Es un sueño común el de cruzar el Atlántico y embarcarse en unas vacaciones a Europa. Conocer Londres o París, tomarte fotos a los pies de la Torre Eiffel y la selfie de perspectiva como si cupiera la pirámide del Museo de Louvre en la palma de tu mano, todas son una ilusión recurrente que continuamente se ve frustrada por el alto precio a esos destinos. ¿Cuál es tu mejor alternativa? Europa del Este: una zona poco explotada por el turismo, lo que hace que su precio baje de forma considerable. Igual de rica culturalmente hablando si pensamos en los destino que son recurrentes en Europa. Además, estos lugares no reciben una cantidad masiva de turistas, por lo que podrás disfrutar de experiencias auténticas, como su gente, comida y pasear entre sus calles sin algún contratiempo.
Arriésgate a conocer el Este de Europa con estas ciudades europeas baratas que, por su poca difusión, escapan de la ola de turistas que azota las principales capitales europeas cada verano:
1. Budapest, Hungría
Cuenta la historia que antes de conformarse como ciudad, el territorio estuvo dividido en tres poblados, separados por el famoso Danubio: Obuda, Buda y Pest. Posteriormente se unieron a través del Puente de las Cadenas, formando una de las ciudades más importantes del imperio Austrohúngaro, hoy capital de Hungría.
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2. Riviera Albanesa, Albania
Joya escondida del Jónico, con las playas más espectaculares y poco explotadas de todo el Mediterráneo. Su principal destino, Himare, está creciendo notablemente en infraestructura turística y vida nocturna, deseoso por recibir visitantes que buscan una opción paradisíaca distinta.
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3. Transilvania, Rumania
La provincia de Transilvania es famosa por sus castillos y bosques encantados, dando lugar a un sinfín de historias que traen a la mente escenas tenebrosas en un paisaje oscuro: nada más alejado de la realidad. Transilvania posee bosques vírgenes, ríos cristalinos, montañas para practicar deportes invernales y poblados medievales con un encanto único, donde parece que el tiempo quedó suspendido.
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4. Varsovia, Polonia
La capital de Polonia es uno de los secretos mejor guardados de toda Europa. A pesar de haber sido totalmente ocupada y en su mayoría destruida por la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad fue reconstruida y ahora se divide en la Ciudad Nueva y la Ciudad Vieja. Algunas reliquias se encuentran en el conocido Barrio de Praga, el cual vale la pena visitar para internarnos en la Polonia de mediados del siglo XX.
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5. Vilna, Lituania
El rápido crecimiento demográfico que ha tenido la ciudad de Vilna contrasta con la calma en que transcurre la vida entre sus callejuelas. La ciudad, diseñada durante la Edad Media, puede ser recorrida a pie iniciando en la Plaza de la Catedral, para visitar posteriormente el Museo Nacional de Lituania y el Palacio de los Duques, terminando con una comida a orillas del apacible Neris que atraviesa la ciudad.
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6. Riga, Letonia
Es la ciudad más importante del Báltico, donde se desarrolla la actividad económica, cultural y artística de la región, además de ser sede de una creciente vida nocturna. El centro histórico de Riga se compara por su majestuosidad a la Plaza Roja de Moscú, la de San Marcos en Venecia o la Gran Plaza de Bruselas; sin embargo, conserva la tranquilidad de una ciudad en crecimiento.
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7. Lisboa, Portugal
Una ciudad que a pesar de encontrarse en el extremo oeste de Europa, no es considerada como un lugar con afluencia turística sobresaliente. A través de los distintos barrios de Lisboa, es posible conocer la historia de la ciudad, especialmente La Baixa, el más céntrico con una multitud de plazas que cambiarán el concepto que tienes de Portugal.
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8. Praga, República Checa
La llamada Ciudad de las Cien Torres, posee un conjunto de maravillas arquitectónicas que van desde el gótico con la Catedral de San Nicolás y el Puente de Carlos, hasta el célebre Reloj Astronómico y el Castillo de Praga. Una ciudad que respira cultura, visita obligatoria al Barrio y al Museo del Barrio Judío, así como al Museo Nacional de República Checa.
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9. Dubrovnik, Croacia
Una ciudad medieval a orilla del Adriático convertida en sitio de recreo veraniego. Dubrovnik posee playas e islas casi vírgenes para tomar el sol con aguas cristalinas, además de un ambiente siempre vivo por las noches en el Casco Antiguo de la ciudad, lo que hace que reciba miles de turistas europeos durante el verano.
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10. Estambul, Turquía
Estambul es una de las ciudades más occidentales de Turquía, donde se levantó la ciudad de Constantinopla, antes conocida como Bizancio. Está ubicada estratégicamente entre el Mediterráneo y el Mar Negro, y siendo la puerta de entrada de Asia a Europa, está llena de historia e influencia cultural tanto de Occidente como de Oriente. La Mezquita Azul, el Museo de Santa Sofía y la Cisterna Subterránea son sus monumentos más importantes. Imprescindible un paseo por el Gran Bazar, que te hará sentir en medio de un enorme mercado árabe constituido por 58 calles que te hará sentir como en el Lejano Oriente.
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Estos destinos ofrecen una forma alternativa de visitar Europa para los cuales no es necesario contratar un tour o agente de viajes. Basta con buscar información y hospedajes en Internet acordes a tu presupuesto, trazar tu ruta y los transportes que utilizarás y asegurarte de que la época del año sea la idónea para visitar esos destinos. Nada se compara a la libertad de viajar por ti mismo, una experiencia que comienza en el mismo momento en que empiezas a planificar el viaje.
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Fuente:
Life and Style