Ella se llama Emma Coronel Aispuro. Ante la atenta mirada de cientos de pobladores del pueblo de Canelas, Durango, es coronada reina de belleza durante la Feria del Café y la Guayaba. Mientras sus rivales la observan a la distancia con resignación y envidia, al tiempo que aplauden de manera falsa, los hombres la admiran con deseo y la esperanza, sobre todo los más jóvenes, de cortejarla en algún momento.
Sin embargo, lo que ellos ignoran es que la familia de Emma, comandada por su tío, el ya fallecido Ignacio Coronel Villarreal, “El Nacho”, operador financiero del Cártel de Sinaloa, uno de los grupos de tráfico de drogas más fuertes de México, la ha comprometido con uno de los hombres más poderosos de México y el mundo; el narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera. Ella es menor de edad, sin embargo, su familia y “El Chapo” (que cuenta 49 años) han pactado que el mismo día que la jovencita cumpla los 18 la boda se llevará a cabo.
Volviendo al pasado, el matrimonio se efectuó en julio de 2007 en la comunidad de La Angostura, Durango. Actualmente, la pareja tiene dos gemelas llamadas María Joaquina y Emali Guadalupe. Ambas nacieron en 2011 en Los Ángeles, California. Dicen los que lo conocen y los que han investigado su vida, que él siente una devoción absoluta por las niñas.
Estas no son las únicas mujeres por las que Guzmán ha sentido amor. A decir verdad, El Chapo ha experimentado una verdadera debilidad por las mujeres en diversos sentidos a lo largo de su vida. No en balde ha sido padre de 18 hijos con 7 mujeres diferentes. Antes del matrimonio señalado, ya se había casado tres veces. La primera de ellas en 1977 con Alejandrina Salazar. La familia de ella está vinculada con Héctor Luis Palma Salazar, “El Güero Palma”, socio de El Chapo. Con ella, tuvo cuatro hijos: César, Iván Archivaldo (apodado “El Chapito”), Jesús Alfredo y Alejandrina Giselle.
Su segundo matrimonio fue con Griselda López Pérez (quien también se hace llamar Karla Pérez Rojo). La pareja concibió cuatro hijos: Joaquín, Édgar (asesinado en 2008), Ovidio y Griselda Guadalupe.
Pero Joaquín Guzmán guarda un pasado romántico más extenso: cuando tenía 30 años se enamoró de una empleada de banco en Tepic, Nayarit, de nombre Estela Peña. Pese a los ruegos del narcotraficante, ella no quería salir ni saber nada de él. Las extravagancias y el amor de El Chapo llegaron a tanto que un día contrató una avioneta para que arrojara flores a la casa de la mujer de su devoción. El día que finalmente Estela aceptó cenar con él, fue secuestrada y a los tres meses era la esposa del poderoso capo. Las fuentes consultadas no mencionan las fechas de su separación con ellas.
En sus años de reclusión en el penal de Puente Grande, Jalisco, Guzmán conoció a Zulema Hernández, una prisionera del anexo femenino con quien El Chapo tuvo una relación y un hijo que la mujer perdió mediante un aborto involuntario, según revelaciones de la madre de ella. Hernández fue asesinada por enemigos del capo.
Los métodos de vigilancia contra este emperador del narco, actualmente encarcelado en el Centro Correccional Metropolitano, en Nueva York (una prisión más temible que Guantánamo), se basaban en la acechanza sistemática de las mujeres que formaban parte de su vida, ya fuera de manera sentimental o como entretenimiento sexual.
En 2009, el Ejército mexicano dio con el que hasta entonces era el laboratorio de drogas sintéticas más grande del mundo, propiedad del narco más poderoso de todos los tiempos en México. Ahí vivía y citaba a trabajadoras sexuales a las que la Policía Federal vigilaba y que fueron clave para que diera con este sitio, ubicado en un lugar de difícil acceso: Las Trancas, municipio de Tamazula, Durango. El capo de la droga no fue detenido en ese momento al no encontrarse ahí.
Tres años después, la Policía Federal estuvo a cinco minutos de capturar al narcotraficante en una mansión de Los Cabos, Baja California. Ahí, Guzmán Loera había contratado a una prostituta a la cual la Policía Federal dio seguimiento. Para su desgracia, un aviso oportuno provocó que El Chapo huyera antes de que le pusieran las esposas.
En 2014 el capo fue recapturado cuando se encontraba en un balneario junto a Emma Coronel y sus gemelas, quienes eran constantemente vigiladas por las autoridades, en Mazatlán, Sinaloa. Un detalle aparentemente menor ayudó a que la justicia hiciera su trabajo con éxito: la mascota de las niñas, un mono llamado “Botas”, alertó a las autoridades sobre la presencia del narcotraficante cuando vieron un auto lujoso en el que viajaba el animal. Se sabe que El Chapo no solía separarse demasiado tiempo de sus hijas, lo cual le dio la certeza a sus perseguidores de que se hallaba cerca.
«Te cuidaré más que a mis ojos»
Con esta frase, Joaquín Guzmán Loera demostró su interés en la actriz mexicana Kate del Castillo a quien el capo contactó en 2016, mientras permanecía prófugo de la justicia, ante el interés de la actriz de llevar a cabo un documental sobre su vida. El ego era otra de las perdiciones de Guzmán, quien seguramente se sintió halagado ante el interés de una mujer de enaltecer su figura a la calidad de estrella. Una serie de mensajes y comunicaciones entre ambos, aunado a una entrevista llevada a cabo por el actor de cine estadounidense Sean Penn para la revista Rolling Stone llevaron a la recaptura de El Chapo, el 8 de enero de 2016. Los actores fueron estrechamente vigilados por la justicia a su arribo a México.
Se especula que entre la actriz y el narcotraficante existe o existió una relación sentimental alimentada por frases como «Hoy creo más en El Chapo que en los gobiernos que me esconden verdades aunque sean dolorosas», «Te cuidaré más que a mis ojos», «Me mueve demasiado que me digas que me cuidas. Jamás nadie me ha cuidado, ¡Gracias!». Todas ellas alimentaron los escándalos entre la prensa, dejaron en evidencia la figura de Kate Del Castillo y reafirmaron la debilidad por el sexo femenino del emperador de la droga.
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Las leyendas de los excesos de El Chapo se disparan en diversas direcciones: se dice que solía acostarse con menores de edad vírgenes a las que llevaba a su escondite en el llamado Triángulo Dorado, la región comprendida entre los estados de Chihuahua, Sinaloa y Durango donde enormes sembradíos de marihuana y amapola tapizan los valles franqueados por montañas. Éstos eran los dominios del narcotraficante más buscado por el FBI, el cual tiene 10 momentos clave en su vida que todo amante de la historia debe conocer.
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Fuentes
Cuna de Grillos
BBC
Expansión