El sexo, aunque no es un momento violento, sí puede ser disruptivo. Cuando uno está ahí, el mundo entero pasa a segundo plano, sólo el placer de dos —o quizá más— personas es lo único que realmente importa. Es un momento sin reglas, donde todo es permitido, al menos hasta que una de las dos partes decide terminar con el momento o simplemente termina. Si los sacamos de su contexto, evidentemente es casi imposible normalizar todos los fetiches que existen, no obstante, al condenarlos —siempre que estos no atenten con la integridad de la pareja— también estamos limitando injustamente la sexualidad de los demás. En esta ocasión te contamos qué es el feedismo: el fetiche de engordar a tu amante para obtener placer.
Cuando aparecen fetiches como el feedismo, basado en ver engordar a la pareja, la gente sigue haciendo gestos de repulsión a pesar de que en su mente comienzan a imaginar las posibilidades de que ver comer a su amado los excite. De hecho, esa atracción por la grasa corporal no es algo que haya nacido recientemente; durante el Renacimiento era común ver pinturas en donde las mujeres rollizas eran sinónimo de belleza absoluta. Muestra de ello es Las tres Gracias de Rubens.
Un feeder no alimenta de manera obscena a su pareja sólo para obtener placer en verle engordar; sino que ellos mismos se proponen incrementar su masa corporal para gustarse a sí mismos.
El argumento de los que se oponen al feedismo es que comer y engordar de esa manera afecta terriblemente la salud de sus practicantes. Sin embargo, son ellos mismos quienes aseguran que no son bestias que devoran todo lo que se les pone enfrente; de hecho, tratan de visitar al médico periódicamente para verificar que el comer de esa manera no esté dañando su salud.
Comer, no sólo por supervivencia sino por placer, es parte de la cotidianidad. Entonces, ¿qué es lo que realmente nos impide aceptar el feedismo como un fetiche? Al igual que ocurre con otras practicas sexuales, el hecho de el feedismo no encaje con nuestra perspectiva nos causa repulsión, lo cual indica que sigue siendo urgente una apertura y tolerancia hacia los otros.
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