La obra de Sarah Kane que tortura a sus espectadores y les provoca desmayos

La obra de Sarah Kane que tortura a sus espectadores y les provoca desmayos

La obra de Sarah Kane que tortura a sus espectadores y les provoca desmayos

Del escenario se puede ver sangre brotando hacia el público, un pene cortado y una mujer sufriendo en plena terapia de electrochoques, todo en medio de un campus que pareciera ser un campo de concentración. Los reclusos están sufriendo, tienen sexo, pero no lo gozan; ven sangre, pero no les causa molestias y son torturados mientras sufren y agonizan, unos prefieren la muerte por lo que hay suicidios en vivo y violaciones también. Así es el panorama general de Cleansed, la obra más polémica de Inglaterra que causó desmayos, vómito y hasta la muerte de su autora.

La vida es cruel. Mientras nos da satisfacciones en un ámbito, nos las quita en otro y a veces puede llevarnos a la locura o a la muerte, más si nos situamos en la Inglaterra de los años 90, donde una gran parte de la población no llegaba a los 30 años, las protestas contra Margaret Thatcher eran el pan de cada día y los dramaturgos no tenían cabida en el ámbito cultural del país. A éstos se les englobó en una definición llamada In yer face, misma que tenía como prioridad hacer del teatro una forma de expresión que hiciera explotar los sentidos de los espectadores, que dejara de ser una simple representación escénica que al terminar no les permitiera más que tener recuerdos efímeros. Su intención era obligar al público a mirar lo que nunca se atreverían.

Entre estos dramaturgos jóvenes se encontraba Sarah Kane, una joven de look andrógino que se convertiría en la cara del movimiento con apenas 23 años de edad. Ella tuvo varias obras en la cúspide desde 1995, pero fue una pieza en especial la que causó malestar y desconcierto en los seguidores del teatro en Inglaterra: Cleansed; una obra teatral que sorprende más por su ejecución que por el tema en sí, ya que involucra tortura, muerte y violaciones.

Cuando se leía en los tabloides culturales de Inglaterra que la señorita Kane había presentado la peor y mejor de sus obras no se equivocaban. Ella había puesto en la mesa una obra violenta, cruda y molesta, pero que al mismo tiempo invitaba a la reflexión del conflicto de su país y sus vidas como ciudadanos. La mayoría de los textos de la dramaturga representan tortura intensa, violación, suicidios y sexo explícito, pero en todos los casos hay un trasfondo que va más allá del morbo.

Pensar en esta obra como un entretenimiento sería un acto de inocencia. Al saber que es de la autoría de Kane, debemos advertirnos que no hay ponys blancos y tampoco un final feliz. Tan es así que en la semana de estreno cerca de cinco personas se desmayaron y 40 abandonaron la sala en menos de 20 minutos, por ello se hizo sumamente popular. Todo el mundo quería asistir a la obra para ver qué era lo que causaba tanta locura, morbo e incomodidad. Sin embargo, pocos se atrevieron a hacerlo, ya que al saber que la idea provenía de una mujer joven dejaban de creer en ella. El machismo fue parte fundamental para que las obras del movimiento In yer Face fueran rechazadas y mal vistas. Así la cara del movimiento, es decir, Kane, se vio afectada por la poca credibilidad que se le tenía.

La autora presentó, entonces, una cruel obra, la cual no tenía la finalidad de incomodar y tampoco de escandalizar. Más bien trataba de hacer conciencia en las personas para dejar de lado las condiciones de tortura en la que se vivía en aquellos años en Inglaterra y que pareciera no llamar la atención de la prensa ni de los ciudadanos comunes. Ella sólo «quería transformar un texto en algo bello y claro para la audiencia». Sin embargo, le fue muy difícil hacerlo puesto que al ser joven, mujer y una chica de protesta, era denigrada. No obstante, en la actualidad, es una de las obras más aclamadas del mundo por la crueldad tan real con la que se va narrando, misma que se había normalizado dentro de aquel imaginario colectivo.

En los primeros 10 minutos hay un desnudo grotesco, puesto que uno de los personajes es obligado a sacarse la ropa y colocarse en una camilla. Desde ese momento se puede ver que no es una obra erótica ni que pretenda exhibir la belleza del cuerpo humano. Es más bien una pieza que habla de los miedos y las injusticias involucrando al espectador y sus sentimientos. La historia se desarrolla dentro de un campus que no se sabe si es una universidad o un campo de concentración. Lo cierto es que hace referencia a la guerra civil de Yugoslavia, la cual convierte en metáfora para hacer de los tratamientos y torturas en el lugar una forma de medir el amor que hay entre Grace y su hermano muerto; Rod y Carl, una pareja de homosexuales universitarios; una bailarina y un joven convencional.

La historia comienza a ambientarse con música bastante conmovedora y al mismo tiempo aterradora que combina sonidos de guerra y tortura acompañando lo que se presenta en el escenario. La obra se desenvuelve poco a poco en un tono muy similar, hasta que llega un punto más fuerte y cruel: el empalamiento. Un personaje que funge como verdugo le explica a la audiencia y a uno de los chicos gays que una varilla puede entrar por el ano y salir por el hombro sin tocar un solo órgano. Ante ello, pone en cuclillas al muchacho y con un fierro grueso lo penetra mientras le asegura que no lo matará, ya que aún no merece la muerte puesto que es la solución al dolor. Sólo quiere hacerle daño y sentir su reacción ante la agonía, la tortura y el dolor.

Frente a los ojos del espectador hay una mutilación de genitales, los cuales son trasplantados a Grace. A Carl le cortan la lengua y las extremidades. Mientras que otra mujer es violada y sometida a una terapia de electrochoques y otro de los participantes en la obra se suicida colgándose con una media de manera real, es decir, en realidad sí está colgado y sufriendo la agonía del suicidio, aunque la escena, lógicamente, termina antes de que ocurra algo con el actor.

Todo esto es una invitación de la autora al público para pensar y tratar de entender que la sociedad se había convertido en un receptor de violencia y la había normalizado; sin embargo, no podía seguir, no era posible ver otro muerto, otra violación, otro cuerpo sangrado u otra tortura. Era un régimen muy violento y su generación estaba harta de ello. La situación llevaba a una depresión general que causaba en los jóvenes una vida cansada haciéndolos sentirse tristes y desganados, como le ocurría a ella misma. En 1998 estrenó Cleansed y poco menos de un año después Sarah Kane se ahorcaría con un cordón en el hospital psiquiátrico en que vivía debido a una depresión severa que le causó una vida miserable, según relataba a sus amigos.

Sarah Kane pretendía mostrar toda esa locura, depresión y sentimentalismo en escena, pero con la firme idea de que al finalizar la obra, cada quien tomara sus cosas y regresara a la normalidad, ahora con conciencia de la realidad. Torturó a sus espectadores con sangre y abusos para hacerlos entender, pero la realidad es que se torturó más a sí misma, tanto que no soportó vivir de esa manera, ni de ninguna otra. Se ahorcó y sólo así consiguió la liberación de sus sentimientos.

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Éstas son las obras clásicas que todo amante del teatro debe conocer, en especial si el amor es lo primordial en la vida.

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