No existen lugares para ocultar tu sexualidad –o por lo menos no debería haberlos–, pero sí podemos encontrar dónde celebrarla. En el menor de los casos, sitios para recordar la larga batalla que se ha librado en términos de derechos, igualdad y visibilidad. Uno de ellos es, por supuesto, Stonewall, cuna del activismo LGBT+; también El Castro, barrio que marcó la organización queer en todo el mundo; definitivamente, está Greenwich Village y la relevancia artística o festiva del movimiento. Y así podríamos hacer una larga lista con, cuando menos, un punto en cada país del mundo, un escenario donde la otredad se convirtió en estado de orgullo y lucha.
Sin embargo, esos lugares no serían nada sin los agentes que accionaron a la sociedad, a las conciencias y a las geografías en sí. Ejemplo eterno es Oscar Wilde; un hombre que siempre se negó a ocultar su homosexualidad, que hizo frente a las consecuencias políticas que esto pudiera traerle y consagró su total existencia a un arte que se entremezclaba con las decisiones personales de su afecto. Siendo un ícono imperecedero de la comunidad, Wilde atrae a miles de seguidores hasta su sepulcro en Pere Lachaise como uno de los destinos primordiales de la cultura gay; pero eso no basta. Ha hecho falta por años un recinto que rinda homenaje a su persona y a la voluntad inquebrantable que él inauguro por llevar con dignidad las propias creencias, orientaciones y convicciones de índole amatoria.
El famoso dúo artístico de New York que se caracteriza por su incansable performance de vida victoriana, McDermott y McCough, dirige hoy uno de los proyectos más impactantes y de gran importancia en la cultura de la diversidad, que a su vez grita y da respuesta a todo lo que lleva la carga Wilde en el recuerdo, el arte y la manifestación. La formalización de la tarea se perfila a ser un templo si no de adoración, sí de tributo y celebración.
El Templo es «una ambiciosa instalación pública de dos décadas en construcción, concebida como un espacio secular y acogedor para honrar a uno de los primeros y más valientes antepasados de la lucha por la liberación gay y la lucha por la igualdad», cuentan los autores de tal propósito.
«Con los hitos recientes como el matrimonio gay votado y aprobado en Irlanda, el landmarking oficial de Stonewall Inn de Nueva York –mismo que mencionamos al inicio de este texto– como el lugar de nacimiento del movimiento de liberación gay en los Estados Unidos, y la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos sobre La protección de los derechos iguales del matrimonio para las parejas del mismo sexo a través de América, finalmente hemos encontrado un momento oportuno para realizar el trabajo que siempre hemos soñado con hacer », asegura McCough.
Es primordial que uno de los artistas involucrados asegure algo semejante pues, aún cuando Wilde no sea norteamericano, la instalación de sitio específico que significa este recinto, y que podría parecer religioso incluso, es una aproximación cosmopolita que sólo toma como pretexto el contexto estadounidense para avivar las llamas del progreso y dar continuidad a la historia gay que se ha dado en una de las ciudades más relevantes para el planeta Tierra.
Lo cual toma mayor fuerza si seguimos las declaraciones de McDermott, quien añade que «el Templo debe ser un lugar libre de doctrina religiosa, honrando a una figura histórica de la cuenca que fue pionera en la larga lucha por la igualdad de derechos de gays, lesbianas, bisexuales y transgéneros; una lucha que tiene intersección con el mayor esfuerzo de nuestra nación para reconocer, abrazar y sacar fuerza de la profunda diversidad que hace a la sociedad más fuerte y enriquece la vida de todas las personas ».
El juego y la transfiguración de estas palabras toman mayor sentido al tomar en cuenta que tal templo tendrá lugar en la antigua Iglesia del Village y pretende convertirse en la meca cuasi-devocional del afán progresista, la inclusión, el anti-racismo y la aceptación de lo diverso como elemento central de lo que somos. Los dibujos que han acompañado a este texto son ilustraciones que el dúo ha elaborado para adornar el interior del templo y contar la historia de un ser prácticamente hecho mártir gay.
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