Los nombres de Elena Garro y Octavio Paz quedaron marcados como dos de los más prominentes de la literatura mexicana contemporánea. Ambos se desenvolvieron en los círculos intelectuales destacados de su época y como pocos, lograron que sus obras se consagraran en México y en el extranjero.
Además de su trabajo, otra de las cuestiones que más ha interesado de ambos, es la relación que llevaban de pareja, la cual estuvo marcada por capítulos de inestabilidad que los condujeron a convertirse en uno de los matrimonios más turbulentos del ámbito cultural en México.
Con motivo del natalicio de Paz, quien nació el 31 de marzo de 1914 en la Ciudad de México, recordamos una de las relaciones que marcaron su vida.
La historia de amor-odio de Elena Garro y Octavio Paz
Octavio la conoció en 1935, él tenía 21 años y ella 18. Se dice que desde que tuvo contacto con la Elena, quedó prendado, pero que a los pocos meses de comenzar a salir, su relación presentó episodios complicados.
Los padres de la que se convertiría en una de las escritoras más destacadas de México, no aprobaban el noviazgo, razón por la que la mandaron lejos a un internado para que se olvidara de aquel estudiante de bachillerato que había conocido, y fue ahí cuando comenzó la correspondencia entre ambos.
“Yo no quiero que te rebeles a tus gentes, sino que les expliques con exactitud y frialdad la verdadera situación”, escribió Paz a su novia, momentos antes de salir a enfrentar a sus suegros.
En un acto de desesperación, el también poeta lanzó una advertencia a Elena para que tomara una decisión, esto a tan solo tres meses de haber iniciado la relación.
“Si quieres casarte conmigo, no me olvides. Si no me amas dímelo también: tienes ese deber. El único que te exijo. Que contestes a todo lo que te pregunto aquí. Debes contestar todo esto; de otro modo haré una locura”, agregó el escritor en una de las cartas que fueron publicadas por el académico e investigador del Centro de Estudios Literarios de la Universidad Nacional Autónoma de México Guillermo Sheridan en 2021.
A pesar de estos obstáculos, el 25 de mayo de 1937, los artistas se unieron en matrimonio ante cuatro testigos, pero mintieron sobre la edad de ella ya que no cumplía aún 21 años como lo marcaba la ley. La relación duró 22 años, en los que procrearon a una hija, a quien llamaron Helena.
La dinámica tormentosa de la pareja no solo ha sido abordada en el libro de Sheridan, ya que se han escrito biografías de ambos, así como fragmentos del diario de la escritora.
“Me casé porque Paz quiso, pero desde entonces nunca me dejó volver a la universidad . Me dediqué a ser periodista porque él ganaba muy poco dinero entonces y porque eso no opacaba a nadie, sino que producía dinero. Y me dediqué a callar porque había que callar”, publicó el escritor Carlos Landeros en su obra biográfica Yo, Elena Garro, en la que recopiló declaraciones de la poeta.
Dentro del ámbito literario, surgieron los rumores de que Octavio era un hombre egocéntrico que no quería que su esposa destacara más que él, por lo que le prohibió seguir estudiando en la Facultad de Filosofía y Letras, además de que no la dejaba escribir poesía para que no fuera una competencia.
Además, las infidelidades no se hicieron esperar en su matrimonio, ya que de acuerdo con historiadores, a finales de los años 40, Paz mantuvo una relación con la pintora Bona Tibertelli de Pisis, mientras que Elena se enamoró del escritor argentino Adolfo Bioy Casares.
Los escritores se divorciaron en 1959, en un proceso complicado en el que ella intentó suicidarse. Desde ese episodio, hasta la muerte de ambos en 1998, llevaron una mala relación.
“Yo vivo contra él, estudié contra él, hablé contra él, tuve amantes contra él, escribí contra él y defendí indios contra él. Escribí de política contra él, en fin, todo, todo, todo lo que soy es contra él […] en la vida no tienes más que un enemigo y con eso basta. Y mi enemigo es Paz”, declaró Elena.
Los nombres de Elena Garro y Octavio Paz quedaron marcados como dos de los más prominentes de la literatura mexicana contemporánea. Ambos se desenvolvieron en los círculos intelectuales destacados de su época y como pocos, lograron que sus obras se consagraran en México y en el extranjero.
Además de su trabajo, otra de las cuestiones que más ha interesado de ambos, es la relación que llevaban de pareja, la cual estuvo marcada por capítulos de inestabilidad que los condujeron a convertirse en uno de los matrimonios más turbulentos del ámbito cultural en México.
Con motivo del natalicio de Paz, quien nació el 31 de marzo de 1914 en la Ciudad de México, recordamos una de las relaciones que marcaron su vida.
La historia de amor-odio de Elena Garro y Octavio Paz
Octavio la conoció en 1935, él tenía 21 años y ella 18. Se dice que desde que tuvo contacto con la Elena, quedó prendado, pero que a los pocos meses de comenzar a salir, su relación presentó episodios complicados.
Los padres de la que se convertiría en una de las escritoras más destacadas de México, no aprobaban el noviazgo, razón por la que la mandaron lejos a un internado para que se olvidara de aquel estudiante de bachillerato que había conocido, y fue ahí cuando comenzó la correspondencia entre ambos.
“Yo no quiero que te rebeles a tus gentes, sino que les expliques con exactitud y frialdad la verdadera situación”, escribió Paz a su novia, momentos antes de salir a enfrentar a sus suegros.
En un acto de desesperación, el también poeta lanzó una advertencia a Elena para que tomara una decisión, esto a tan solo tres meses de haber iniciado la relación.
“Si quieres casarte conmigo, no me olvides. Si no me amas dímelo también: tienes ese deber. El único que te exijo. Que contestes a todo lo que te pregunto aquí. Debes contestar todo esto; de otro modo haré una locura”, agregó el escritor en una de las cartas que fueron publicadas por el académico e investigador del Centro de Estudios Literarios de la Universidad Nacional Autónoma de México Guillermo Sheridan en 2021.
A pesar de estos obstáculos, el 25 de mayo de 1937, los artistas se unieron en matrimonio ante cuatro testigos, pero mintieron sobre la edad de ella ya que no cumplía aún 21 años como lo marcaba la ley. La relación duró 22 años, en los que procrearon a una hija, a quien llamaron Helena.
La dinámica tormentosa de la pareja no solo ha sido abordada en el libro de Sheridan, ya que se han escrito biografías de ambos, así como fragmentos del diario de la escritora.
“Me casé porque Paz quiso, pero desde entonces nunca me dejó volver a la universidad . Me dediqué a ser periodista porque él ganaba muy poco dinero entonces y porque eso no opacaba a nadie, sino que producía dinero. Y me dediqué a callar porque había que callar”, publicó el escritor Carlos Landeros en su obra biográfica Yo, Elena Garro, en la que recopiló declaraciones de la poeta.
Dentro del ámbito literario, surgieron los rumores de que Octavio era un hombre egocéntrico que no quería que su esposa destacara más que él, por lo que le prohibió seguir estudiando en la Facultad de Filosofía y Letras, además de que no la dejaba escribir poesía para que no fuera una competencia.
Además, las infidelidades no se hicieron esperar en su matrimonio, ya que de acuerdo con historiadores, a finales de los años 40, Paz mantuvo una relación con la pintora Bona Tibertelli de Pisis, mientras que Elena se enamoró del escritor argentino Adolfo Bioy Casares.
Los escritores se divorciaron en 1959, en un proceso complicado en el que ella intentó suicidarse. Desde ese episodio, hasta la muerte de ambos en 1998, llevaron una mala relación.
“Yo vivo contra él, estudié contra él, hablé contra él, tuve amantes contra él, escribí contra él y defendí indios contra él. Escribí de política contra él, en fin, todo, todo, todo lo que soy es contra él […] en la vida no tienes más que un enemigo y con eso basta. Y mi enemigo es Paz”, declaró Elena.
Los nombres de Elena Garro y Octavio Paz quedaron marcados como dos de los más prominentes de la literatura mexicana contemporánea. Ambos se desenvolvieron en los círculos intelectuales destacados de su época y como pocos, lograron que sus obras se consagraran en México y en el extranjero.
Además de su trabajo, otra de las cuestiones que más ha interesado de ambos, es la relación que llevaban de pareja, la cual estuvo marcada por capítulos de inestabilidad que los condujeron a convertirse en uno de los matrimonios más turbulentos del ámbito cultural en México.
Con motivo del natalicio de Paz, quien nació el 31 de marzo de 1914 en la Ciudad de México, recordamos una de las relaciones que marcaron su vida.
La historia de amor-odio de Elena Garro y Octavio Paz
Octavio la conoció en 1935, él tenía 21 años y ella 18. Se dice que desde que tuvo contacto con la Elena, quedó prendado, pero que a los pocos meses de comenzar a salir, su relación presentó episodios complicados.
Los padres de la que se convertiría en una de las escritoras más destacadas de México, no aprobaban el noviazgo, razón por la que la mandaron lejos a un internado para que se olvidara de aquel estudiante de bachillerato que había conocido, y fue ahí cuando comenzó la correspondencia entre ambos.
“Yo no quiero que te rebeles a tus gentes, sino que les expliques con exactitud y frialdad la verdadera situación”, escribió Paz a su novia, momentos antes de salir a enfrentar a sus suegros.
En un acto de desesperación, el también poeta lanzó una advertencia a Elena para que tomara una decisión, esto a tan solo tres meses de haber iniciado la relación.
“Si quieres casarte conmigo, no me olvides. Si no me amas dímelo también: tienes ese deber. El único que te exijo. Que contestes a todo lo que te pregunto aquí. Debes contestar todo esto; de otro modo haré una locura”, agregó el escritor en una de las cartas que fueron publicadas por el académico e investigador del Centro de Estudios Literarios de la Universidad Nacional Autónoma de México Guillermo Sheridan en 2021.
A pesar de estos obstáculos, el 25 de mayo de 1937, los artistas se unieron en matrimonio ante cuatro testigos, pero mintieron sobre la edad de ella ya que no cumplía aún 21 años como lo marcaba la ley. La relación duró 22 años, en los que procrearon a una hija, a quien llamaron Helena.
La dinámica tormentosa de la pareja no solo ha sido abordada en el libro de Sheridan, ya que se han escrito biografías de ambos, así como fragmentos del diario de la escritora.
“Me casé porque Paz quiso, pero desde entonces nunca me dejó volver a la universidad . Me dediqué a ser periodista porque él ganaba muy poco dinero entonces y porque eso no opacaba a nadie, sino que producía dinero. Y me dediqué a callar porque había que callar”, publicó el escritor Carlos Landeros en su obra biográfica Yo, Elena Garro, en la que recopiló declaraciones de la poeta.
Dentro del ámbito literario, surgieron los rumores de que Octavio era un hombre egocéntrico que no quería que su esposa destacara más que él, por lo que le prohibió seguir estudiando en la Facultad de Filosofía y Letras, además de que no la dejaba escribir poesía para que no fuera una competencia.
Además, las infidelidades no se hicieron esperar en su matrimonio, ya que de acuerdo con historiadores, a finales de los años 40, Paz mantuvo una relación con la pintora Bona Tibertelli de Pisis, mientras que Elena se enamoró del escritor argentino Adolfo Bioy Casares.
Los escritores se divorciaron en 1959, en un proceso complicado en el que ella intentó suicidarse. Desde ese episodio, hasta la muerte de ambos en 1998, llevaron una mala relación.
“Yo vivo contra él, estudié contra él, hablé contra él, tuve amantes contra él, escribí contra él y defendí indios contra él. Escribí de política contra él, en fin, todo, todo, todo lo que soy es contra él […] en la vida no tienes más que un enemigo y con eso basta. Y mi enemigo es Paz”, declaró Elena.
Los nombres de Elena Garro y Octavio Paz quedaron marcados como dos de los más prominentes de la literatura mexicana contemporánea. Ambos se desenvolvieron en los círculos intelectuales destacados de su época y como pocos, lograron que sus obras se consagraran en México y en el extranjero.
Además de su trabajo, otra de las cuestiones que más ha interesado de ambos, es la relación que llevaban de pareja, la cual estuvo marcada por capítulos de inestabilidad que los condujeron a convertirse en uno de los matrimonios más turbulentos del ámbito cultural en México.
Con motivo del natalicio de Paz, quien nació el 31 de marzo de 1914 en la Ciudad de México, recordamos una de las relaciones que marcaron su vida.
La historia de amor-odio de Elena Garro y Octavio Paz
Octavio la conoció en 1935, él tenía 21 años y ella 18. Se dice que desde que tuvo contacto con la Elena, quedó prendado, pero que a los pocos meses de comenzar a salir, su relación presentó episodios complicados.
Los padres de la que se convertiría en una de las escritoras más destacadas de México, no aprobaban el noviazgo, razón por la que la mandaron lejos a un internado para que se olvidara de aquel estudiante de bachillerato que había conocido, y fue ahí cuando comenzó la correspondencia entre ambos.
“Yo no quiero que te rebeles a tus gentes, sino que les expliques con exactitud y frialdad la verdadera situación”, escribió Paz a su novia, momentos antes de salir a enfrentar a sus suegros.
En un acto de desesperación, el también poeta lanzó una advertencia a Elena para que tomara una decisión, esto a tan solo tres meses de haber iniciado la relación.
“Si quieres casarte conmigo, no me olvides. Si no me amas dímelo también: tienes ese deber. El único que te exijo. Que contestes a todo lo que te pregunto aquí. Debes contestar todo esto; de otro modo haré una locura”, agregó el escritor en una de las cartas que fueron publicadas por el académico e investigador del Centro de Estudios Literarios de la Universidad Nacional Autónoma de México Guillermo Sheridan en 2021.
A pesar de estos obstáculos, el 25 de mayo de 1937, los artistas se unieron en matrimonio ante cuatro testigos, pero mintieron sobre la edad de ella ya que no cumplía aún 21 años como lo marcaba la ley. La relación duró 22 años, en los que procrearon a una hija, a quien llamaron Helena.
La dinámica tormentosa de la pareja no solo ha sido abordada en el libro de Sheridan, ya que se han escrito biografías de ambos, así como fragmentos del diario de la escritora.
“Me casé porque Paz quiso, pero desde entonces nunca me dejó volver a la universidad . Me dediqué a ser periodista porque él ganaba muy poco dinero entonces y porque eso no opacaba a nadie, sino que producía dinero. Y me dediqué a callar porque había que callar”, publicó el escritor Carlos Landeros en su obra biográfica Yo, Elena Garro, en la que recopiló declaraciones de la poeta.
Dentro del ámbito literario, surgieron los rumores de que Octavio era un hombre egocéntrico que no quería que su esposa destacara más que él, por lo que le prohibió seguir estudiando en la Facultad de Filosofía y Letras, además de que no la dejaba escribir poesía para que no fuera una competencia.
Además, las infidelidades no se hicieron esperar en su matrimonio, ya que de acuerdo con historiadores, a finales de los años 40, Paz mantuvo una relación con la pintora Bona Tibertelli de Pisis, mientras que Elena se enamoró del escritor argentino Adolfo Bioy Casares.
Los escritores se divorciaron en 1959, en un proceso complicado en el que ella intentó suicidarse. Desde ese episodio, hasta la muerte de ambos en 1998, llevaron una mala relación.
“Yo vivo contra él, estudié contra él, hablé contra él, tuve amantes contra él, escribí contra él y defendí indios contra él. Escribí de política contra él, en fin, todo, todo, todo lo que soy es contra él […] en la vida no tienes más que un enemigo y con eso basta. Y mi enemigo es Paz”, declaró Elena.