Es imposible alejarnos de los griegos. Todos los días vivimos con ellos. Desde que despertamos hasta que dormimos, somos sus indiscutibles herederos. Millones de palabras en español son helenismos. Prefijos, sufijos y raíces griegas nutren nuestro vocabulario diario: analfabeto, sincronía, perímetro, monoteísmo, hipérbole, éxodo, distraer, autoestima, catarata… Todas ellas son sólo una millonésima parte de las palabras provenientes de ahí.
Las palabras no son todo lo que heredamos de esta antigua civilización. Una enorme parte de la concepción del mundo tal y como lo concebimos, también encuentra su origen en el pensamiento griego; desde los preceptos morales de Sócrates, hasta las bases matemáticas de Pitágoras, convivimos con Grecia todo el tiempo.
La mitología griega ocupa también un lugar preponderante en nuestra visión del mundo. Aunque suceda que a veces la ignoremos por completo, forma parte de nuestras concepciones. Generalmente, accedemos a ella por medio de enormes libros llenos de palabras pero, esta vez, conoceremos un a través de la ventana pictórica. A continuación, te presentaremos algunos dioses griegos plasmados en insólitas pinturas.
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“Apolo y Dafne” (1615 -1620)
Francesco Albani
Apolo se había burlado de Eros, lo que desató su furia. Como venganza lanzó una flecha a él y otra a Daphne. La primera lograba que este quedara perdidamente enamorado de ella, la segunda, provocó que ella lo rechazara. De esta manera perpetuó el peor castigo: amar en demasía sin poder ser nunca correspondido.
En esta pintura vemos a Apolo correr desesperadamente tras Dafne, mientras que la expresión de ella es de incomprensión sobre lo que ocurre. Detrás de la escena, sin ser siquiera percibido, Eros representado como un niño, señala burlonamente la situación. Mira las túnicas. Cada pliegue es preciso, el movimiento queda perfectamente retratado.
“Atenea despreciando a Hefesto” (1555-1560)
Paris Bordone
Hefesto era el dios del fuego y de los herreros y los trabajadores del metal. Era tan feo que cuando nació, su madre Hera lo arrojó desde el Olimpo. Eso le hizo quedarse cojo, lo que sumó aún mas fealdad a su persona. Afrodita y él estaban juntos, pero ella mantenía una relación con Ares. Hefeso los descubrió y les puso una trampa, al final huyeron y el quiso violar a Atenea, quien lo despreció, del semen tirado en el piso, Gea engendró a Erictonio.
Sobre un objeto de hierro, Efesto sostiene desesperadamente el brazo de Atenea, quien con una mirada airosa trata de alejarse. Mira el manejo de la luz, hace patente la carnosidad de la piel mostrada.
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“Prometeo encadenado” (1577)
Peter Paul Rubens y Frans Snyders
Prometeo es pintado por Rubens y el águila por Snyders. Prometeo había desafiado a los dioses. Primero, timándolos con un sacrificio y luego, robando el fuego para los hombres. En venganza, Zeus ordenó llevar a Prometeo al Cáucaso y mandó un águila para que devorara su hígado. Al ser inmortal, el águila comía cada mañana su hígado y por la noche este volvía a regenerarse
Mira la parte inferior izquierda, donde reposa el fuego robado por Prometeo quien, completamente aterrado, tiene sujeta la mano a un grillete y ve cómo es devorado por el salvaje animal.
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“La muerte de Adonis” (1614)
Peter Paul Rubens
Adonis, un joven especialmente hermoso, está relacionado con la primavera. Existen muchas versiones sobre su nacimiento. Sin embargo, se está de acuerdo en que Afrodita lo cuidó y tuvo con él una relación extremadamente cercana. Sobre su muerte, representada en esta pintura, también hay varias versiones. Se dice que fue Ares quien mandó al jabalí por celos y otras versiones apuntan que fue Artemisa en venganza con Afrodita.
Mientras las mujeres, entre ellas Afrodita, ven la muerte de Adonis, los perros que están al lado parecen no estar al tanto de la fatídica situación. Mira la palidez que el pintor logró dibujar en el rostro del fenecido.
“Ariadna abandonada por Teseo” (1774)
Angelica Kauffmann
Bien se sabe que Teseo derrotó al Minotauro, lo que salvó a 14 jóvenes de morir devorados por él. Ariadna, hija del rey Minos, ayudó a Teseo a salir del laberinto donde derrotó a su hermanastro. La condición era que se casara con ella y la liberara de su padre. Él promete que lo hará, pero la abandona cuando se queda dormida.
El barco de Teseo zarpa a espaldas de Ariadna quien, inconsolable, se da cuenta del abandono. Un collar de perlas reposa en una pequeña caja al lado suyo. Pon atención a los detalles. Mira las texturas de la cama y cómo logra la perspectiva del horizonte.
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“Baco” (1595)
Michelangelo Merisi da Caravaggio
Esta es una representación poco inusual de los dioses griegos, sin embargo, también es de las más hermosas e intrigantes que existen. Con una sensualidad desorbitante, Baco está entre frutas y con una copa de vino en la mano. Parece incitarnos al goce. Nos comparte la sensualidad que se esconde detrás de su túnica.
La cara de Baco no es precisamente inocente. Mira el moño negro que tiene en sus manos, observa los pliegues de su túnica y cómo contrastan con la lisura de su piel.
Pese a que estas pinturas varían espacial y temporalmente, podemos encontrar en ellas precisos detalles que las hacen insólitas y excepcionales. El manejo de la luz y de las formas nos cautivan sin darnos cuenta y nos dejan observarlas por varios minutos. Además de eso, nos permiten conocer por medio de simbolismos el vasto universo de la milenaria mitología griega.
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Referencias
RZ100 Arte
Museo del Prado
Arque historia
Pinturas mitológicas