Después de la Segunda Guerra Mundial las vanguardias artísticas se trasladaron a Estados Unidos con el expresionismo abstracto y los albores del arte pop. El action painting se desarrollaba con firmeza y los lienzos de los grandes artistas que se concentraban en Nueva York estaban influenciados por tacto, movimiento, acción y ritmo, pero sobre todo, estaban influenciados por Siqueiros.
El mexicano tenía un taller experimental en Nueva York que abrió en 1936. Era un laboratorio de técnicas modernas y sus integrantes experimentaban con aerógrafos y pintura sintética industrial. Pollock era uno de ellos y, como su maestro, reconocía el calor central del accidente en la pintura. Harol Lehman, uno de los artistas pertenecientes al taller, asegura: “a cada uno le tocaba chorrear desde arriba y salpicar un color y luego el tíner”.
De hecho, la especialista Irene Herner asegura que Pollock “se sintió atraído por Siqueiros, a quien percibió como modelo para el action painting”. Aunque casi nadie sepa las circunstancias y en el mundo entero se recuerde a Pollock como el creador del expresionismo abstracto, al menos los mexicanos deberíamos conocer que, quien realmente provocó un parteaguas en el arte fue el gran muralista mexicano.
Tampoco la mayoría de los mexicanos lo saben, del mismo modo que no saben quiénes son los representantes más importantes de su país en la actualidad. Ellos son algunos de los que nosotros consideramos sumamente relevantes:
–
Gabriel Orozco
Aunque su obra es sumamente criticada, es el artista mexicano más reconocido en el ámbito artístico contemporáneo y su trabajo está valuado en miles de dólares. Manipula materiales y piezas que encuentra en la basura, en sitios abandonados para transformarlos en escenarios inesperados; de este modo logra brindarles un significado diferente al que tenemos en el imaginario colectivo.
Con esculturas, fotografía, pintura, video e instalaciones demuestra un gran interés por la ciencia, las matemáticas, los procesos de crecimiento de lo orgánico y los límites entre la naturaleza y la tecnología. Realiza crítica de arte desde el arte mismo con una carga filosófica que nos muestra los problemas que se dan en la oportunidad de encuentros y relaciones espaciales.
–
Minerva Cuevas
Cuevas es una de las artistas que mueven su arte a través de la crítica política y social del mundo contemporáneo; sin embargo, en lugar de realizar una obra de alto impacto, genera una propuesta sutil que brinda un verdadero cambio. Con su proyecto “Mejor Vida Corp”, abrió una empresa en uno de los rascacielos más grandes del país para ofrecer servicios gratuitos que satisficieran las demandas de la población.
Reparte billetes de lotería y boletos del metro a la hora pico; extiende cartas de recomendación para puestos de trabajo con el logotipo de su corporación; ayuda a escribir cartas para que los analfabetas puedan comunicarse con un ser querido que se encuentra lejos; distribuye productos con códigos de barras a menor precio, etcétera.
Minerva asegura que su proyecto es un parásito que vive los museos. Conjuga lo artístico y lo político. Si quieres pedirle algo, puedes hacerlo a http://www.irational.org/mvc.
–
Abraham Cruzvillegas
Su obra es una autobiografía que muestra su entorno y experiencias. En cada obra se autoconstruye para que algunas de sus obras concluyan en la autodestrucción y propia confusión. Explora sus orígenes, colabora con familia y amigos, e intenta aprender sobre los materiales, el paisaje y la gente.
Del mismo modo que la mayoría de los artistas mencionados, desafía los cánones tradicionales de la creación artística, con sentido del humor y mirada incisiva. Aunque estudió pedagogía, su obra es reconocida en todo el mundo con premios internacionales como 5 Yang Hyun Prize y el Prix Altadis d’Arts Plastiques.
–
Teresa Margolles
Teresa Margolles ha sido una de las representantes más contundentes del arte mexicano desde la década de los noventa. Con su proyecto de Servicio Médico Forense, “SEMEFO”, hizo del arte y la muerte una mancuerna aterradora e impactante. Todo comenzó en las morgues mexicanas, y más tarde, México se convirtió en un país tan violento que no necesitó ir a un sitio para obtener la materia prima de sus piezas. Cuauhtémoc Medina asegura que el proyecto “se resumía en una frase: la preocupación por la vida del cadáver, no por el muerto, no por la estructura social alrededor, sino por lo vivo que había en la materia muerta”.
Ha trabajado con partes de cadáveres, órganos y fluidos que en muchas ocasiones obtiene sin permiso de las morgues con el objetivo de romper los tabúes, como la mayoría de sus obras. Su obra más famosa es la lengua del cadáver de un punk, la cual obtuvo después de intercambiarla por el dinero necesario para pagar el funeral de dicho joven. En otra de sus obras, utilizó los restos de fetos y cuerpos de caballos para explorar las fallas sociales mexicanas.
–
Damián Ortega
A través de sus experimentos de desfragmentación y atomización, reconstruye el arte para teorizar sobre las partes que componen la realidad. Con la tensión que existe entre el todo y la nada, explora el consumo, la economía y diversas situaciones culturales.
Según la revista Gatopardo, la obra de Damián compara la realidad con un anagrama, es decir, un espacio que cambia de sentido cuando sus letras se reacomodan.
–
Carlos Amorales
A través de su obra explora la fantasía y la angustia. Conocido por ser un artista mutante, ha realizado performances, instalaciones, mística y cine. Con su obra intenta construir identidades y crear tensiones entre la realidad y la ficción. Su arte es una paradoja en la que conviven elementos que parecieran opuestos. Para Amorales no existen fronteras claras entre el diseño y el arte.
–
Daniel Lezama
En 2000 ganó la Bienal de Pintura Rufino Tamayo y ha tenido 20 exposiciones individuales. Las pinturas de Lezama son bastante poéticas y hablan del retorno de la vida del cuerpo a través de la tierra. Sus personajes, siempre eróticos, hacen un ofrecimiento sexualidad de los habitantes de su ficción según Erick Castillo.
Su obra toma lo cotidiano y lo mitifica. Siempre con simbología mexicana en sus cuadros, los encuentros de Daniel Lezama enfrentan nuestra identidad como pueblo y la reinterpretan para darle un toque completamente distinto y contemporáneo.
Dr. Lakra
Descendiente de la dinastía Toledo, Jerónimo López Ramírez (mejor conocido como Dr. Lakra) realizaba tatuajes y después incorporó sus diseños al arte contemporáneo a través de pinturas, ilustraciones e intervenciones. Crea un juego discursivo entre lo macabro, el contexto social, las disidencias políticas y la historia de México. Utiliza figuras prehispánicas, ídolos del cine y luchadores, pero lo transmuta para darles un significado irreverente y provocador que rompe las normas.
Fascinado con los tabúes, fetiches, mitos y rituales, en su obra explora y realiza estudios tanto antropológicos como etnográficos.
Marcela Armas
A diferencia de todos los artistas de esta lista, Marcela trabaja con diversas plataformas para hacer una unión clara entre arte, ciencia y tecnología. Según Armas, todos los materiales tienen un potencial poético por más mecánicos que parezcan. En su obra refleja y resalta los conflictos naturales que ocurren en relaciones sociales, el proceder humano y los conceptos utilitarios que generan vida.
Crea máquinas y dispositivos electrónicos para generar significado y sentido al contexto actual, la historia y el futuro. Junto a Gilberto Esparza, uno de los representantes de Bioarte más importantes en México, dirigió un trabajo experimental y electrónico auspiciado por la Fundación Telefónica VIDA 10 en Perú, Argentina, Chile y México, además ganó el premio ARCO/BEEP de arte electrónico en ARCO Madrid y ha sido invitada a exponer con otros artistas para reflejar las problemáticas mexicanas.
Pedro Reyes
Su obra se preocupa por mostrar la injusticia y violencia, del mundo en general, y de México en específico. Vive pensando en maneras de mejorar la vida de quien mira su arte, simplemente observando sus creaciones artísticas. Con esculturas, performances, música y pintura, combina conceptos antiguos como el Arte Povera para reutilizarlos en su trabajo.
Con todo el sufrimiento que existe en México y siendo testigo de los problemas que la tecnología puede causar, Reyes creó armas para hacer el bien transformándolas en instrumentos musicales, así, intenta originar mayor conocimiento sobre la tecnología y asegurar que el uso es el que genera la maldad, no su construcción.
*
Referencia:
La Siega
GATOPARDO