Se trata de Iván el terrible y su hijo, un lienzo de 2 por 2.5 metros terminado en 1885 bajo la autoría de Ilía Repin. El dramatismo en el ambiente del cuadro, así como la carga emocional de la escena que se representa es brutal, quizás por eso ha sido atacado en dos ocasiones.
Iván el terrible y su hijo es la representación del primer zar del imperio Moscovita, Iván IV y su primogénito, Iván Ivanovich, poco después de uno de los ataque coléricos del zar, cuando el padre golpeó la cabeza de la esposa embarazada de su hijo con un bastón acusándola de indecencia por vestir ropa “inapropiada”. Los historiadores suponen que el hijo recibió un golpe en la sien que le quitó la vida después de enfrentarse a su padre, quien arrepentido lo abraza e intenta contener la hemorragia con su mano. Las expresiones de horror y arrepentimiento se encuentran perfectamente plasmadas en este cuadro, expresiones de cruda angustia y humanidad visceral, es difícil mantenerles la mirada a ambos personajes.
Aunque los espectadores no conozcan la historia detrás del cuadro o su contexto histórico, pueden comprender y sentir de inmediato la sensación de terror y desasosiego, al grado que algunos han sentido la extrema sensación de destruir el cuadro. Ilía Repin, el autor de esta pintura, fue el pintor más reconocido a finales del siglo XIX, el mismo reconoció lo perturbado que se encontraba cuando lo estaba pintando,
«Pintaba por ratos, sufría, estaba preocupado, corregía y corregía lo pintado, escondía el cuadro con decepción enfermiza de mis propias fuerzas, de nuevo lo sacaba e iba al ataque. A menudo experimentaba miedo. Me alejaba del cuadro, lo escondía. A mis amigos el lienzo causaba la misma impresión. Hubo algo que me impulsaba hacia la obra, y yo volvía a trabajar».
Ilía Repin, Ivan el terrible y su hijo, 1885 Foto: Wikimedia CommonsEl día de la presentación de Iván el terrible y su hijo, en San Petersburgo, las críticas no se hicieron esperar debido a lo gráfico de la escena, al grado de protegerlo con policías turnándose para evitar cualquier ataque. Alexander III, quien en ese momento era el zar, prohibió la exhibición del cuadro por una temporada corta y este fue comprado por el coleccionista, Pavel Tetryakov. Casi 20 años después, en 1913, Abram Balashov, un pintor y fanático religioso de 29 años se fue sobre el lienzo expuesto en la galería de Tetriacov mientras gritaba «¡Basta de muerte, basta de derramamiento de sangre!», realizando severos cortes en la pintura. El mismo Repin restauró la obra pero, Gueorgui Jrúslov, responsable de la galería, se suicidó saltando hacia un tren, no pudo con la carga al sentirse responsable del cuadro. También se dice que los pintores Grabar y Bogoslovskiy borraron el nuevo óleo y recrearon la imagen auténtica a escondidas de Repin. Se aumentaron las medidas de seguridad de este cuadro para prevenir posible futuros ataques.
Foto: Arte +El cuadro vivió poco más de 100 años en paz, hasta que el 25 de mayo del 2018, Igor Podporin, en estado de ebriedad, rompió el vidrio de protección con un poste y los pedazos de vidrio cortaron el lienzo en tres lugares. Popdrin justifico su ataque al asegurar que esta obra era una “inconsistencia histórica”, ya que hay documentos sobre otras posibles versiones sobre la muerte de Iván Ivanovich en donde se dice que el primogénito murió como consecuencia de una enfermedad grave o envenenamiento, al igual que su padre.
Los nacionalistas aseguraron que la obra de Repin «insulta los sentimientos patrióticos de los rusos» y culpan del origen del rumor a los «enemigos de Rusia». Vladímir Medinski, ministro de cultura defendió el cuadro mencionando que se trata de una representación artística y no un hecho histórico irrefutable.
Foto: El Universal
Afortunadamente este ataque no dañó las expresiones de los personajes, los cortes se dieron al nivel de la túnica del hijo del zar. Los expertos aseguraron que se podrá restaurar sin ningún problema para deleite de los cientos de miles de turistas que todos los años acuden a visitar el perturbador cuadro.
En portada: El Universal
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