*Este artículo fue publicado anteriormente por Carolina Romero el 1 de noviembre del 2017 y ha sido modificado
«Odio que sepas pensar
Y que me hagas reír.
Odio que me hagas sufrir
Y odio que me hagas llorar.
Odio tanto estar sola
Que no hayas llamado aún,
Pero más odio que no te pueda odiar
Aunque estés tan loco,
Ni siquiera un poco
Lo he de intentar».
Sí, quizá no sea el mejor poema del mundo, pero seguro te hizo llorar cuando viste 10 cosas que odio de ti. Curiosamente, esta cinta noventera está inspirada en La fierecilla domada de William Shakespeare.
Las alusiones de esta película al escritor inglés son numerosas; además de que es el autor favorito de Mandella —la mejor amiga de Kat— los nombres de las protagonistas —“Kat” y “Bianca”— son una adaptación de “Catalina” y “Blanca”, personajes centrales del libro mencionado. Además, su apellido es “Stratford”, lo que claramente recuerda a Stratford-upon-Avon, la ciudad donde William nació y murió.
Shakespeare es un clásico del que nadie puede desprenderse aunque lo intente: está de tal manera incrustado en el inconsciente que, prácticamente, su visión sobre el amor romántico la vivimos todos los días, en el cine y en la vida real. Por ello, conocer las frases de amor de William Shakespeare es una manera de conocernos a nosotros mismos, poner en palabras las intuiciones más profundas.
«El amor no prospera en corazones que se amedrentan de las sombras».
«El amor, como ciego que es, impide a los amantes ver las divertidas tonterías que cometen».
«El amor no mira con los ojos, sino con el alma».
«Si no recuerdas la más ligera locura en la que el amor te hizo caer, no has amado».
«El amor puede transformar las cosas bajas y viles en dignas y excelsas».
«El amor de los jóvenes en verdad no está en su corazón, sino más bien en sus ojos».
«Es amor bien pobre el que puede evaluarse».
«¡Oh amor poderoso! Que a veces hace de una bestia un hombre, y otras, de un hombre una bestia».
«El que no se ama a sí mismo no puede amar a nadie».
«Conservar algo que me ayude a recordarte sería admitir que te puedo olvidar».
«Tan imposible es avivar la lumbre con nieve como apagar el fuego del amor con palabras».
«Duda de que sean fuego las estrellas, duda de que el sol se mueva, duda de que la verdad sea mentira, pero no dudes jamás de que te amo».
«El amor es un loco tan leal que en todo cuanto hagáis, sea lo que fuere, no halla mal alguno».
«Un sentimiento moderado revela amor profundo, en tanto que si es excesivo indica falta de sensatez».
En El concepto de amor en Shakespeare, el escritor Marco Tulio Aguilera refiere que el concepto de amor en este escritor se presenta de muchas formas:
«Como artificio, como lucha de contrarios, como una forma de la vanidad, como batalla contra la adversidad, como juego de niños, como un capricho de los duendes y las hadas, como una fiesta y una apoteosis que viola todas las normas y salta todas las barreras, como la perfecta imposibilidad».
El amor es, al final de cuentas, eso que nos hace despertar todos los días, poner un pie fuera de la cama y tener ganas de enfrentar al mundo. Es increíble cómo, pese al pasar de los años, Shakespeare continúa expresando mejor que nadie ese mar de emociones.
Si quieres saber más sobre letras y amor, conoce los poemas de Nora Méndez para atravesarte toda la vida y descubre estos de Amado Nervo para dedicarte justo el día que me quieras.
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