¿Por qué las personas que viajan son más creativas?

¿Por qué las personas que viajan son más creativas?

¿Por qué las personas que viajan son más creativas?

Dentro de veinte años estarás más decepcionado de las cosas que no hiciste que de las que hiciste.
Así que desata amarras y navega alejándote de los puertos conocidos.
Aprovecha los vientos alisios en tus velas.
Explora. Sueña. Descubre.

Mark Twain


En un futuro no muy lejano, girarás la cabeza con miedo y descubrirás que se te pasaron los días, que las noches ya no te durarán más y las oportunidades no regresarán, notarás todo lo que pudiste haber hecho y tenido, pero que nunca te atreviste a buscar. Desearás nunca haber abandonado tu inspiración y ese aire demente a través del cual tu creatividad te invitaba a ser feliz, sin embargo, sabrás que jamás volverás a tener el tesoro de la juventud entre tus manos y que más bien ésta ya se te ha escurrido entre los dedos.

Antes de que eso suceda, decídete a despertar, piérdete en cualquier parte del mundo para después encontrarte más grande, lúcido y completo con menos miedo y más ideas, pero siempre creando. ¿Cómo lograrlo? La creatividad es un proceso que ocurre en nuestro cerebro a partir de una serie de motores que funcionan bajo los estímulos internos, pero también impulsos externos que se construyen o surgen de todo lo que nos rodea.

Por lo tanto, el movimiento se convierte en un potencializador de la creatividad inigualable, pues rodearnos continuamente de versiones distintas del paisaje, el idioma, las costumbres, los sabores y aromas, los colores y las emociones resulta en un experimento que ilumina la mente hasta hacerla chispear en creatividad. Así que al igual que Mark Twain, Aldous Huxley y Enest Hemingway encontraron su inspiración en sus múltiples viajes para escribir muchas de sus mejores obras, tú puedes sumergirte en un mundo creativo al que sólo la imaginación, motivada por tus viajes alrededor del mundo, podría dejarte entrar.

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“No confundas un viaje de entretenimiento
con una experiencia de intercambio cultural”.

Sin embargo, un viaje a la Riviera Maya en el que no salgas de la alberca más que para caminar a la zona de antros de Cancún no te convertirá para nada en una persona más creativa, pues este intercambio de experiencias con el que motivas a tu mente a llevar a cabo la sinapsis, es decir, redes neuronales que procuren los procesos creativos de tu psique; se basa en enriquecerte de nuevos conocimientos que únicamente lugares, personas, actividades o sensaciones totalmente nuevas podrían darte.

Por ejemplo: en lugar de pasar todo tu viaje, a donde quiera que vayas, junto a tu grupo de amigos, puedes planear alguna excursión con otros visitantes, personas de cualquier otro país o los mismos residentes del lugar que visites, así aprenderás de todo lo que ellos te aporten. Al igual puedes optar por practicar alguna actividad que se acostumbre en la ciudad a donde hayas decidido llegar, pues al tratarse de un ecosistema distinto, las actividades serán totalmente diferentes a las que tu mente ya está acostumbrada.

Mayor número de viajes = mayores niveles de creatividad

Galinsky también demostró en sus estudios que de un grupo de empresarios y ejecutivos que se encargaban de idear nuevas estrategias creativas de venta y lanzamiento de productos, los que habían viajado a un número mayor de países por cuestiones laborales habían desarrollado una notoria habilidad para crear nuevas estrategias y desarrollar ideas originales en comparación con el grupo de publicistas que no habían recorrido tantos destinos.

“Pisar una nueva ciudad no te convierte
en un erudito de la creatividad”.

El resultado de ese aumento cognitivo es más complicado que tan sólo llegar al aeropuerto, pues esta relación entre viajar y crear se debe a la demanda psicológica que nos motiva a adaptarnos a tantas y diferentes esferas culturales, empapándonos de un aprendizaje mucho mayor a todos los que no han tenido que exigirle esa capacidad de adaptación a su cerebro, puesto que las diferencias entre roles, géneros, idiosincracias o culturas se asocian con un factor intimidante contra el cual la mente tiene que luchar, y al lograrlo se genera la explotación de niveles creativos que la capacidad mental de cada uno puede alcanzar.

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“La habilidad de reconocer tu propio valor se alimenta de las diferentes experiencias culturales que vives”.

Cruzar nuestras costumbres, tradiciones y percepciones con las de otros se convierten en un poderoso motivador para que nuestro sentido de conexión con los demás, pero sobre todo con nosotros mismos, se fortalezca y/o aumente. Esto se debe a que nuestra confianza o fe en los demás, o en la humanidad, como lo menciona Immordino-Yang, se acrecienta conforme a nuestras experiencias durante algún viaje.

De hecho, se comprobó a través de un estudio de la Universidad de Tel Aviv, realizado en el 2012, que las personas que aún creen que las diferencias raciales se relacionan con el valor, la inteligencia o la capacidad de alguien, obtuvieron resultados significativamente bajos en comparación con las mentes que convergen con la idea de igualdad entre razas, quienes realizaron las mismas pruebas con resultados mucho mayores basados en la creatividad de sus respuestas.



En conclusión, el cambio que conlleva cualquier viaje se asocia directamente con la evolución cognitiva de desarrollarnos como mentes creativas que sepan adaptarse a cualquier entorno fuera de nuestra zona de confort. Por lo tanto, cuando creemos estar secos de ideas y no poseer ningún recurso más para explotar nuestro potencial, puede ser que lo único que nos haga falta sea viajar a algún destino del mundo, tan cerca o lejos como queramos, pero que implique esa fresca y dinámica mezcla cultural de la que emerge nuestra infinita creatividad.

Además de la experiencia también puedes enfocarte en los paisajes con los que podrás hacer volar tu imaginación, conoce los lugares más psicodélicos del mundo y atrévete a descubrir un lado de tu creatividad que ni siquiera tú conocías. Por otro lado, viajar no es la única forma de desarrollar tu lado creativo, ya que también puedes apoyarte de los mejores diseños de escritorios para inspirarte.

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