Hace más de dos milenios, Eratóstenes de Alejandría se preguntó porqué la sombra proyectada por un palo clavado en la tierra era distinta en la ciudad de Alejandría que en Siena a la misma hora del día. Su curiosidad le llevó a contratar un ayudante para que recorriera los 800 kilómetros que separaban ambas localidades y tomara apunte sobre los grados de diferencia entre las sombras.
Luego de muchas observaciones y pruebas, se interesó sobremanera cuando descubrió que el 21 de junio al mediodía, la sombra del palo desaparecía completamente en Siena, mientras en Alejandría formaba un ángulo de siete grados. Conociendo la distancia entre ambas regiones y motivado por una curiosidad insaciable, Eratóstenes se planteó las posibles soluciones para tal situación: supuso que la Tierra no podía ser plana, porque los palos no proyectaban sombras de longitud igual, ni formaban el mismo ángulo.
Después de analizar una y otra vez la situación, Eratóstenes se convirtió en el primer hombre en medir la circunferencia terrestre: los siete grados de diferencia entre ambas sombras, divididos por los 360 que conforman un círculo le hacían pensar que esa región únicamente se trataba de una cincuentava parte del globo. Esta cifra, multiplicada por los 800 kilómetros de distancia entre ciudades le dio un total de 40 mil kilómetros de circunferencia.
El asombroso cálculo fue posible sin computadoras, ni cálculo o matemáticas avanzadas, únicamente con imaginación, una sencilla fórmula trigonométrica y la inquietud de encontrar una solución a un problema de su entorno. La misma curiosidad que llevó al científico y filósofo a interesarse por una situación común, ha sido el motor de los descubrimientos e invenciones humanas que marcaron el paso del hombre por este mundo para siempre.
Con el tiempo, la idea de que nuestro planeta es redondo se legitimó y cambió radicalmente la concepción occidental del mundo que habitamos. Los ecos de las voces que exigían una segunda opinión quedaron sepultados en el s.XVIII; sin embargo, desde hace un par de años, la Flat Earth Society y otros grupos han unido esfuerzos para demostrar que la Tierra en realidad es plana y lo dicho por científicos y filósofos, desde el propio Eratóstenes hasta las fotografías del espacio en la actualidad, es falso.
El escepticismo es una actitud fundamental, tanto en la aprehensión de conocimiento como en cualquier faceta de la vida. No sólo es recomendable dudar de todo lo dicho, especialmente por quienes ostentan una posición de poder o privilegio; también es obligatorio para mantener una postura crítica y, al mismo tiempo, abierta a reconocer errores e interpretar de la mejor forma la realidad. Sin embargo, puede confundirse fácilmente con una postura relativista y dogmática, cerrada a aceptar la naturaleza del método científico.
Si aún sigues creyendo que la Tierra es plana y buscas pruebas concluyentes, no hace falta viajar al espacio, ni siquiera realizar cálculos complejos para descubrirlo. Sólo es necesaria –tal y como lo hizo Eratóstenes– un poco de imaginación y curiosidad para llegar a una conclusión que explique de mejor forma la realidad. Aquí 7 formas de descubrirlo por ti mismo:
Mirando el horizonte
La redondez de la Tierra es aún más evidente si miras al horizonte desde la playa, especialmente en las costas con tráfico marítimo intenso. En la lejanía, los barcos más grandes parecen emerger del mar conforme se acercan a la costa, lo mismo que las ciudades si llegas por vía marítima, mientras que los navíos que se marchan aparentan hundirse en el océano gradualmente hasta que se pierden de vista. Si la Tierra fuera plana, las embarcaciones serían visibles a kilómetros de distancia como un pequeño punto, sin importar cuán lejos estuvieran. Con un telescopio terrestre lo suficientemente potente, sería posible mirar a un trasatlántico llegar a Nueva York desde lo alto de una torre en Londres.
A través de los demás astros
Basta con mirar una puesta de Sol o la Luna llena para notar que tanto el satélite natural de la Tierra, como la estrella que la llena de calor, son esféricos. Lo mismo con los demás planetas del Sistema Solar. A pesar de sus distintas características y tamaños, todos presentan una fisonomía en común: su redondez. No existe razón para creer que la Tierra tiene una forma distinta basada en evidencia empírica alguna.
Por la ubicación de las estrellas
La bóveda celeste varía desde el punto de vista del observador y de la posición de la Tierra. A lo largo del año, las estrellas y constelaciones cambian su ubicación y no es lo mismo mirar al cielo nocturno desde el Hemisferio Norte que hacerlo desde el Sur. La Cruz del Sur y la Osa Menor funcionan desde la antigüedad como guía para los navegantes de uno y otro hemisferio, algo imposible si la Tierra fuera plana.
En un eclipse lunar
Durante estos eventos astronómicos, la Tierra se interpone entre la Luna y el Sol, de forma que bloquea la luz y oscurece completamente la superficie lunar. El resultado es la sombra de nuestro planeta sobre el satélite, que no puede ser de otra forma que esférica. Si la Tierra fuera plana, no habría forma de que los tres astros se alinearan y no existirían los eclipses.
Desde un avión
Si miras por la ventana a bordo de un avión en un vuelo continental, con un poco de suerte podrás ver el horizonte marítimo a la lejanía. A más de 40 mil pies de altura y cubriendo una mayor área terrestre, la curvatura del planeta es visible para el ojo humano. En los aviones no comerciales que vuelan aún más alto, el efecto es cada vez más evidente.
Por los husos horarios
Mientras en la Ciudad de México el reloj apunta las 12 del día y el Sol está en todo lo alto, en París son las 7 y el atardecer está a la vista. Al mismo tiempo,en Beijing, el Sol se ocultó hace rato, es la una de la mañana del día siguiente: todo simultáneamente. Este fenómeno sólo puede explicarse a partir de la forma geoide de la Tierra y la rotación constante sobre su propio eje. La sucesión del día y la noche en los distintos meridianos también es una expresión evidente de la redondez terrestre.
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Si quieres saber más sobre la Flat Earth Society, no dudes en leer “La sociedad que defiende en la actualidad que la Tierra es plana”. Conoce el pensamiento de Eratóstenes y de otros científicos de la antigüedad y cómo el mundo se olvidó de sus hallazgo leyendo las “Ideas científicas que fueron olvidadas por la Iglesia”.
Referencias:
Popular Science