La Santa Inquisición, el Tribunal Eclesiástico que fue responsable de muchas muertes, ha sido uno de los temas históricos más abordados, pero también de los menos comprendidos. Es prácticamente imposible hablar de ella sólo por sus métodos de tortura o del número aproximado de víctimas. Su funcionamiento interno y su impacto en la sociedad es tan amplio que aquí te presentamos un resumen para entenderla mejor:
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Primero lo básico, ¿por qué “Inquisición”?
La palabra tiene su origen en el latín “inquiro”, que significa buscar, e “inquisito”: búsqueda. El objetivo del Tribunal era la búsqueda y castigo de los herejes. Es necesario aclarar que no existió sólo una Inquisición, las más conocidas son dos:
Inquisición Medieval: Estuvo bajo el mando directo del Papa, y sus orígenes están en la persecución de los cátaros o albigenses, quienes eran considerados sectarios por criticar los excesivos lujos de la Iglesia.
Inquisición Española: Este Tribunal perseguía a los “judaizantes” (judíos convertidos al cristianismo que secretamente mantenían sus tradiciones). Ésta, a diferencia de las demás inquisiciones, estuvo al mando del Estado, comenzó con los Reyes Católicos en 1478 y se disolvió por completo en 1834. Existieron otras cuantas como la portuguesa y la romana, ambas bajo la autoridad del Papa.
¿Bastaba un rumor para acusar a alguien?
Si bien es cierto que los procesos de la Inquisición se alejaban del Derecho Romano y del conocido procedimiento acusatorio (en el que las partes, acusado y perjudicado, presentan pruebas a un juez y éste decide en favor de uno o de otro), la mayoría de las veces el Tribunal buscaba que una acusación tuviera, por lo menos, dos quejosos para poder iniciar un proceso, y éste era muy largo.
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¿Los presos eran torturados desde su aprehensión hasta la muerte?
No, había un largo tramo a la hoguera. Generalmente el proceso se podía dividir en seis partes:
1.- Edicto de fe: Esto no era más que la invitación a denunciarse a sí mismos, si es que alguien se creía hereje, así como a denunciar a otros. Este período correspondía a un lapso de entre 30 y 40 días.
2.- La detención: Después de levantar el informe conocido como “sumaria”, que recogía los testimonios de cargo contra el acusado, se procedía al arresto, y éste iba acompañado de la confiscación de los bienes; si era una persona de alto rango, se le permitía tener uno o dos criados que permanecerían encerrados con ellos.
3.- La instrucción: Una vez detenido, el presunto culpable permanecía aislado en su celda durante semanas o meses. Muchos no sabían de qué estaban siendo acusados y sólo tenían contacto con su carcelero. Cuando finalmente los inquisidores interrogaban al prisionero, las preguntas tenían que ver con los oficios que había desempeñado hasta entonces, quiénes eran sus padres y abuelos; ciudades donde había vivido; cónyuges, hijos, estudios y viajes realizados. Después se comprobaba que conociera las principales oraciones católicas y se le pedía que dijera las razones por las cuales estaba detenido y que confesara sus pecados.
4.- La tortura: El proceso anterior se repetía hasta tres veces con intervalos de algunos días. Si tras el tercer interrogatorio el prisionero no confesaba, se le llevaba a la celda de tortura, a donde sólo podían acceder el escribano, los inquisidores y el verdugo. La tortura a los prisioneros era para hacerlos confesar, aunque los inquisidores eran conscientes de que el tormento no era un medio seguro de obtener la verdad.
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5.- El veredicto: Llegado este punto era imposible declarar a un acusado inocente, era preferible decir que no había pruebas suficientes. Según el grado de culpabilidad se distinguen tres tipos de acusados:
A los primeros dos se les permitía la reconciliación a través de diferentes abjuraciones, la cual dependía del tipo de delito. El tercer grupo se dividía a su vez en tres categorías, ninguna con un final deseable.
6.- El auto de fe: Este evento se debía realizar un domingo o un día festivo para que todos los habitantes pudieran asistir; días antes se leía una proclama pública para invitar a la población. Una vez que el penitente era vestido adecuadamente, respecto al delito cometido (con el Sambenito, la prenda que vestían los acusados por el Tribunal), abandonaban la prisión hacia donde se realizaría el auto de fe. Un predicador pronunciaba un sermón para atacar la herejía, después se hacía la lectura de las sentencias y, una vez terminada la lectura, un destacamento llevaba a los condenados a los lugares de suplicio; inmediatamente después se arrojaban los cuerpos a la hoguera para reducir a cenizas los cadáveres. Esto podía tomar toda la noche.
¿Cuántas muertes causó la Santa Inquisición?
Aunque las cifras no son exactas, lo cierto es que no sólo la Inquisición fue culpable. Es decir, como los miembros del Tribunal Eclesiástico no podían ser verdugos ni torturar, siempre existió una colaboración Iglesia-Estado, por lo que los gobiernos de Alemania, Francia, España, etc., fueron los brazos seculares que realizaban tanto las torturas como los autos de fe.
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¿Cuándo dejó de existir?
La mayoría de las inquisiciones se disolvieron alrededor del siglo XIX; sin embargo, la conocida como “Romana” no ha dejado de existir. En 1965 cambió su nombre a “Congregación para la Doctrina de la Fe”, cuyo campo de acción se limita dentro de la misma Iglesia. (Vaticano, s.f.)
Esto es sólo un brevísimo resumen que puede ayudarte a comprender cómo actuó la Inquisición a lo largo de seis siglos.
La Historia está llena de detalles curiosos que vale la pena descubrir, por eso te compartimos los datos de La expulsión religiosa que inspiró la Independencia de México.
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Trabajos citados:
Alcalá, Á. (1984). Inquisición española y mentalidad inquisitorial. Barcelona: Ariel.
Baroja, J. C. (1972). Las brujas y su mundo. Madrid : 1969.
Escudero, J. A. (1989). Perfiles jurídicos de la Inquisición española. Madrid: Universidad Complutense de Madrid.
Kamen, H. (1965). LA INQUISICION ESPAÑOLA. Barcelona: Crítica.
Pérez, J. (2009). BREVE HISTORIA DE LA INQUISICION EN ESPAÑA . Barcelona: Crítica.
Vaticano. (s.f.). http://www.vatican.va/.
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