La metanfetamina también es conocida como “anfeta”, “meta” y “tiza”, Cristina, cruz blanca, ventana, canela cristal o vidrio en español o como “speed”, “meth” y “chalk” en inglés. Como todos los estimulantes, la metanfetamina es una peligrosa droga que afecta el sistema nervioso central. Es una droga que se fabrica en gran medida en laboratorios clandestinos que usan componentes baratos para sus fabricación, volviéndola fácil de adquirir y sobre todo en extremo adictiva.
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Apariencia de la metanfetamina
Esta droga polvosa es de color blanco y cristalino, sin olor y tiene un sabor amargo que se disuelve con facilidad en licor o agua. Fue un derivado de la anfetamina y al inicio fungió como un remedio para males de las vías respiratorias como descongestionantes bronquiales.
¿Cómo se consume esta droga?
El consumo más común de las metanfetaminas es tragándolas, inhalándolas o aspirándolas, fumándose inyectándolas en las venas.
¿Por qué es tan dañina y adictiva?
Estimula el habla y el comportamiento despierto y activo. Produce un subidón de euforia y hace que el organismo se siente bien en general. Cuando se usa en dosis iguales que la anfetamina los niveles de metanfetamina que van al cerebro son muy altos, por ello es que hacerse dependiente de ella es relativamente bastante fácil. Su consumo prolongado daña de manera irremediable el sistema nervioso central, además de los dientes, otro de los rasgos por los que puedes descubrir a un consumidor habitual de esta droga.
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Es usada con fines médicos para enfermedades como tratamiento de la narcolepsia (un trastorno del sueño) y del trastorno por déficit de atención con hiperactividad. En estos casos está regulada y es administrada en dosis adecuadas.
Efectos de la metanfetamina
Como muchas otras drogas, la metanfetamina aumenta de manera súbita los niveles de dopamina en el cerebro, la hormona del placer, llevando al cerebro a verse dañado en sus terminaciones nerviosas. Esto provoca que exista disminución del apetito en los consumidores de metanfetaminas, menor cansancio y sensación de sueño, aumento en la capacidad de atención y concentración, y aumento en la frecuencia cardiaca.
Otros efectos de esta peligrosa droga son latidos irregulares, sudores, dolores de cabeza, visión borrosa, sequedad de boca, sofocos y mareos.
La escala que revela el daño y la dependencia real que causa cada droga