Mitos y realidades: todo lo que debes saber antes de viajar a China

Mitos y realidades: todo lo que debes saber antes de viajar a China

Mitos y realidades: todo lo que debes saber antes de viajar a China

Son diversos los imaginarios que permean el pensamiento Occidental sobre China; la dimensión económica, política, social y cultural es transversalmente trastocada por ideas preconcebidas, de esas que tanto daño hace a los viajeros. ¿Qué es lo que sucede cuando se viaja con moldes culturales de antemano aceptados, y tal vez erróneos, hacia el otro lado del mundo?

Sucede que esos imaginarios se diluyen; yendo de lo general a lo particular, uno de las primeras ideas que se desvanecen es el económico; nuestra concepción dualista que sentencia que “si no es uno es otro” no nos permite comprender que el modelo económico chino no pertenece a la dualidad capitalismo-socialismo, no es un modelo copiado de la extinta Unión Soviética, pero tampoco es un modelo económico copiado de los estadounidenses.

De ninguna manera se trata de un modelo propio, y si China se abrió al comercio exterior fue para traer beneficios a través del desarrollo. ¿Cómo lo logró en tan poco tiempo? como primer paso eliminó la corrupción en todos los niveles, no es raro, por lo tanto, que un expresidente o un alto funcionario hayan pisado la cárcel por corrupción. Otro elemento básico para su desarrollo acelerado es la inversión en la investigación y desarrollo tecnológico, así como en elevar el nivel escolar entre sus habitantes, cosa nada desdeñable si tomamos en cuanta un país tan grande y con una población de mil 300 millones de habitantes.

El problema del Tíbet es otro imaginario contradictoriamente complejo. Resulta que es un punto militar estratégico y, por lo tanto, se vislumbra muy poco probable su liberación, por supuesto que los principales interesados en liberar al Tíbet son los Estado Unidos, quienes, por cierto, son los generadores de los imaginarios antichinos. Me preguntaban que cuál era la situación en cuanto a la presencia militar castrense, he de mencionar que durante los continuos viajes nunca me encontré con ningún retén militar, de esos que abundan en nuestras carreteras mexicanas. La política de un sólo hijo es férrea, y en caso de un segundo hijo hay que trabajar más para aportar los gastos que implica su educación y manutención; algo que llama mucho la atención en ciudades como Beijing, Xi’an, Shanghái y Hangzhou es el uso de la bicicletas y motocicletas eléctricas, para las cuales existe un carril exclusivo; este hecho puede, a largo plazo, solucionar los graves problemas de contaminación que padecen esas grandes ciudades, ya que en algunas aún se produce electricidad con carbón.

En cuanto a la cultura, encontré una gran disciplina, se desayuna a las 6:30 a.m., se come al mediodía, y se cena a las 18:00 hrs. El imaginario en el cual vislumbraba a chinos comiendo gatos, perros, serpientes y alacranes se borró: en un territorio tan vasto, hay mil maneras de comer, por supuesto que en algunas zonas se come gato y perro, pero en la gran mayoría y si usted quiere comer de manera exótica, tendrá que gastar algo de dinero en algún restaurante gourmet. El desarrollo económico ha propiciado un turismo interno muy importante, hoy se viaja más que antes por todo el territorio chino, es sorprendente observar la gran cantidad de gente de todos los grupos étnicos paseando por los sitios turísticos milenarios, como La Gran Muralla, Los Guerrero de Terracota y La Ciudad Prohibida; se trata de un país repleto de monumentos que han sido declarados patrimonio de la humanidad.

La modernidad convive con la memoria ancestral de la cultura, así uno puede maravillarse con rascacielos en ciudades como Shanghái, y a la vez entrar a un templo budista o taoísta y escuchar el canto de los monjes. Es asombroso ver la cantidad de personas que llegan de todos los rincones, se forman por horas y horas sólo para observar la tumba de Mao Tse-Tung. Otro imaginario es aquel en el que se nos hizo creer que el acceso a manifestaciones culturales “ajenas” está controlado; las redes sociales como Facebook y canales de videos como YouTube no existen; sin embargo, en los canales de televisión también se transmiten telenovelas, igual de mal actuadas que las que tenemos en México, también existen reality shows, canales de videos musicales chinos y demás parafernalia televisiva. Paseando por las calles de Shozhou me encontré con una publicación sobre Charles Bukowski, la gran diferencia es que sólo pagué el equivalente a cuatro pesos mexicanos por el pequeño libro.

En definitiva, la disciplina, la apertura económica hacia el exterior para beneficio propio, la eliminación de la corrupción, el gasto e inversión en educación e investigación-desarrollo tecnológico son los grandes motores del desarrollo de la China actual, sustentada por la herencia de su cultura ancestral milenaria: casi cualquier rincón chino tiene las declaratorias de patrimonio cultural de la humanidad… Aunque no todo es miel sobre hojuelas, el gran problema de la contaminación en las grandes ciudades es todavía un reto que se mantiene vigente.

Xie xie.

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