Hacer un retrato significa más que hacer trazos sobre una tela, papel u ordenador; esta técnica araña, acaricia, interpreta y golpea el soporte para buscar la profundidad del sentimiento, pues es el rostro donde se guarda todo lo que el hombre es, fue y será. Así, el retrato nace de una fuerte necesidad de identidad y permanencia.
Después de explorar en el paisaje, el arte abstracto y técnicas surrealistas, el artista chileno Cristian de la Fuente encontró en el retrato la temática principal de su obra, pues a través de éste encuentra la mejor representación de las expresiones. Cristian de la Fuente hace uso de técnicas como el grafito, la sanguina y la acuarela para transformar los rostros de la música en retratos en blanco y negro que trazan la imagen fiel de músicos y compositores.
Quizás es el retrato la forma más directa que se tiene de plasmar el sentimiento de quien se dibuja y la técnica de la tinta ha dotado de nuevas dimensiones a su trabajo, dándole mayor expresividad, rescatando la intensidad de una mirada o gesto y entregando un toque personal a su obra.
Los músicos son los principales personajes de sus retratos; los rostros del cuarteto de Liverpool, Björk o Pink Floyd son los gestos que definen su trabajo. Cristian, también, diseña ilustraciones digitales, entre las que destacan imágenes de cómic y fantasía.
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