Giuseppe Arcimboldo nació en Milán en 1527, fue un artista adelantado a su época, sus representaciones manieristas fueron pioneras en la técnica de anamorfosis en el arte. El llamado efecto Arcimboldo ha perdurado hasta la actualidad, influenciando la obra de artistas surrealistas, dadaístas y contemporáneos.
Heredó de su padre el interés por el arte, iniciando su educación bajo la enseñanza renacentista de maestro y aprendiz como diseñador de ventanas de catedral y tapices. Así llegó a formar parte de la corte de los Habsburgo en Viena, y en 1576, cuando Rodolfo II accedió al trono, lo nombró su asesor artístico, convirtiéndose en su mecenas y brindándole completa libertad creativa.
Sus funciones consistían en ser ilustrador de flora y fauna, escenógrafo para las extravagantes fiestas del palacio, además de diseñar trajes, disfraces y máscaras para sus representaciones en los bailes de la corte. Arcimboldo fue el primero en llevar a Praga los fuegos artificiales, diseñó aparatos hidráulicos para animar las fuentes e incluso inventó instrumentos musicales especiales para sus puestas en escena.
Su obra está llena de complejas ilusiones ópticas a partir de flores, frutas, animales y objetos. Es una estética de metáforas visuales; por ejemplo, en la serie Las cuatro estaciones, Arcimboldo dio un rostro hipotético a las estaciones a partir de sus elementos característicos, tomando en cuenta su clima, vegetación, colores y ambientes. Por otro lado, en Los cuatro elementos recurrió a los animales que viven en ecosistemas de tierra, agua y viento como elementos compositivos, resolviendo “El fuego” con los objetos relacionados a su uso, como candeleros y leña.
Arcimboldo humanizó la naturaleza, posiblemente influenciado por el antropocentrismo del Renacimiento y la filosofía humanista. Estableció sus propios cánones de representación con sus “bodegones invertidos”, desafiando las leyes de composición vigentes en el siglo XVI, hasta su muerte, en 1593.
Cuatro siglos después, en 1934 nació, en Praga, Jan Svankmajer, un artista gráfico, escultor, marionetista, diseñador, poeta surrealista y cineasta. A sus 8 ó 9 años, su padre le regaló un teatro de marionetas, acontecimiento que cambió su vida, pues le permitió desarrollar su imaginación y desde temprana edad exteriorizar su propio universo.
Para él, el cine es un medio liberador de expresión que saca a la luz los aspectos más privados del ser humano. Sus temas principales reflexionan en torno a la libertad, la manipulación y la sociedad contemporánea. Se inspira en la obra de Giuseppe Arcimboldo, Edgar Allan Poe, Lewis Carroll, Franz Kaftka y André Breton.
Sus películas de animación con stop- motion le permiten incorporar actores reales, máquinas, muñecos, figuras de arcilla y esqueletos de animales. Su admiración a Arcimboldo se manifiesta claramente en Dimensiones del diálogo, cortometraje de 1982 cuya estética le rinde homenaje.
El filme se desarrolla en la “incomunicación” que caracteriza a nuestra civilización, en la que los medios masivos se transforman en máquinas de ruido que no informan, pues confunden y convierten la comunicación en una sucesión de palabras y frases sin ningún sentido. Tres diálogos conforman el cortometraje: una discusión exhaustiva entre elementos cotidianos destinados a consumirse y masticarse, una relación apasionada entre amantes que se destruyen y una conversación efectiva que se deteriora por el esfuerzo extenuante de la convivencia y el coincidir.
En el cortometraje Flora, Svankmajer reflexiona sobre el personaje recreado por Arcimboldo, explorando un discurso sobre la muerte y el deterioro a causa de un constante: absorber y digerir. Los elementos orgánicos nos recuerdan que están destinados a su putrefacción, la naturaleza muerta de Flora es la misma naturaleza caduca a la que se enfrenta todo ser viviente.
Flora, de Arcimboldo
Entre bodegones y personajes surrealistas, los objetos cotidianos cobran vida formando parte de un imaginario que Svankmajer retoma y comparte siglos después como un homenaje a Giuseppe Arcimboldo, uno de los tantos personajes opacados en la Historia del Arte.