandes empresas que están despojando territorios comunales.

Explotación sexual y laboral en las fronteras: la trata y tráfico de personas en México asciende a 3.5 millones, entre ellas menores de edad, migrantes e indígenas.

Explotación de recursos, tala ilegal y minería a cielo abierto: como en la Sierra Norte de Puebla. Esta actividad ilícita no sólo daña el medio ambiente, destruye bosques y daña mantos acuíferos, sino que despoja las tierras de los pueblos originarios e indígenas de nuestro país.

Flujo de migrantes centroamericanos y migración arrasadora: desde las regiones más pobres de México, que se ha convertido en uno de los principales receptores de refugiados centroamericanos y expulsor de migrantes a Estados Unidos, quienes en la frontera son capturados por la migra o por los cárteles.

Altos salarios de funcionarios y un salario indigno para la mayoría de los mexicanos: Los altos salarios de los funcionarios públicos, como los ministros que perciben entre 6 millones de pesos al año, contrastan con el salario mínimo de más de 6.7 millones de mexicanos, que perciben 73 pesos diarios.

¿Qué nos depara esta radiografía desoladora? Las movilizaciones por los 43 nos enseñaron una lección y un acierto: Nombrar al responsable. La demanda de búsqueda de los 43 acertó en señalar al culpable: FUE EL ESTADO. Por ello, más allá de esperar la Paz, bendiciones o aval de un personaje como el Papa, debemos bajarle al volumen al escándalo con el que los medios abordan hasta el cansancio este evento y escuchar las miles de voces de los miles de muertos y vivos que exigen justicia.

¿Quién reclamará entonces la justicia para poder dormir con la conciencia tranquila? ¿A quién le toca poner fin a la guerra de México y dar una solución a todos los problemas? A todos nosotros, ciudadanos que, como decía Rousseau: debemos ejercer nuestra voluntad y ejercer nuestro poder, recuperar nuestro tejido social desgarrado y escribir nuestra propia agenda como ciudadanos. Exigiendo con movilización y con esperanza, pero no inmóviles rezando.

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