Encuentran a la nieta número 126 secuestrada por el régimen militar en Argentina

Encuentran a la nieta número 126 secuestrada por el régimen militar en Argentina

Encuentran a la nieta número 126 secuestrada por el régimen militar en Argentina

Adriana no nacía todavía cuando a Violeta, su madre, la secuestraron en diciembre de 1976. Ir en contra de las ideas del régimen militar en Argentina le valió ser privada de la libertad, al igual que a Edgardo, su esposo, quien después de saber que Violeta desapareció, fue en su búsqueda. Ninguno de los dos regresó a casa.

Cuarenta años después, Adriana se enteró que no era hija biológica de aquellos a los que siempre creyó sus padres. Por el año de nacimiento, acudió a consultar con Las Abuelas de Plaza de Mayo, una organización encargada de buscar nietos desaparecidos de las personas secuestradas durante la represión militar de la década de los 70 en Argentina.

Después de las pruebas correspondientes, se descubrió que Adriana es la nieta 126 encontrada tras la tortura militar en Argentina durante 1976. «Estoy feliz, estoy plena», fueron las primeras declaraciones de Adriana ante la prensa luego de darse a conocer que ella es hija de Violeta Ortolani y Edgardo Garnier.

Adriana en conferencia de prensa para dar a conocer su identidad. (Foto: La Nación)

La década de los setenta fue difícil para el pensamiento de libertad latinoamericano. La tortura y la represión marcaron con sangre sobre todo a Argentina, país en donde el régimen militar implementó como castigo el secuestro de bebés en un periodo conocido como Proceso de Reorganización Nacional.

La dictadura militar dejó un saldo de 30 mil desaparecidos y asesinados, la mayoría de ellos eran jóvenes con un fuerte compromiso social, muchos de ellos padres de bebés y niños que también fueron secuestrados. Desde 1977, exactamente el 22 de octubre, 12 madres que reclamaban por sus hijos se postraron en la Plaza de Mayo para buscar a sus nietos. A ellas se les conoce como Las Abuelas de Plaza de Mayo.

De manera incansable y con ayuda de organizaciones tanto nacionales como internacionales, Las Abuelas comenzaron su trabajo de búsquedas aisladas para no correr peligro. Para ser identificadas utilizaban un pañal de tela que posteriormente cambiaron a un pañuelo, mismo que utilizaban en las primeras marchas junto con las fotos tanto de sus hijos como de sus nietos.

«El amor le ganó al odio», dijo Adriana junto a la que es hermana de Edgardo, su padre. (Foto: Diario Popular)

Pero, ¿cómo es que pueden cerciorarse de que los 126 nietos que han aparecido son hijos de los secuestrados en la década de los setenta? Hasta 1983, era necesario que los análisis incluyeran también la sangre de los padres, sin embargo, desde ese año basta únicamente la sangre de los abuelos para definir si son o no hijos de hombres y mujeres desaparecidos.

Al principio, Adriana había recibido información negativa sobre si era o no hija de alguno de los secuestrados.

«Seguí mi vida pensando otra historia, que me habían abandonado. Pero ayer me dijeron que había información que me tenían que dar personalmente y ahí sospeché».

Ahí, al ser recibida por Las Abuelas, Adriana instó a que, aquellos que tengan dudas sobre su procedencia, vayan a hacerse pruebas para descartar o afirmar las sospechas. «El amor le ganó al odio. El amor es más fuerte que el odio, siempre», sentenció Adriana ante los medios de comunicación.

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