Jack Kerouac y William Burroughs son quienes dieron voz y estilo a la contracultura estadounidense. Sus escritos cambiaron la forma de escribir en Estados Unidos, por eso cuando el mundo se enteró que habían escrito una novela en conjunto las expectativas aumentaron. And the hipos were boiled in their tanks es el título escrito por dos de los hombres más importantes de la generación beat. El trabajo en equipo que hicieron Kerouac y Burroughs en lugar de limitar y diseccionar la novela la nutrió, le dio una voz única, distinta a la de sus creadores, pero en las que podemos encontrar la escritura autómata de Kerouac y la filosofía narrativa de Burroughs.
Trabajar en equipo es algo muy bueno en casi todas las actividades. La escuela enseña que necesitamos de las otras personas para trabajar pues es imposible abordar algo con toda la carga en nuestros hombros. Sin embargo la práctica literaria ha sido vista como una de las actividades que suelen ser tarea de un genio artístico y nada más. La expresión del alma podría ser la excusa, pero la realidad es que desde hace siglos los pintores que más admiramos –por ejemplo Peter Paul Rubens- tenían aprendices que hacían gran parte de la obra y en algunas ocasiones sólo ponían su firma, apropiándose de la obra.
Sin embargo, durante el siglo XX, el surrealismo en su afán de encontrar formas de liberar al arte de las ataduras de la razón, el orden y el aburrimiento, encontraron una nueva forma de crear. Un conjunto de actividades comunales en las que uno a uno irían armando un poema o una obra pictórica sin que otro la viera, fue así como nació el “Cadáver Exquisito”.
En una hoja de papel, Robert Desnos, Paul Éluard, André Bretón y Tristan Tzara escribieron “El cadáver exquisito beberá el vino nuevo”. A partir de ese momento los cadáveres exquisitos entraron en el imaginario popular, incluso hoy son parte del proceso educativo de muchas escuelas.
En esa época, el cadáver exquisito se utilizó para probar teorías en las que consideraban que el automatismo y el onirismo era lo mejor para desarrollar la creatividad y hacer verdaderas obras surrealistas. Con el automatismo hacían que las personas crearan arte sin saber cuál era la otra parte de la obra, su contenido y su significado. Así se aseguraba un trabajo verdaderamente puro y espontáneo.
El onirismo exploraba una de las ideas más importantes de la vanguardia, el uso del psicoanálisis dentro del arte. Formar obras espontáneas en las que la composición era importante, pero sin duda debía salir de la mente y de sus lugares más recónditos.
Combinando esos elementos, los artistas crearon esos “monstruos de Frankenstein”, híbridos creativos que diseccionados pertenecían a un elemento pero en conjunto era una obra totalmente anónima, un bastardo artístico sin dueño pero cuyo significado se potenciaba mucho más que si se tratara de la autoría de una sola persona. Las obras más famosas son las que compusieron Man Ray, Joan Miró, Max Morisa e Yves Tanguy, que son las que se muestran arriba.
El cadáver exquisito es una importante forma de expresión e incluso ha llegado al cine. En el año 2000, el director tailandés Apichatpong Weerasethakul hizo el filme Mysterious object at noon. Para este híbrido entre la ficción, el documental y el cadáver exquisito, el director viajó por su país natal y grabó a distintos grupos de personas que contaron una historia o hicieron algo con la cámara. Un cadáver exquisito cinematográfico, un experimento audiovisual sin narrativa y sin fin pero cuyo contexto permite anudar un mismo sentimiento.
https://www.youtube.com/watch?v=_UuxHXE7lHA
La búsqueda de nuevas formas de arte deben estar siempre en nuestro imaginario. Encontrar distintas formas de hacer las cosas, de crear y de imaginar es lo que hace que el arte avance; el movimiento debe fluir en una actividad destinada a siempre evolucionar, así sea personal o colectivamente. La no tan nueva tendencia de las obras colectivas es el registro de que los cadáveres exquisitos, quizá ya no son parte de la tendencia artística, pero sí dejaron una huella importante en el arte.
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Fuentes:
Faena, Que aprendemos hoy