Soy una alcohólica obsesionada conmigo misma.
Tracey Emin
Su obra consistía en una casa de campaña llena de nombres. Todas aquellas personas con las que la artista había dormido alguna vez, tenían un lugar en la pequeña tienda. Esto incluía dos embarazos perdidos, su hermano mellizo, todos sus compañeros sexuales o familiares con quienes alguna vez había pasado la noche. Evidentemente el título de la obra predisponía el morbo del espectador, pero en realidad la artista dotaba a su obra de un significado mucho más profundo e íntimo.
Llamada “Everyone I Have Ever Slept With” o “The Tent”, su obra es considerada un parteaguas en el arte contemporáneo y tiene estatus de ícono. En su interior alberga 102 nombres de personas que durmieron con ella hasta 1995 y como es de esperar, el título ha sido malinterpretado en cientos de ocasiones con connotaciones sexuales. Adentro de la casa de campaña era posible encontrar los nombres de “algunos con los que he cogido en la cama o contra la pared. En otros casos sólo se tratan de personas con las que me he acurrucado para dormir por horas, tales como mi abuela. Solía recostarme en su cama y sostener su mano. Escuchábamos la radio juntas hasta quedarnos dormidas. No haces eso con alguien que no amas o que no te importa”.
Amigos, familia, compañeros de copas y amantes, todos incluidos en un pequeño espacio que parece significar más de lo que somos capaces de observar a simple vista. Uno de sus novios, el artista Billy Childish, tiene uno de los espacios más importantes en la tienda y en medio del piso de ésta yacen las palabras “Conmigo, siempre conmigo, sin olvidar nunca”.
Esta obra la creó cuando sostenía una relación con Carl Freedman, quien más tarde curó la obra en el show Minky Manky, que se exhibió en la Galería de Sur de Londres: la tienda fue el atractivo principal de la exposición. En los periódicos el encabezado principal fue “Ella ha dormido con todos, incluso con el curador”. Charles Saatchi, uno de los coleccionistas más importantes de arte, la adquirió y en 2004 fue destruída en el Momart de Londres por un incendio en la bodega: la artista se rehusó a recrearla.
Tracey Emin ha sido repudiada en los círculos de arte contemporáneo por su obra ridícula y absurda, siempre desde la intimidad de su vida personal que invade los recintos artísticos más notables. De hecho, una de sus obras más reconocidas y populares, conocida como “My Bed”, consiste simplemente en una cama destendida, con objetos de uso cotidiano a su alrededor que incluyen condones y toallas sanitarias. Esta pieza fue ganadora del premio Turner y se vendió en más de 150 mil libras.
Ella asegura que junto con “My Bed”, ” I Have Ever Slept With” es una de sus piezas seminales y la considera un trabajo artístico fantástico y maravilloso. Cuando un incendio invadió el East London Momart, los tabloides criticaban la actitud de Emin: “Es extraño escuchar hablar de pérdidas irremplazables… ¿de verdad? Seguramente has pensado que muchos de esos trabajos son reemplazables. No sería muy difícil para Tracey Emin reescribir los nombres de todos con los que ha dormido en la pequeña tienda, aunque seguro necesitará actualizarla desde 1995”. Sin embargo, Tracey aseguró que la inspiración, siempre personal, la tuvo diez años atrás, y que de ese modo era imposible recrear la emoción.
Emin creció en el peor de los escenarios posibles. Los primeros meses de su vida estuvo con su hermano mellizo en una incubadora, cuando fue tiempo, salieron sólo para vivir su infancia en una pensión que compartía con okupas. Tuvo relaciones con su mellizo y sufrió una violación cuando tenía 13 años, sufrió dos abortos, pero aun así se ha coronado en el mundo del arte. Vivía con una alimentación a base de pollo frito y vodka. Siempre inspirada en el trabajo de Edvard Munch y Egon Schiele, Tracey Emin se destacó en sus años adolescentes por ser una artista adicta a las dogas, al alcohol y el arte.
Junto a artistas de renombre como Damien Hirst, los hermanos Chapman, Mark Ofili, entre otros, se dio a conocer como una de las promesas más grandes del arte inglés. Tracey Emin se destacó por mostrar su vida personal en dibujos, fotografías, videos e instalaciones para indagar su interior desecho, devastado y sin esperanza.
Otra de sus obras, conocida como “Love is what you want”, es una instalación con tampones que ideó doce años antes de realizarla. Acompañada con luces neón, ni siquiera Tracey Emin pudo con la transgresión de su obra, asegurando sentirse apenada cuando la montó.
¿Cómo ganar renombre con retazos de vida que parecen ir en la basura? Aún esa generación que intentó propasar los límites del arte no encuentra el estatus de “artista” que acompaña a grandes autores; sin embargo, es esa misma rebeldía la que genera un diálogo con los asistentes. Ese discurso desde las entrañas que permite que los espectadores sientan emociones que con ninguna otra pieza han logrado experimentar, es el santo grial del arte contemporáneo. Ya no hay nada qué decir, lo bello se ha pintado, lo irreverente fue tarea de los dadaístas… un diálogo que sostenga la comunicación con el espectador hasta hacerlo sollozar, enojarse o sentir que la piel se enchina es el trabajo del artista de hoy, del mismo modo que intenta hacerlo Tracey Emin.
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El arte y el sexo se unen muchas veces en sus obras de arte. Tal es el caso de Cheng Li, el artista que tuvo sexo en público y fue condenado a prisión o Milo Moiré con sus performance polémicos, en los que aparece completamente desnuda.