“Los surrealistas tienen por dentro un pasadizo secreto a la alegría. La burla es su arma más poderosa. Sus críticas son implacables y no perdonan a nadie, ni a ellos mismos. Reírse es curativo, lo confirman todos los médicos” . Elena Poniatowska
El surrealismo fue un movimientos artístico y literario que sacudió los parámetros existentes en la Francia de la década veinte del siglo pasado. La Primera Guerra Mundial hizo que los surrealistas pusieran el arte al servicio de su imaginación, se abrieron al alto mundo del inconsciente, era la revolución permanente. Por eso, en este artículo quisimos compartirte la biografía de la pintora Leonora Carrington, que con su belleza y talento fue la imagen misma del surrealismo: indomable desde pequeña, majestuosamente libre, todo lo hacia con una pasión que quedaría reflejada en sus obras.
Carrington nació en Lancashire, Reino Unido, un 6 de abril del año 1917, expulsada de más de dos escuelas, indomable, con ideas alejadas a su realidad. A los 21 años decide ingresar a la academia de arte Ozenfant en Londres, sin embargo, será Max Ernst, artista plástico alemán quien la introduzca al surrealismo y al mundo de Bretón, Picasso, Dalí, Joan Miró, entre otros. En 1938, Leonora escribió una obra de cuentos llamada La casa del miedo y participó junto con Max en la exposición Internacional de Surrealismo en París y Ámsterdam. Entre Leonora y Max, hombre de mayor edad, casado y con hijos, los unía ademas de el arte, el amor y la pasión que emanaba entre ambos, pero esa tranquilidad sólo duró un año ya que el padre de Leonora se interpondría para separarlos. El pintor fue arrestado y eso desembocó en una crisis psíquica de Leonora. Debido a la invasión Nazi en Francia, emigro a España donde fue internada por su padre en una clínica psiquiátrica de Santander, haciéndole soportar sedaciones o atamiento de pies y manos.
Superando el trance, fue mandada a Portugal junto con una enfermera, termina escapándose y refugiándose en la embajada de México, este hecho marcaría el resto de su vida al terminar asentándose ahí definitivamente. Ya instalada en México mantuvo contacto con Luis Buñuel, Octavio Paz, Carlos Fuentes y Carlos Monsiváis, amiga de Remedios Varo, quien le presentaría al fotógrafo Emérico Weisz con quien Leonora haría su vida sentimental, padre de sus hijos y que apoyaría su carrera profesional. En 2005, recibe el Premio Nacional de Ciencias y Arte en la categoría de Bellas Artes. Fallece en la Ciudad de México, a los 94 años de edad, un 5 de mayo del 2011.
Entre algunas de sus obras mas imponentes se encuentra Retrato de Max Ernst, The lovers, Green tea, Juggler, The Memory Tower, entre otras. Sus pinturas también reflejarían su gusto por la magia, alquimia, los cuentos de hadas que le contaban de pequeña, sus sueños y alucinaciones. Mujer de espíritu rebelde, diferente, con una capacidad de ver lo que otros no veían, su legado quedaría grabado para México y el mundo al desafiar las convenciones sociales y rompiendo cualquier atadura religiosa o ideológica.
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