“El medio es el mensaje”; con esta frase McLuhan buscaba poner el acento en que lo que verdaderamente transforma todos los aspectos de la vida humana es el medio en sí mismo y no aquello que transmite. Cada medio creado por el hombre, es decir, cada nueva tecnología, se inserta en un sistema de instrumentos específico y crea una serie de transformaciones que impacta el total de las actividades humanas. Para la escultora inglesa Jessica Harrison, el medio, más que la tecnología, es la piel. Por eso la propone como un espacio en el que el cuerpo y el mundo se mezclan.
De mano es una investigación que considera la relación entre los espacios interiores y exteriores del cuerpo. En ésta, la escultora da a la piel el papel del medio para obtener movimiento y, por lo tanto, pueda observar y pensar a través de los sentidos para llegar al mensaje que el entorno busca dar a cada ser humano.
De esta forma, Harrison propone al cuerpo como un modelo multidireccional que se basa en éste como el medio activo imaginativo y sensible, más allá de la visión que se le ha otorgado de “objeto” que se conforma por un interior y un exterior, llevándolo a un grado de la extensión más importante que como humanos se posee.
Harrison intenta borrar las fronteras y los límites del cuerpo para provocar una reacción tanto visual como táctil, pues sus esculturas parecen estar hechas de piel; en realidad utiliza un material de textura carnosa con el que forma mesas y sillones para expresar que “no es la piel lo que delinea el interior del cuerpo, pero el tacto es el medio, el material necesario para conectarnos con el mundo visible”.
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