Hay muchos retratos en los que los ojos del protagonista parecen moverse a medida que el espectador se mueve. Esto funciona incluso con una buena reproducción del cuadro de la Mona Lisa. Párate en frente y la mujer te mira; muévete de un lado a otro, y la mirada todavía parece directa. Aunque Leonardo da Vinci no fue el primero en crear la apariencia de que los ojos de un retrato te siguen por la habitación, el efecto está tan estrechamente asociado con él que a veces se lo llama el “efecto Mona Lisa”.
Foto: Wikimedia Commons
La sonrisa de la Mona Lisa
Docenas de expertos han estudiado la Mona Lisa para determinar las razones científicas de este efecto. Una es que en el mundo real tridimensional, las sombras y la luz en un rostro cambian a medida que cambia nuestra posición, pero en un retrato bidimensional este no es el caso. En consecuencia, tenemos la percepción de que los ojos que miran directamente hacia afuera nos miran, incluso si no estamos directamente frente a la pintura. El dominio de las sombras y la iluminación de Leonardo ayuda a que el fenómeno sea más pronunciado en la Mona Lisa.
El elemento más místico y atractivo de la Mona Lisa es su sonrisa. Nuestros ojos se mueven un poco y su sonrisa parece cambiar. Miramos hacia otro lado y la sonrisa permanece en nuestra mente. En el momento en que estaba perfeccionando la sonrisa de Lisa, Leonardo pasaba sus noches en las profundidades de la morgue debajo del hospital de Santa Maria Nuova, pelando la carne de los cadáveres y exponiendo los músculos y nervios de debajo. Quedó fascinado por cómo forma una sonrisa y se instruyó a sí mismo para analizar cada movimiento posible de cada parte del rostro y determinar el origen de cada nervio que controla cada músculo facial. Rastrear cuáles de esos nervios son craneales y cuáles son espinales puede no haber sido necesario para pintar una sonrisa, pero Leonardo necesitaba saberlo.
Foto: Wikimedia Commons (detalle)
Nuevos descubrimientos
A pesar de que la sonrisa es el elemento más estudiado en la Mona Lisa, un reciente artículo de la BBC, escrito por Kelly Grovier, recopila algunos datos interesantes sobre estudios y apuntes poco conocidos de la Gioconda. Uno de los más sobresalientes es dar cuenta de la silla en la que se recarga la protagonista del cuadro, se trata de una silla pozzetto, (pozo pequeño en español) este elemento propone una relación con los cuerpos de aguas que se pueden ver por detrás de la mujer, así lo dice la experta en su artículo:
«De repente, las aguas que vemos serpenteando con un movimiento laberíntico detrás de la Mona Lisa (ya sea que pertenezcan a un paisaje real, como el valle del río italiano Arno, como creen algunos historiadores, o enteramente imaginarias, como sostienen otros) ya no están distantes y desconectados de la modelo, sino que son un recurso esencial que sustenta su existencia. Literalmente fluyen hacia ella […] Al situar a la Mona Lisa dentro de un “pozo pequeño”, Da Vinci la transforma en una dimensión siempre fluctuante del universo físico que ocupa».
Además también se cita a Martin Kemp, un historiador del arte y experto en Da Vinci, quien en su estudio del 2019, Leonardo: 100 hitos, señala que: «El artista no estaba retratando literalmente el Arno prehistórico o futuro, sino que estaba dando forma al paisaje de la Mona Lisa sobre la base de lo que había aprendido sobre el cambio en el ‘cuerpo de la Tierra’ para que acompañara a las transformaciones implícitas en el cuerpo de la mujer como un mundo menor o microcosmos». Es decir, la Mona Lisa no está sentada frente a un paisaje. Ella es el paisaje.
Foto: The TimesA manera de conclusión Kelly sugiere que el pozo y el agua se relacionan en esta obra maestra de Da Vinci con un pasaje bíblico del Evangelio de San Juan en el que Jesús platica con una mujer de Samaria sobre el agua que se puede extraer de un manantial natural, agua viva. Según Grovier, Da Vinci: «confunde la tradición y sugiere, en cambio, una fusión de los reinos materiales y espirituales, una difuminación del aquí y del más allá, en un plano compartido de creación eterna. En la apasionante narrativa de Da Vinci, la Mona Lisa es ella misma una milagrosa ola de “agua viva”, serenamente contenta al ser consciente de su propia e intensa infinitud».
¿Crees acertado este análisis?, ¿cuál es el secreto que esconde la sonrisa de la Mona Lisa?
En portada: Dental Tribune