7 pecados capitales que comete todo turista cuando sale de viaje

7 pecados capitales que comete todo turista cuando sale de viaje

7 pecados capitales que comete todo turista cuando sale de viaje

Este artículo fue originalmente publicado por Diego Cera el 2 de septiembre del 2017.

No puede haber más genio que aquél al que se le vino a la mente la maravillosa idea de hacer la distinción entre turista y viajero; hay quienes lo atribuyen a George Santayana y a su libro sobre la llamada “filosofía del viajero”. Sin embargo, casi con seguridad podemos decir que ya antes se había pensado en todas las diferencias que hacen necesaria esta conceptualización. Una de ellas, quizá la principal, es que un viajero, uno verdadero, se deja sorprender; se aleja de las playas, que ciertamente son la zona de confort para muchos, y pone a prueba sus propias sensibilidades para hacer de cualquier destino una experiencia única.

Por otro lado, un turista poco sabe de viajes, para su limitada mente un viaje debe incluir en el itinerario una playa o algún destino donde pueda humedecer su cuerpo, como si el sudor provocado por kilómetros de carretera no fuese suficiente. Una vez en su destino, lo único que estas personas pueden hacer es quejarse de todo y de cuanta persona se cruza en su camino.

Lujuria

¿Cuántas veces no has escuchado decir a tus amistades que quieren viajar a Italia o cualquier lugar de Europa para encontrar pareja? Seguramente varias, sobre todo ahora que la gente cree firmemente que una manera de olvidar su pasado es viajar para “conocer” a otras personas. Por supuesto que hacerlo nunca está de más, aunque viajar sólo para ello parece una idea absurda.

Pereza

No son pocas las personas que realizan un viaje para tomarse un descanso, sin embargo, hay una diferencia abismal entre salirse de la rutina durante unos días y quedarse todas las vacaciones adentro de un cuarto de hotel. Incluso cuando viajas como turista, debes aprovechar todo lo que el destino que escogiste tiene para ofrecer; finalmente no siempre las mejores experiencias ocurren dentro de un cuarto de hotel.

Avaricia

Cuando una persona emprende un viaje, siempre quiere llevarse un pequeño pedazo del lugar que visitó, no importa si es el afiche más sencillo, un recuerdo nunca está de más. Para un mal turista no existen los precios justos, es por ello que siempre dedicará un momento de su compra a regatear, usará cualquier clase de artimañas para que un artesano —cuyos ingresos probablemente provengan de la venta de los souvenirs— baje sus precios aún más, no importa si el precio ya es una burla al trabajo del vendedor, éste debe de ofrecer una verdadera ganga para que el turista quede satisfecho.

Gula

Ningún viaje queda completo sin un recorrido gastronómico por cada destino, probar platillos típicos de cada región es justo una forma de conocer la cultura de cada lugar; gracias a los elementos que conforman cada manjar que los locales ponen en la mesa. No obstante, nunca faltará quien decida ir a la misma cadena de comida rápida que visita cada fin de semana en su ciudad, cuando se trata de salir de la rutina es necesario abandonarlo todo, incluso la monotonía de paladar.

Envidia

Una de las razones principales por las que cualquier persona emprende un viaje es porque ha escuchado maravillas de algún lugar. Esto a veces se convierte en una lucha por saber quién tuvo la mejor experiencia. ¿Pero en realidad disfrutan quienes se dejan llevar por los relatos de los demás? Difícilmente, debido a que todos tienen gustos y objetivos diferentes. Un viaje siempre es diferente, es por ello que los viajeros experimentados recomiendan perderse entre las calles de una ciudad desconocida.

Soberbia

No hay nada más insoportable que una persona que viaja sólo para quejarse de que todo en su lugar de origen es mucho mejor. La comida, el transporte, el clima; para este tipo de turistas no hay un momento de paz cuando se trata de exaltar la perfección de su hogar, tanto que sus acompañantes más de una vez han sentido la necesidad de pedirle atentamente que regrese a donde mejor le convenga y deje de incomodar a todo mundo con su conducta.

Ira

Esto va un poco de la mano con el punto anterior y es que en todos lados siempre habrá una de esas personas que, sintiéndose reyes o dueños del mundo, pretenden que un lugar esté completamente vacío y a su disposición. Su molestia por prácticamente todo no sólo hace que ellos mismos pasen un mal rato sino que, probablemente, quienes están a su alrededor tengan las peores vacaciones de su vida.

Hay más de una forma en la que se puede arruinar un viaje que se creía perfecto, apenas basta el pretexto perfecto para que una persona quede totalmente insatisfecha con su decisión y termine por llevarse algo más que un trago amargo que podría durar días, incluso semanas. Es por ello que una mente abierta siempre disfruta más que aquella que se niega a lo desconocido.

Salir de la versión móvil