La industria de la pornografía, sin lugar a dudas, es uno de los activos económicos más importantes para los países, ya que es por todos sabido que el alcohol, la violencia y el sexo siempre son temas controversiales y que por sí solos venden. Sin embargo, es una industria difícil que se debe manejar con cuidado, ya que si no es tratada de manera adecuada, los productores pueden perder mucho dinero y hasta su credibilidad. Tal es el caso de la industria en Chile, que inició en los años 50 y que fue creciendo de manera constante hasta los 70, con el toque de queda que fue impuesto por al movimiento paramilitar que se presentó tras la votación para elegir nuevo presidente, por lo que la situación dificultó la posibilidad de crear películas en dicho país hasta 2000, año en que la industria ya estaba en constante trabajo, el único problema fue que se enfrentaban a la entrada del Internet, espacio en el que se brindaba una mejor calidad en cuanto a producciones, y que terminó por arrollar a quienes vieron una posibilidad económica en dicha industria. Por otro lado, nos encontramos con la industria pornográfica más importante, ésta es, claro, la de Estados Unidos, la otra cara de Hollywood que genera más de 10 mil millones de dólares anuales.
El término pornografía proviene del griego πόρνη (pórnē, prostituta) y γράφειν (gráphein, grabar, escribir, ilustrar) y el sufijo -ία (-ía, estado de, propiedad de, lugar de), sin embargo, el término es reciente ya que en la antigua Grecia nunca fue usada dicha palabra. El uso más antiguo que se conoce es en francés (1800). A pesar de la antigüedad del término, y tomándolo literalmente, la pornografía es tan vieja como la historia del hombre, ya que en tiempos prehistóricos ya se dibujaban y creaban personajes con caracteres sexuales, como las Venus paleolíticas, aunque en esa época la intención era plenamente ideológica. En la India hay templos hinduistas construidos hace más de 2 mil 500 años con decorados en relieve o esculturas que muestran parejas en plena relación sexual. En China se han descubierto dibujos y grabados de la época de la dinastía Chin, al igual que en los templos indios, con representaciones de actos sexuales.
El surgimiento del cristianismo convirtió a las manifestaciones gráficas de sexualidad en un tabú, pero no desaparecieron del todo, pues resurgieron en el Renacimiento. Una muestra de esto es la escultura que hizo Bernini de Teresa de Ávila, en la que muestra una pose que muchos interpretan como en éxtasis orgásmico; en concreto, el éxtasis místico se considera el equivalente espiritual al orgasmo físico.
La pornografía, tal como la conocemos hoy, surgió con la aparición de la fotografía, pocos años después de que Daguerre inventara su daguerrotipo, en las que se realizaron las primeras fotografías de desnudos y las primeras fotos de parejas en el momento del coito. En Gran Bretaña existe una fotografía tomada alrededor de 1890, ésta muestra a una mujer realizando sexo oral a un hombre, considerada la primera foto pornográfica en un país anglosajón. La invención del cinematógrafo amplió aún más la producción de pornografía, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial. En Estados Unidos, la revolución sexual de los años sesenta permitió que temas de sexualidad se trataran de manera abierta. Una consecuencia indirecta de estos cambios sociales fue el aumento en la producción gráfica de material de contenido erótico, de hecho, en 1959 el realizador Russ Meyer rodó su primer película El Inmoral Sr. Teas, que marcaría el inicio de la carrera de explotación del desnudo femenino en el cine, sin alcanzar todavía lo explícito del actual Porno; a estas películas de corte erótico se las denominaba nudies. Durante su posterior desarrollo, en la década de 1970, se realizaron una serie de películas, algunas con notable éxito comercial, entre ellas, Deep Throat (Garganta Profunda), Taboo e Inside Jennifer Wells.
En la década de 1980, la pornografía llegó al público a través de videos. Con la difusión masiva del video, millones de personas en todo el mundo pudieron ver películas porno en la privacidad de sus hogares sin tener que asistir a un cine porno. Así, con la llegada del Internet, las películas de Jean Yves Le Castel, estrella porno y director; Rocco Siffredi, actor, productor y director; Jacobo “Charming” Tacher, actor y productor, y Cristoph Clark marcaron un antes y un después en la historia del cine porno.
Recientemente se ha puesto énfasis a la industria de la pornografía gracias a las grandes cantidades de dinero que se mueven en dicho giro, ya que es rentable, especialmente en Internet. Según Adult Video News (AVN), revista de negocios dedicada a esta industria, mencionó que se gastaron más de cuatro mil millones de dólares para comprar o alquilar películas para adultos el año pasado, por lo que se ha convertido en la industria más grande que cualquiera de las ligas deportivas de aquel país.
Playboy Enterprises y Private Media Group son grandes ejemplos de cómo puede funcionar una empresa pornográfica dentro del mercado internacional a través de todos los medios. Ambas cotizan en el mercado de valores y en la bolsa NASDAQ. Private inició con el objetivo de ofrecer una alternativa en el porno a Playboy, un líder incuestionable y digno de batir. Los tiempos modernos exigen renovación en temas y estética, cuestión que Playboy no se supo adaptar a tiempo, cosa que sí hizo Private, anteponiéndose en poco tiempo a su rival. Por ello las ventas y adquisiciones lograron impulsar a Private, mientras Playboy se ha mostrado con problemas de crecimiento, lo que los orilló a comprar canales de sexo explícito como Hot Network, Hot Zone y Vivid TV. Private, desde un principio, creó su material, por lo que logró éxitos y bestsellers en la industria, títulos míticos y leyendas que pasarán a la historia de la pornografía. En estos momentos, Private se valora en 462 millones de dólares, por encima de los 407 del imperio de las conejitas de Playboy.
Las empresas de medios digitales son también partícipes de dicho círculo ya que, al igual que esta industria, se benefician de la pornografía. Futuros convenios entre empresas del porno como Playboy y empresas multimedia, prevén sacar al mercado con un consiguiente beneficio, la opción de recibir material pornográfico a través del móvil, algo nada descabellado, deseo algo extremista para muchos, pero que sin duda originará ganancias extremas, e impulsará la pornografía a hacerse un hueco cada vez más consolidado en el sistema cultural de la sociedad mundial.
