En el encuentro que experimentamos a diario con objetos que nos enlazan a un pasado casi olvidado, están por encima de todos ellos los que, como si fuera un chispazo arrasador, tocan una fibra sensible de nuestro viejo cuerpo. Algo así sucede al ver la obra de ManuBLeón, artista egresado de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado en México, quien explora los estados inmanentes del recuerdo y el olvido.
Como si fuese un espejo de escalas mundiales, la ilustración de León nos hace conscientes de nuestra propia destrucción, de nuestro propio deterioro ante la vida y las inclemencias de los contextos en que hemos estado situados. Esto se debe a que su producción se reúne semánticamente con aquella imagen que probablemente muchos nos hemos tatuado en la cabeza: la del mágico lugar que nos transportaba al pasado, a los mejores sitios, a la vida llena de aventuras de nuestra infancia.
Un automóvil, y no cualquiera, sino ése que era capaz de llevar a toda nuestra familia de vacaciones, que significaba una Navidad con lejanos seres queridos, que guardó risas y viajes interminables, que marcó eras —tanto personales como económico-sociales— en el planeta Tierra; ese carro ahora está derruido y devastado.
Hechos un desperdicio es como estos autos dan testimonio de su desgaste, de su imparable cruce con el tiempo. Sin mostrar la muerte próxima del objeto, sino la propia, la del público, la de nuestros ojos en el impacto.
Los vehículos retratados por ManuBLeón son el enfoque de la materialidad hecha pérdida, de la memoria carente de romanticismo, pero plagada de apabullante realidad; porque el paso de los años, cierto es que guarda un tanto de hermosura, pero en su presentación constante está embargado en la texturización del cambio.
El abandono y la adaptación se hacen elementos esenciales en su trabajo; es reconocible en cada parte desvencijada, en cada punto oxidado de la carrocería para generar una analogía con nuestro cuerpo, con las arrugas de la edad, con las fracturas del tiempo y con la inutilidad de los músculos.
Las adecuaciones de una forma ante sus contextos también adquieren primordial importancia en su ilustración, las cuales se ven reflejadas en algunos momentos por su experimentación con la estética tradicional del 3D.
Con un aire de identidad mexicana en cada una de sus producciones, ManuBLeón es un artista al que debemos seguir su rastro en las prácticas contemporáneas de nuestro país. Es un creador que lo busca todo y nos devuelve mucho más en un carácter de lo no perecedero, de lo capturado en su perfecto daño.
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