Edward Hopper nació en la Gran Manzana a finales del siglo XIX, estudió en la Escuela de Arte de Nueva York, donde compartió aulas con Guy Pène du Bois, Rockwell Kent, Eugene Speicher y George Bellows. Hopper se distinguió por retratar el aislamiento en paisajes citadinos, la soledad dentro de las grandes metrópolis.
Nighthawks (Noctámbulos, en su traducción al español) es la obra más famosa del pintor, estandarte del estilo modernista y principal mensajera de la idea de la confrontación del abandono de los individuos en los tiempos de las nuevas y sombrías ciudades. Es una pieza que a pesar de su opacidad, se logran contemplar diversos detalles gracias al juego de luces plasmadas.
Foto: Wikimedia CommonsEl paisaje urbano es un contraste entre el alumbrado interior y la oscuridad de la calle; muestra a través amplios ventanales de cristal, un típico restaurante de los años 30 llamado dinner con barra de restaurante y 4 personas. Los dinners eran restaurantes americanos para la clase media y baja que surgieron tras la Gran Depresión. A pesar de los pocos elementos de composición de este cuadro existen innumerables análisis debido a la profundidad psicología que se refleja en la obra.
Otros elementos a destacar de la escena neoyorquina son los siguientes:
La pareja del cuadro
El primer punto de atención; no se puede asegurar que se trate de una pareja en una relación, la cercanía de las manos sugiere una relación intima pero la postura no muestra deseo por el contacto físico. Las miradas al suelo tampoco sugieren interés por él otro pero todo el conjunto de la expresión en su rostro sugiere pensamientos profundos personales.
El vestuario y maquillaje de la mujer podría decir que vienen de un baile o evento social, las facciones de ambos se muestran cansados, incluso el objeto en la mano de la mujer sugiere que se esta por desmaquillarse los labios.
El camarero
El único elemento del cuadro que sugiere movimiento, su postura indica que esta levantándose o agachándose. Es el personaje con más vitalidad y menos introspección de la escena. No obstante, la expresión en su rostro denota angustia, la indiferencia de los clientes de la barra convierte a este personaje en un solitario más.
El misterioso personaje de espalda
El tercer cliente de la barra es imprescindible para enmarcar el enigma de la obra, genera una contención ante el espectador. Se encuentra al centro de la composición pero pasa un poco desapercibido debido a la iluminación y su color de ropa. A pesar de no ver su rostro se logra apreciar una postura estresada, ni firme ni relajada, con ambos codos sobre la barra. Sujetando un vaso o copa de vidrio pero con una taza a un lado.
La puerta, la maquina registradora y los contenedores
Estos últimos detalles si bien no son personajes, ayudan a crear una atmósfera fría y solitaria; la caja registradora de un local vacío al otro lado de la acera es lo único que se alcanza distinguir fuera de la escena principal, los contenedores detrás del camarero son otro de los puntos de atención de la obra, se encuentran en lo más iluminado del restaurante, contrarrestando el protagonismo de la pareja en la barra.
Y finalmente la puerta de entrada/salida, o mejor dicho, su ausencia. Aunque no sea un detalle obvio, al adentrarse en el análisis de la obra este detalle causa cierta inquietud y es quizá la explicación de los sentimientos que genera esta obra, de aislamiento y soledad, como si los personajes del cuadro estuvieran encerrados o se supieran observados.
El cuadro no termina de definirse por alguna temática, ni dar explicación a sus elementos o personajes. Es una profunda reflexión de Edward Hopper acerca del tiempo y el lugar en el que vivió. Lo impactante es lo bien que logra transmitir estos sentimientos y pensamientos con pocos y sencillos elementos pictóricos.
En portada: Wikimedia Commons
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