Así es como responde una mujer cuya paciencia social ha llegado a su límite; ponle el nombre que quieras: el tuyo, el de tu mejor amiga, el de tu hermana o el mío, no importa, todas podemos ser esa mujer cansada de los insultos, de los abusos y de ser un objeto destinado a recibir comentarios misóginos, tocamientos, imposiciones y demás faltas de respeto que no deberían ser disculpadas por ningún motivo.
Pero nada es eterno y ahora que tienes el poder de levantarte en armas, hazlo. Reclama aquello que no te gusta y no dejes de creer en ti ni en tu fuerza para hacer eco sobre los problemas que nos aquejan diariamente, puesto que no es un problema particular, sino general.
Es intolerable que en 10 años, 22 mil 482 mujeres hallan sido asesinadas en las 32 entidades del la República Mexicana; es decir, el INEGI reveló que casi cada 4 horas se efectúa un feminicidio. La forma es lo de menos, pero predominan la mutilación, la asfixia, ahogamiento, quemaduras y balazos. La edad tampoco es una determinante, ya que entre las víctimas se encuentran niñas, adultas, adolescentes y mujeres de edad avanzada.
El crimen en contra de las mujeres no respeta.
Sin embargo, a pesar de todas las cifras, existen mujeres valientes que no tienen por qué esconderse y en representación de todas aquellas que por algún motivo se han callado, puedes reclamar y demostrar que todo abuso en contra de una de nosotras no se queda en el olvido. Así que si estás hasta lo ovarios de tantos piropos callejeros, muertes, injusticias salariales y parejas tóxicas, entre otras cosas, ¡no te calles!, grita, denuncia y dignifícanos.
No estás sola.
A decir verdad, nadie lo está. Todas nos acompañamos entre sí y reivindicamos el pisoteado nombre que se nos brindó: mujer. No hay que esconderse ni avergonzarse, sólo hay que luchar y mantenerse unidas, porque entre más ruido haya, más probabilidades existen de que alguien mire directamente al problema.
Así, para facilitar el proceso de denuncia y libertad, Vera Yin Yang ilustra el movimiento feminista y las ganas de salir adelante sin oposición ni cadenas.
Yang tiene como prioridad la seguridad de las mujeres, no importa el contexto. Ya que después de tantos problemas que ha habido alrededor del género femenino en todo el mundo, la ilustradora cree que el enemigo no descansa ni se esconde. Algunos le dicen machismo, otros, discriminación y unos más relaciones tóxicas. Lo cierto es que el opositor puede estar más cerca de ti de lo que crees, por ello, Yang invita a que todas las mujeres tomen el control de su vida y se conviertan en las dueñas de la misma. ¿Cómo?
¡Gritando!
En especial cuando las cifras indican que no existen lugares seguros para ninguna mujer, ya que la mayoría de los feminicidios se dieron en sus casas a manos de su pareja o en la calle luego de que un extraño les dijera un “piropo”, que más bien son frases malintencionadas. Cuando esto sucede, la mayoría son considerados suicidios o asesinatos no intencionales.
Ante ello, Vera se enoja —como todas nosotras— y se rebela en contra de aquellos que destrozan la vida de las mujeres y por lo consiguiente, del mundo entero. Ella levanta el puño con pinturas y dibujos a tinta que muestran un mensaje de libertad a través de mensajes directos, concisos y sin ideas rebuscadas.
Ella promueve el sexo, el placer y la seguridad femenina, y como tú, se ha cansado de que le miren el trasero sin permiso, de ganar menos que sus amigos y de ser quien intente sobrevivir en un mundo machista. Su arte se enfoca al 100 % en demostrarlo.
Así, la artista originaria de España tiene en su haber piezas que van desde una rosa emanando de un par de bragas, mujeres protestando por sus derechos y otras luchando por cada mujer que ha caído.
Con la fiel creencia de que en algún momento de la vida las mujeres podrán ser completamente libres, Vera Yin Yang empodera a cada espectadora de sus ilustraciones y con un toque de dramatismo las presenta para inspirar y para invocar a todas las almas que andan sueltas en el espacio y que tienen un hambre voraz por liberarse de todo.
Dale más credibilidad a tu lucha e intenta contagiar del mismo ánimo a todas las mujeres que conozcas. Muéstrales el poder de la voz, de la palabra y de la vida, porque aunque parezca imposible, entre más elementos se unan a la causa, mucho más efectiva será.
Y si tu libertad incomoda a otros, que se acostumbren a verte volar. No bajes la guardia ni te detengas por complacer a los demás, crea tu propia ruta de viaje e intenta no volver. Levanta las alas y mueve el cielo, el mar y al Tierra hasta hallar tu lugar en el mundo sin miedo. Lucha, sacrifica y castiga, sé como Yang y habla, sé tú misma y no te calles nada, porque todo te forma como ser humano, tú creas tu carácter y puedes dar golpes a diestra y siniestra.
Sigue el trabajo de Vera Yin Yang en su cuenta de Instagram. Todas sus ilustraciones te representan a la perfección y claro, son una forma mucho más certera de denunciar las injusticias que nos acechan día a día, los peligros que se presentan y lo complicado que —aún en el el siglo XXI— resulta ser mujer… Así que pelea como niña.