Muñecas María: la historia del juguete más representativo de México

Muñecas María: la historia del juguete más representativo de México

Muñecas María: la historia del juguete más representativo de México

1591917608597 muñecas maria - Muñecas María: la historia del juguete más representativo de MéxicoA las muñecas otomí se les puede distinguir por sus estrafalarios tocados de listones en diferentes y alegres colores, al igual que la vestimenta típica, un par de pequeños ojos y una expresión enmarcada por una sonrisa muy discreta. Casi siempre se exhiben sentadas a un lado de sus creadoras, artesanas que mantienen presente el orgullo nacional en las calles de la mayoría de zonas turísticas de todo México, pero, si estas muñecas están en casi todos los rincones del país ¿cuál es su verdadero origen?

A pesar de los distintos nombres con los que se le conoce a estas muñecas de trapo, es fácil determinar su procedencia si se pone un poco de atención, y es que todos ellos apuntan a una misma región del centro de México; Amealco, Querétaro, muy cerca de la frontera de este estado con Michoacán.

La historia de la muñeca otomí

El origen de esta simpática y alegre muñeca se encuentra en la época del virreinato de México, específicamente en los pueblos otomíes y mazahuas de Michoacán, del Estado de México y de Querétaro. Las muñecas mazahuas fueron creadas como una alternativa económica a las muñecas de porcelana europeas; un símbolo de sincretismo europeo y americano, que respondía las necesidades artesanales de la zona, siendo una fiel representación de sus mismas creadoras y artesanas, mujeres indígenas.
Foto: Selecciones
En un principio estas bellas muñecas estaban hechas con barro, fibra de palma y maíz, y su función era ahuyentar a los malos espíritus que rondaban cerca de los niños. Conforme pasó el tiempo los materiales se sustituyeron por retazos de tela, es decir, trapos, generalmente de algodón o popelina, listones y estambres de colores.

Las muñecas María

Se les conoce como muñecas María, otomí, mazahua, de Amealco, de Querétaro, queretanas o de trapo, y efectivamente, todos los nombres son correctos, ya que, como se dijo al principio del artículo, todos hacen referencia al mismo origen. Quizás faltó aclarar el origen del nombre de “María”, que es el nombre genérico que se les daba a las mujeres mazahuas que las vendían al ras del suelo de las transitadas calles de México.

Gracias a su llamativo, simpático y colorido diseño, la popularidad de estas muñecas otomíes fue extendiendo alrededor de toda la república, hasta convertirse en un icono de identidad nacional. Otro factor sumamente importante para la comercialización de estas muñequitas es que los materiales con los que ahora se fabrican son de bajo costo y muy buena calidad, lo cual las posiciona como una artesanía muy accesible, a pesar del laborioso que resulta el trabajo, ya que aunque cueste trabajo creerlo, estas muñecas no tienen una gota de pegamento, todas sus piezas son cocidas a mano. Esto representa una labor de muchas horas y esfuerzo que lamentablemente suele ser regateado.

Afortunadamente las muñecas otomí no han perdido vigencia; miles de niños de México las siguen disfrutando como cualquier otro juguete, son utilizadas como un típico souvenir mexicano o como elemento decorativo de hogares y negocios. También hay quien enaltece su figura en diseños modernos en tatuajes, ropa, bolsas, entre otro tipo de prendas, para reiterar el orgullo por México y sus tradiciones.
Foto: Infobae
Para terminar es importante mencionar algunas curiosidades sobre las muñecas María como la existencia de Lele, una muñeca gigante que ha viajado para representar a México en ciudades como Londres, San Francisco, Madrid, entre muchas otras. Y que el 18 de abril de 2018 fue declarada Patrimonio Cultural del Estado de Querétaro.

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