Al parecer no se necesitó que Dios y Goku pusieran su ki al mismo nivel. Uno de los dos puede hacer lo que quiera en todo momento, así que si quiere matar, castigar, bendecir y darle a otros lo que le pidan, lo va a hacer… Sí, Goku es muy bondadoso.
Pareciera absurdo que digamos que un personaje de caricatura sea tan poderoso que puede hacer lo que sea; sin embargo, nadie conoce realmente a Dios, entonces es igualmente absurdo que tenga tantos seguidores alrededor del mundo con diferentes creencias e ideas, pero todas encaminadas al mismo personaje.
Ésta es la idea de Gabriel Tropz, un ilustrador brasileño preocupado por hacerle ver al mundo lo inmerso que se encuentra en el consumismo, la cultura pop y las obviedades, que más bien parecen cosas incoherentes que enaltecemos cada vez más con una adulación exagerada, tan es así que lo clásico, lo bello y lo verdaderamente importante hoy es una burla.
Tropz cree que el arte es el más claro ejemplo de cómo la vida se ha hecho mucho más sencilla —y en ocasiones burda—, puesto que es más fácil que las nuevas generaciones ubiquen a Andy Warhol, a Frida Kahlo o a Roy Lichtenstein que a Caravaggio, Velazquez o Modigliani. Él mismo se acercó al arte gracias a pintores comerciales y famosos cuando era adolescente, pero a diferencia de sus amigos, en verdad le interesaba conocer más allá de los artistas que salían en los medios masivos y así se encontró con muchos otros cuyas obras son famosas y aun así nadie les ubica. Para él, es sencillo hacer arte con referencias similares, ya que sigue la filosofía del movimiento Mexista
«El concepto Mexista es un concepto redundante, su objeto es el propio movimiento humano. Si tú te mueves, eres Mexista… Nosotros hemos llevado este movimiento artístico como una manera de salir a las calles y enseñar que el arte está en todos lados y que es para todos. En especial para las clases más bajas, que muy difícilmente van a museos por falta de oportunidades».
—Gabriel Topz
De este modo y con la intención de mostrarle al mundo lo ilógico que puede llegar a ser, decidió poner elementos de la cultura pop mezclados con obras de arte para poder introducir a los clásicos. De este modo podemos ver a la joven del arete de perla en la ventana del bus, a las mujeres danzantes de Matisse en un centro nocturno bailando al ritmo de pop y a dos amantes teniendo sexo con la noche estrellada en su ventana.
De igual manera, manipula escenas clásicas del cine para montar sobre ellas otros detalles que las convierten en ironía pura y en una crítica al sistema en general. Es una forma de evidenciar la ignorancia en la que estamos sumidos, pero es también una necesidad de mostrar lo mucho que le divierte mezclar tantas cosas que parecieran no tener un eje que les una y aun así pueden ir juntos sin problema.
Así podemos ver a las gemelas de The Shinning con los rostros de Zack y Cody o a Napoleón Bonaparte montado sobre BoJack Horseman. Así es su arte: gracioso, hilarante, agresivo, que cuestiona y que tiene como objetivo la crítica. Es por ello que además de estas piezas, tiene en su haber ilustraciones que critican a la sociedad y sus manías. Es una burla a la política y al estilo de vida actual. Es básicamente lo que todos hacemos, pero representado gráficamente y sin temor.
Así, Tropz y su irreverencia se han ganado el aplauso de la crítica y sus 2 mil 141 seguidores en Instagram lo confirman posicionándolo como uno de los artistas más divertidos. Síguelo en su cuenta y goza de la ironía, el arte, la cultura pop y la visión de un artista irreverente y único que disfruta de cuestionar a los críticos y a su público.