Hay días en los que no quiero levantarme de la cama. Nada parece claro para mí. El ruido más leve me trastorna, lloro con comerciales de galletas y una pequeña discusión sobre qué película ver en Netflix se vuelven un huracán emocional en mi interior. Para alejar mi piel de las cobijas debo hacer un esfuerzo sobrehumano. No entiendo, nunca he sido una persona especialmente sensible y ahora mis ojos parecen ser una cascada de lágrimas tras el más mínimo estímulo.
¿Te sientes ansiosa, triste, irritable y no sabes por qué? Tu anticonceptivo podría ser el culpable.
A 340 mujeres de entre 18 y 35 años se les suministró una serie de píldoras durante tres meses. A un grupo de ellas se les dio un placebo y a las demás una píldora de levonorgestrel y ethinylestradiol, componentes de las pastillas anticonceptivas más comunes. Ni las participantes ni los propios científicos sabían a quiénes se les había provisto qué tipo de píldora, hasta el final de las pruebas, esto con el fin de evitar arbitrariedades.
Los resultados fueron claros: las mujeres que sin saberlo consumieron la pastilla real reportaron afectaciones en su estado de ánimo. Dijeron haberse sentido con menor capacidad de autocontrolarse, bajo estado de ánimo y poca energía. Las que consumieron el placebo no presentaron afectaciones. La conclusión de este estudio reveló que si bien las posibilidades de sufrir una depresión severa no son tan grandes, el consumo de estas sustancias sí afecta la calidad de vida de las mujeres que las usan. Este aspecto, recalcaron, no debe minimizarse, la salud anímica es tan importante como la física y la mental.
Quizá estos resultados no sorprendan a nadie; la experiencia de millones de mujeres en el mundo ha respaldado la idea de que las pastillas anticonceptivas causan afectaciones emocionales y este estudio sólo lo confirmó.
La relación que guardan las hormonas con los estados de ánimo ha sido más que evidenciada desde hace años. Así que la pregunta sería ¿por qué a pesar de las consecuencias de este tipo de medicación se siguen prescribiendo estos métodos a millones de mujeres en el mundo? Más aún, ¿por qué el uso de anticonceptivos recae solamente en la figura femenina?
El año pasado, un reporte publicado en la Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism, reveló los resultados de un estudio hecho a 320 hombres a quienes se les inyectó testosterona para reducir el contenido de esperma en el semen. Éste tuvo una eficacia del 96 %; no obstante, “debido a los efectos secundarios, en particular la depresión y otros trastornos emocionales, los investigadores decidieron detener el estudio en marzo de 2011”, reportó un artículo de CNN.
Al respecto, hay que reconocer que en México se han llevado a cabo proyectos de investigación para una posible medicación entre métodos anticonceptivos masculinos y femeninos. Claudia Treviño Santa Cruz, investigadora del Departamento de Genética, Desarrollo y Fisiología Molecular del Instituto de Biotecnología de la UNAM, destacó en una entrevista que “los espermatozoides son células muy distintas a otras de nuestro cuerpo (el femenino) se comportan diferente y su única misión es llevar el contenido genético intacto al ovocito y entregarlo” por ello, un método de anticoncepción para el hombre se torna complicado.
La institución no ha cesado sus investigaciones; hace unos meses se dio a conocer que doctores del Instituto de Fisiología Celular, habían descubierto efectos inhibitorios claros sobre la respuesta de espermatozoides humanos a la progesterona en los venenos de alacranes, víboras y arañas. No obstante, aún se ve como un escenario muy lejano que sean los hombres quienes consuman un método contra la fertilidad.
Sí, controlar la natalidad por medio de pastillas anticonceptivas es una opción práctica y relativamente sencilla. A veces estamos más preocupadas por las presuntas consecuencias físicas, si engordan, provocan acné o debilitan el cabello, pero en cuanto a lo emocional no reparamos que nuestra estabilidad también está en juego.
Está de más decir que esta pastilla no te protege contra ningún tipo de enfermedad venérea y, aunque tengas una pareja estable, es recomendable usar condón. El embarazo no deseado, no es la única consecuencia adversa de mantener relaciones sexuales sin un anticonceptivo de barrera.
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Antes de decidirte por un método anticonceptivo debes visitar a tu ginecólogo. Este tipo de pastillas pueden estar contraindicadas si sufres algún tipo de desorden hormonal o psicológico. También toma en cuenta las posibles afectaciones emocionales que esta minúscula píldora puede causar en ti. Cuidar de uno mismo también implica procurar la felicidad.
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Referencias
CNN
UNAM
American Society for Reproductive Medicine