Un día cualquiera en la vida de un alcohólico y otros vicios
—Nos vemos a las seis afuera del metro. Llegas temprano para evitar problemas y no olvides el dinero, son 200 por cada pastilla.
—Sí, ya sé. No hay problema.
Son las seis de la tarde y los dos jóvenes encuentran. Intercambian algunas palabras y comienzan a caminar sobre la calle . Su intención es comprar éxtasis porque en la noche hay una fiesta y quieren perderse en la oscuridad. Cuando llegan con su traficante y piden el producto, él les dice una cantidad que no habían considerado. Los precios subieron y el presupuesto se reduce para el alcohol. Un poco molestos empiezan a discutir con el comerciante de sustancias ilegales y regatean el precio. El intento es en balde. Ellos se enojan, cancelan el trato y parten con las manos vacías de drogas, pero con el bolsillo lleno para el alcohol.
¿Por qué prefirieron la ausencia de estupefacientes pero la riqueza del alcohol? ¿Acaso un tarro frío de cerveza es mucho mejor un viaje psicodélico? Para entenderlo hay que sumergirse en la mente y cotidianidad de uno adicto, o mejor dicho, en la vida de un adolescente embriagado por la pasión del amor y la amistad. La mejor forma de hacerlo es a través del trabajo fotográfico de Gioia de Bruijn, una mujer que sabe lo que significa amanecer en la cama de un desconocido.
A través de los años Gioia ha salido con amigos y desconocidos a fiestas en diversas partes del mundo. Como buena fotógrafa tienen una sensibilidad para comprender y retratar lo que se vive en el momento y lo que hay detrás. Ella podría inmortalizar el punto más alto de una fiesta, pero decidió ir un paso adelante al concentrar su trabajo en lo que pasa después de una noche de desenfreno.
Gioia de Bruijn es aficionado a la naturaleza salvaje intrínseca del humano. En su serie “Weekend Wariors” muestra la belleza de sus amigos durante un afterparty que duró hasta “la tarde del martes”. A menudo su tema se define por el paisaje salvaje, áreas abiertas, con o sin gente y las habitaciones donde chichos embriagados comparten la noche con un desconocido.
¿Hay algo de malo con amanecer junto a una persona que conociste hace 12 horas? Las personas maduras encontrarán polémico dormir con un desconocido, pero para la juventud rebelde sólo se trata de una convivencia más en un mundo lleno de libertad y alegría. Aquí es cuando entra en juego el alcohol, el lubricante social de las fiestas y reuniones, que al estar ausente la comunicación entre dos entes extraños se nulifica.
Las drogas aturden, el alcohol desinhibe. Ésta es la razón por la que es preferible una copa a un químico aún más dañino para el sistema nervioso. Además, al estar bajo los efectos del alcohol y sentir una necesidad por interactuar con el otro, es más sencillo conseguir algún favor o intercambiar una pastilla a cambio de un beso o una caricia.
Gioia reconoce muy bien esa distinción y se pregunta qué pasa al amanecer, en ese momento donde el cuerpo terminó por digerir los altos niveles etílicos y la consciencia vuelve a su estado habitual de rigidez.
¿Las personas se espantan por lo que hicieron anoche? Con “Weekend Wariors” nos dice: “Calma, no hay arrepentimiento ni vergüenza. Dos extraños dejaron de ser forasteros gracias al alcohol y despiertan gustosos de transportar la nueva amistad a un ámbito formal”.
Es por eso que vemos jóvenes contentos, que sonríen al acordarse cómo conoció al chico o la chica que descansa a su lado. Es en ese momento cuando entienden que todo valió la pena y el afterparty podría ser igual de agradable que la excitante noche.
A Gioia siempre le ha interesado la yuxtaposición de texto e imagen. La gente tiene una tendencia a proyectar su propia realidad en su comprensión de una fotografía, que es grande, pero a veces el fotógrafo los empuja en la dirección de la historia real al agregar otra dimensión. Casi todas sus fotografías tienen una historia detrás de ellas: un ¿cómo te llamas?, ¿qué te gusta?, ¿quieres bailar hasta el amanecer? A partir de ahí el alcohol hace su trabajo y el círculo de los “Weekend Wariors” se hace más grande, íntimo y lleno de sosiego.
Así se siente siente amanecer ebrio y en una cama ajena.
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La característica principal de la juventud es la valentía de experimentar nuevas sensaciones. El vértigo de conocer a un desconocido mientras un beat suena de fondo tiene los mismos efectos que el de la droga más placentera. Gracias a los afterparty de Gioia de Bruijn sabemos que los jóvenes no amanecen con un sentimiento de culpa sino con una gran sonrisa en el rostro.