Texto escrito por: María José Serrano Carbajal
Surgió como un homenaje a uno de los artistas y uno de los grupos más influyentes de todos los tiempos. Se convirtió en un lugar de denuncia y protesta; un punto de encuentro; un lugar para la expresión artística. El muro de John Lennon es la obra de arte en movimiento en la que todo el mundo puede participar. Es un altar de la libertad de expresión.
Era 1948 en Checoslovaquia. El Partido Comunista llegó al poder después de la Segunda Guerra Mundial. La propiedad privada fue expropiada por el gobierno; se prohibieron derechos como la libertad de expresión y manifestarse en contra del régimen, entre otros. Habían campos de trabajo forzado para opositores; censura; escasez de productos; totalitarismo. Además, las reuniones con muchas personas estaban prohibidas pues suponían actos de conspiración en contra del poder.
Bajo este contexto, alrededor de los años 60 y 70, los jóvenes checoslovacos empezaron a juntarse clandestinamente en sótanos de casas abandonadas para escuchar la radio. Con el volumen al mínimo para no ser descubiertos y algo de suerte, lograban sintonizar la señal de alguna estación de la ciudad de Múnich, Alemania, el país vecino. Y la música que alcanzaban a escuchar era la que sonaba a todo su esplendor en aquella época: canciones de Los Beatles, John Lennon, Bob Dylan y otros artistas que denunciaban y protestaban contra las problemáticas del mundo contemporáneo, predicando amor, paz y estabilidad. Este tipo de música estaba prohibida por ser proveniente de países capitalistas y comunicar mensajes no aceptados por el comunismo.
En este marco, surgió el Muro de John Lennon en la ciudad de Praga en 1980. Tras saberse la muerte del intérprete el 8 de diciembre de aquel año; los jóvenes checoslovacos, cansados del régimen totalitario e influenciados por la música de Lennon, pintaron su retrato sobre una pared blanca en la plaza de Velkoprevorske en el barrio de Malá Strana. Además del rostro del artista, se pintaron frases de canciones de los Beatles como homenaje y símbolo de protesta y de descontento social.
Cuando el gobierno se dio cuenta del muro, lo pintó de blanco en ese instante, ya que la libertad de expresión -entre otras cosas- estaba prohibida. Sin importar esto, los jóvenes pintaron el muro una y otra vez con frases de Los Beatles y John Lennon, pero el gobierno lo volvía a borrar. Así sucedió varias veces, hasta que las autoridades cedieron ante la insistencia de los jóvenes.
A finales de los 80, el muro fue punto de encuentro de jóvenes que acudían ahí para expresarse y pintar en él. En ocasiones fueron reprimidos por el gobierno e incluso hubo enfrentamientos entre estudiantes que se hacían llamar “Lennonistas” y policías. La prensa oficial los calificó como agentes de occidente y del capitalismo.
Pasó el tiempo, terminó el régimen comunista en 1989 y la pared siguió pintada. Hoy en día no se pude ver la pintura original pues el muro se pintó de blanco varias veces. Sin embargo, es el lienzo de miles de artistas y personas que quieren plasmar sus ideas ahí, convirtiéndolo en un espacio para el arte urbano.
Lennonwall es una obra de arte en movimiento, pues cada persona que visita Praga tiene el derecho de pintar, escribir o dibujar lo que quiera en él. La pared está pintada de mil colores, frases en diferentes idiomas, dibujos y retratos. Lo curioso y lo que la hace única, es que nunca lucirá igual que el día anterior. Siempre habrá un dibujo más, un color más, una palabra más, una expresión más. Es una obra que está en constante evolución.
El muro de John Lennon simboliza la libertad de expresión, la rebeldía y el entusiasmo de los jóvenes que buscaron un cambio. Fue la forma de expresar su descontento social al mandar mensajes pacifistas de artistas musicales que se pronunciaban contra la guerra, el comunismo y la desigualdad. Hoy es un lienzo libre para cualquiera que desee alzar la voz y expresar sus ideas. Y se ha convertido en un destino imprescindible para los viajeros que visitan la ciudad de Praga.
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