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Dirty John es una de las producciones más recientes que Netflix añadió a su catálogo y ha capturado la atención de miles de personas que han quedado totalmente intrigadas por el relato en torno a John Meehan y Debra Newell, quienes se conocieron en un sitio de citas para personas mayores de 50 años.
Si bien la serie es un gran resumen de los actos atroces de John Meehan, existen detalles que se quedaron fuera o que fueron adaptados para tener una mejor narrativa visual; sin embargo, a lo largo de los capítulos impera una fuerte sensación de que John no es el hombre que dice ser y que es un peligro mayor para las mujeres que lo rodean.
El hombre creció en un entorno que sin duda lo forjó como el gran estafador y manipulador que eventualmente probó ser. Su padre, que se jactaba de pertenecer a la mafia —aunque el vínculo familiar es escaso— desde joven lo entrenó para mentir a la perfección en escenarios que lo ayudarían a conseguir dinero, en particular cuando se trataba de levantar demandas, ya fuera aventándose y siendo atropellado por un automóvil en movimiento o colocar vidrio en un taco. Este tipo de comportamiento hizo que sus allegados lo apodaran “Dirty John” (John el Sucio).
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Sus estafas pronto pasaron de dedicarse a crear situaciones en las que podía demandar hacia planes mucho más elaborados. De acuerdo con el testimonio de uno de sus compañeros, Joe Loeffler, John comenzó a vender drogas, en particular cocaína que solía cortar y rebajar para ganar más dinero. Sin embargo, con el paso del tiempo traicionaría a Joe para no tener un antecedente criminal que no le permitiría ingresar a la escuela de medicina.
Debra y John. / Foto: LA Times.
Debido al alto costo de la escuela de medicina, John estudió en la Escuela de Derecho de la Universidad de Dayton, Arizona, donde el dinero fácil lo obtendría al solicitar numerosas tarjetas de crédito bajo otros nombres, sin embargo, después de un tiempo, el hombre dio inicio a otra de sus mayores estafas.
Allí conocería a Tonia Bales, quien sería su primera esposa y con quien cualquiera podría haber apostado que John tendría una vida más o menos normal, sin fraudes y estafas. Casado y con dos hijas, John decidió cambiar de carrera e iniciarse como enfermero anestesiólogo, una profesión que le daría fácil acceso a medicamentos opioides y que también era la misma de su esposa, quien lo ayudó a ingresar a la profesión y licenciarse como enfermero.
La boda de John y Tonia en noviembre de 1990. Foto: Tonia Bales / LA Times.
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No obstante, el idilio que pudo haber creado en torno a su matrimonio, familia y trabajo se resquebrajó cuando John se volvió adicto a las sustancias que pretendía administrar a sus pacientes. Fue cuestión de tiempo antes de que la verdad sobre los fraudes y el abuso de sustancias de John saliera a la luz.
Durante el proceso de separación, Tonia decidió investigar y encontró las drogas que John solía robarle a sus pacientes tanto para su uso personal, como para enviárselas a su hermano, Daniel, cuyo fallecimiento por una sobredosis de Diazepam fue el catalizador para que su esposa decidiera reportar su actividad ilícita a la policía.
El reporte de Tonia sacó a la luz el peor lado de John, quien rápidamente se transformó en un hombre que amenazaba con matarla, en especial cuando perdió su licencia por los robos. A partir de ese momento, John comenzaría a mudarse continuamente y eligiendo a las siguientes víctimas de sus fraudes.
Foto: California Department of Corrections / LA Times.
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Con un detective, Dennis Lucken tras su pista, John fue arrestado por el robo de varios kits de anestesia, sin embargo, evadió la cárcel debido a que no tenía antecedentes, así que podía inscribirse a un programa de rehabilitación y seguir en libertad. Esto le permitió ir detrás de las mujeres que habían colaborado para su más reciente roce con las autoridades, por ejemplo Meg Maggart, a quien intentó matar arrollándola con su carro.
A partir de entonces, el hombre mejoró sus habilidades para el engaño, convenciendo a sus parejas de seguir con él, así como de manipularlas a su beneficio:
«Una persona traidora, astuta y muy manipuladora que usa el miedo y la intimidación como una forma de controlar y coercionar a sus víctimas». Sería la descripción de la policía».
Connie Britton y Eric Bana interpretando a Debra y John. Otra de las mujeres destacadas que Mehaan sedujo y cuyo dinero intentó robar fue Marileide Andersen, una escritora brasileña a la que convenció de transferir cerca de 37 millones de dólares a su cuenta, aunque para la suerte de la brasileña, la transacción fue cancelada. El caso de Marileide sin duda tuvo resultados y John pronto fue a parar a la cárcel. No obstante, esto no impidió que John siguiera acosando a las mujeres desde la prisión, en particular a la detective Julia Bowman.
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Desde la prisión John intentó conseguir que mataran a la detective, así como a los demás testigos y mujeres que habían contribuido a que llegara a la cárcel, sin resultados. Hacia 2015 y después de cumplir una sentencia de dos años, conoció a Debra.
Tan sólo habían pasado dos días desde su liberación cuando tuvo su primera cita con la también diseñadora de interiores, dando inicio a un matrimonio precipitado, repleto de manipulación y control que provocó que Debra se alejara de los miembros de su familia, en particular de sus hijas quienes notaron que algo estaba mal con John.
John y Debra se casaron en diciembre de 2014 en Las Vegas. / Foto: LA Times.
A Debra le tomó meses tomar consciencia de que su cuento de hadas con el hombre perfecto, en realidad podía tener consecuencias mortales. Una rápida revisión de la oficina de Meehan en su hogar reveló una serie de órdenes de restricción, su tiempo en prisión, así como sus padecimientos. A pesar del desengaño, en un momento de debilidad Debra decidió perdonarlo y creer que el John Meehan de los papeles no era él, sino otras personas con su nombre.
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No obstante, la duda estaba instalada en la mente de Debra, por lo que poco a poco ideó el plan para poder escapar de John y no terminar muerta. Con la ayuda de abogados, cambiando su vestimenta, usando una peluca, viviendo en distintos hoteles y retirando a John de su testamento, Debra decidió abandonarlo de una vez por todas.
Foto: Netflix
Las represalias no tardaron en llegar: John acosó a Debra, intentó afectar su negocio y decidió atacar a Terra, la hija menor de Newman. El evento sucedió en el estacionamiento del departamento de Terra a plena luz del día. Con un cuchillo en mano, John intentó matarla. Durante el ajetreo, ella se hizo del cuchillo del atacante y sin pensarlo defendió su vida.
«La navaja voló de su mano.
Cayó sobre el pavimento.
Cayó con el mango apuntando hacia ella.
Cayó a pulgadas de su mano derecha.
Ella era diestra. No lo pensó. Ella empezó a golpear, buscando un blanco. Ella conectó, una y otra vez.
Su hombro. Su omóplato. Su tríceps. Su omóplato. Su espalda superior. Su omóplato. Su espalda superior. Entre sus omóplatos. Su antebrazo. Su tríceps. Su hombro. Su pecho. Su ojo izquierdo y, a través de éste, en su cerebro».
Si bien algunos creerían que ese sería el final de John, éste seguía con vida, aunque inconsciente: la estocada en el ojo izquierdo lo había dejado con muerte cerebral, por lo que quedaba en manos de Debra la decisión de mantenerlo con vida atado a una máquina de respiración. Ella optó por cederle la decisión a las hermanas de John, quienes a los cuatro días del ingreso de éste al hospital, decidieron retirarlo del soporte vital y por lo tanto, darle fin al terror que Meehan provocó en todas las mujeres que entraron en su vida.
Puedes ver el documental respecto al caso, Dirty John: la sucia realidad, en Netflix.
Del mismo modo, puedes escuchar los podcasts originales de la historia aquí.
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