La mitología celta habla de seres fantásticos conocidos como Kelpies, hermosos caballos de aspecto ultraterreno, espíritus del agua que suelen ser vistos en las inmediaciones de lagos, ríos y, en ocasiones, en el mar. Su naturaleza, según las leyendas escocesas, es eminentemente malvada. Suelen atraer a las personas con la intención de arrastrarlas al fondo del agua y poco se puede hacer para librarse de este terrible final.
Para Andy Scott, escultor de origen escocés, los Kelpies representan algo más, pues simbolizan al caballo como una criatura importante de la industria escocesa, pues este animal fue determinante para el florecimiento de la misma, es por ello que su obra artística rinde homenaje a los caballos a través de gigantescas esculturas hechas a partir de una estructura de acero y revestidas con láminas de acero inoxidable.
Situadas a un lado del canal Clyde, en la ciudad de Glasgow, su aspecto es imponente; alcanzan los 30 metros de altura y un peso de aproximadamente 300 toneladas cada una.
The Kelpies se erige como un impresionante monumento a la industria escocesa, un símbolo de los logros del pasado y una declaración de intenciones para el futuro.