Las flores que siempre te daba y los chocolates que preparaba para San Valentín, tienen otro significado. Ahora ya no hay nariz que las huela, boca que los disfruten y mano que tomar. Te has ido dejándome partida en mil pedazos y con lágrimas corriendo sobre mis mejillas en este doloroso y crudo primer 14 de febrero sin ti.
Quisiera seguir disfrutando de tu sonrisa y esa mirada que llenaba mi vida de color. Esa compañía y el calor de tu cuerpo junto al mío. Tantos Días del Amor y la Amistad pasamos juntos felices, abrazados y riendo hasta que el estómago nos doliera. Ahora son solo recuerdos que se han quedado muy clavados en mi alma y corazón.
Te extraño tanto como jamás creí poder extrañar a alguien. Me siento incompleta, me falta una buena parte de mí, un pedazo de alma, me faltas tú. Pero sé que podré sobrevivir con tu recuerdo, con esas miles de fotografías que tenemos juntos, las cartas y los besos que aún los siento en mi cuello. Espero que estés bien donde quiera que te encuentres y que quizá, cuando lleguen los 14 de febrero a tu mente, aparezca mi imagen aunque sea por un instante.
No estaba preparada para tu partida, jamás lo estaré, mis ojos duelen de tantas lágrimas derramadas y mi corazón se volvió chiquito desde que dijiste adiós. Creo que jamás podré amar igual, nunca me recuperaré de este golpe y el dolor quizá jamás se vaya. Cala, arde, lastima hasta los huesos. Me dan incluso celos ver a parejas felices llenas de amor celebrando este día, tal como lo fuimos tú y yo en el pasado. Yo ya no puedo más, solo me queda ver nuestras fotografías, cerrar los ojos e imaginar que sigues aquí, tan amoroso, especial y lleno de vida.
Hasta siempre, amor de mi vida, mi corazón te lo llevaste el día que decidiste partir. Aquí se quedó un cascarón, un cuerpo vacío añorando el regreso de aquellos momentos junto a ti. Te amo eternamente y te agradezco todo lo que me hiciste sentir.
Las flores que siempre te daba y los chocolates que preparaba para San Valentín, tienen otro significado. Ahora ya no hay nariz que las huela, boca que los disfruten y mano que tomar. Te has ido dejándome partida en mil pedazos y con lágrimas corriendo sobre mis mejillas en este doloroso y crudo primer 14 de febrero sin ti.
Quisiera seguir disfrutando de tu sonrisa y esa mirada que llenaba mi vida de color. Esa compañía y el calor de tu cuerpo junto al mío. Tantos Días del Amor y la Amistad pasamos juntos felices, abrazados y riendo hasta que el estómago nos doliera. Ahora son solo recuerdos que se han quedado muy clavados en mi alma y corazón.
Te extraño tanto como jamás creí poder extrañar a alguien. Me siento incompleta, me falta una buena parte de mí, un pedazo de alma, me faltas tú. Pero sé que podré sobrevivir con tu recuerdo, con esas miles de fotografías que tenemos juntos, las cartas y los besos que aún los siento en mi cuello. Espero que estés bien donde quiera que te encuentres y que quizá, cuando lleguen los 14 de febrero a tu mente, aparezca mi imagen aunque sea por un instante.
No estaba preparada para tu partida, jamás lo estaré, mis ojos duelen de tantas lágrimas derramadas y mi corazón se volvió chiquito desde que dijiste adiós. Creo que jamás podré amar igual, nunca me recuperaré de este golpe y el dolor quizá jamás se vaya. Cala, arde, lastima hasta los huesos. Me dan incluso celos ver a parejas felices llenas de amor celebrando este día, tal como lo fuimos tú y yo en el pasado. Yo ya no puedo más, solo me queda ver nuestras fotografías, cerrar los ojos e imaginar que sigues aquí, tan amoroso, especial y lleno de vida.
Hasta siempre, amor de mi vida, mi corazón te lo llevaste el día que decidiste partir. Aquí se quedó un cascarón, un cuerpo vacío añorando el regreso de aquellos momentos junto a ti. Te amo eternamente y te agradezco todo lo que me hiciste sentir.