Esta nueva etapa de la vida es un buen momento para comenzar a agradecer aquellos momentos que diariamente transforman nuestra vida y por la abundancia que gozamos. Recordar que la gratitud es lo que inicia un nuevo comienzo.
Ser positivo y expresar gratitud incluso frente a la adversidad y el desamor es una de las lecciones que más cuesta aprender, cuando se entiende este flujo en la vida, además de tener una perspectiva mucho más amplia en la crisis, las cosas comienzan a fluir. Y el comienzo de un nuevo año es el pretexto perfecto para cambiar estos hábitos y comenzar a ver la vida de una forma mucho más abierta y positiva.
Las palabras de aliento siempre son útiles y necesarias para estos procesos, son una buena manera de encontrar esa motivación e inspiración de manera interna y también para compartir con nuestros seres queridos. A continuación encontrarás una selección de poemas para iniciar un año nuevo de una manera muy positiva.
Julio Cortázar, Happy New Year
Mira, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestas tu mano en esta noche
de fin de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas.
Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Así la tomo y la sostengo,
como si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.
Andrés Eloy Blanco, Las uvas del tiempo (fragmento)
Madre: esta noche se nos muere un año.
En esta ciudad grande, todos están de fiesta;
zambombas, serenatas, gritos, ¡ah, cómo gritan!;
claro, como todos tienen su madre cerca…
¡Yo estoy tan solo, madre,
tan solo!; pero miento, que ojalá lo estuviera;
estoy con tu recuerdo, y el recuerdo es un año
pasado que se queda.
Si vieras, si escucharas esta alboroto: hay hombres
vestidos de locura, con cacerolas viejas,
tambores de sartenes,
cencerros y cornetas;
el hálito canalla
de las mujers ebrias;
el diablo, con diez latas prendidas en el rabo,
anda por esas calles inventando piruetas,
y por esta balumba en que da brincos
la gran ciudad histérica,
mi soledad y tu recuerdo, madre,
marchan como dos penas.
Esta es la noche en que todos se ponen
en los ojos la venda,
para olvidar que hay alguien cerrando un libro,
para no ver la periódica liquidación de cuentas,
donde van las partidas al Haber de la Muerte,
por lo que viene y por lo que se queda,
porque no lo sufrimos se ha perdido
y lo gozado ayer es una perdida.
Mario Benedetti, No te rindas
No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.
Robert Goodrich, Un nuevo comienzo que la vida nos da
Un nuevo comienzo
un nuevo despertar
una nueva oportunidad
de volver a empezar
guardar lo bueno
que se ha vivido
desechar lo que no ha servido
analizar todo lo acontecido
y aprender las lecciones
que nos dejo el pasado,
empezar de cero una nueva cuenta
comenzar a levantar cimientos,
plantar, nuevas ilusiones
nuevos planes, nuevos amores,
una nueva oportunidad de
buscar, aquello que deseamos encontrar
tratar de cumplir los deseos del corazón
sin afectar con ello, a nadie mas.
Una vez mas el inicio de una vida plena
alcanzar, de ser mejores y
de lograr nuestro lugar en el mundo
encontrar…
Antonio Machado, Dice la esperanza
Dice la esperanza: Un día
la verás, si bien esperas.
Dice la desesperanza:
Solo la amargura es ella.
Late, corazón… No todo
se lo ha tragado la tierra
Miguel de Unamuno, A la esperanza
Esperanza inmortal, genio que
aguardas
Al eterno Mesías, del que sabes
que nunca llegará, tú la que
guardas
a tu hija la fe con siete llaves
Y que ante la razón no te
acobardas
si no haces a los corazones aves
para volar sobre las nubles pardas
de la fosca verdad, ya en mí no
cabes.
Gustavo Adolfo Bécquer, Rima LXXVIII
Fingiendo realidades
con sombra vana,
delante del deseo
va la esperanza.
Y sus mentiras
como el fénix renacen
de sus cenizas.
Juan Gelman, Madrugada
Juegos del cielo mojan la
madrugada de la ciudad violenta.
Ella respira por nosotros.
Somos los que encendimos el amor
para que dure,
para que sobreviva a toda soledad.
Hemos quemado el miedo, hemos
mirado frente a frente al dolor
antes de merecer esta esperanza
Hemos abierto las ventanas para
darle mil rostros.
Rubén Darío, Canto de Esperanza
Un gran vuelo de cuervos mancha
el azul celeste.
Un soplo milenario trae amagos de
peste.
Se asesinan los hombres en el
extremo Este.
¿Ha nacido el apocalíptico
Anticristo?
Se han sabido presagios y prodigios
se han visto
y parece inminente el retorno del
Cristo.
Alejandro José Díaz Valero, Mensaje al año que termina
Te vimos niño y no te determinamos
porque estabas muy incipiente,
se puede decir que te ignoramos
porque eso hace el común de la gente.
Vimos correr todos tus meses
mientras ibas poco a poco avanzando
y ahora por extraño que parece
apenas hoy te valoramos.
Hoy que estás ya envejecido
que estas a punto de expirar
entonces no quieren echarte al olvido
y algunos hasta se ponen a llorar.
Adiós viejo año, tu hoy te vas, amigo
perdona si te he sido indiferente,
yo por ahora, mi camino prosigo
aunque el mío tampoco es para siempre.
Rudyard Kipling, Propósitos de año nuevo
1.
He decidido que durante todo el año
aparcaré mis vicios en el estante.
Seguiré un camino más piadoso y sobrio
y amaré a mis vecinos como a mí mismo,
excepto los dos o tres de siempre
a los que detesto tanto como ellos me odian.
2.
He decidido que jugar a los naipes es malo,
sobre todo con cartas como las que me suelen tocar.
Puede desplumar una cuenta bancaria sana,
así que renuncio a estos placeres terrenales
excepto —y aquí no veo pecado alguno—
cuando otros reclamen ‘mi presencia’.
3.
He decidido que votos como estos, aunque
formulados con ligereza, son difíciles de mantener.
Por tanto los acometeré poco a poco,
no sea que mis recaídas acaben por hundirme.
Un voto al año me sacará del paso
y comenzaré con el Número Dos.
Alexis Valdés, Esperanza
Cuando la tormenta pase
Y se amansen los caminos
y seamos sobrevivientes
de un naufragio colectivo.
Con el corazón lloroso
y el destino bendecido
nos sentiremos dichosos
tan sólo por estar vivos.
Y le daremos un abrazo
al primer desconocido
y alabaremos la suerte
de conservar un amigo.
Y entonces recordaremos
todo aquello que perdimos
y de una vez aprenderemos
todo lo que no aprendimos.
Ya no tendremos envidia
pues todos habrán sufrido.
Ya no tendremos desidia
Seremos más compasivos.
Valdrá más lo que es de todos
Que lo jamás conseguido
Seremos más generosos
Y mucho más comprometidos
Entenderemos lo frágil
que significa estar vivos
Sudaremos empatía
por quien está y quien se ha ido.
Extrañaremos al viejo
que pedía un peso en el mercado,
que no supimos su nombre
y siempre estuvo a tu lado.
Y quizás el viejo pobre
era tu Dios disfrazado.
Nunca preguntaste el nombre
porque estabas apurado.
Y todo será un milagro
Y todo será un legado
Y se respetará la vida,
la vida que hemos ganado.
Cuando la tormenta pase
te pido Dios, apenado,
que nos devuelvas mejores,
como nos habías soñado.
Kim Addonizio, Día de año nuevo
Esta mañana la lluvia cae
sobre la última nieve
y la limpiará. Huelo otra vez
la hierba y las hojas caídas
que se mezclan con el barro.
Los pocos amores que pude
conservar duermen aún
en la Costa Oeste. Aquí en Virginia
camino por los campos con la única
compañía de unas pocas vacas jóvenes.
De hueso ancho y tímidas,
son como las chicas que recuerdo
de Secundaria, las que nunca
hablaban, las que tenían la cabeza
agachada y los brazos cruzados sobre
sus pechos nuevos. Esas chicas
tienen ya casi cuarenta años. Como yo,
seguro que a veces se detienen
de noche ante una ventana, a mirar
el patio silencioso, una
silla oxidada y los muros
de las casas de otra gente.
Habrá tardes en que se acuesten
y lloren amargamente por quien
las hiciera más felices,
y se pregunten cómo sus vidas
las han llevado
tan lejos sin jamás
explicar nada. No sé
por qué estoy aquí fuera
con mi abrigo cada vez más oscuro
y mis botas que se hunden y se levantan
con un leve ruido de ventosa
que me gusta escuchar. Me da igual
dónde estén ahora esas chicas.
Sea lo que sea lo que hayan logrado,
que se lo queden. Hoy no quiero
solucionar nada.
Sólo quiero caminar
un rato más bajo la fría
bendición de la lluvia,
y alzar mi rostro hacia ella.
Pablo Neruda, Oda al primer día del año
Lo distinguimos
como
si fuera
un caballito
diferente de todos
los caballos.
Adornamos
su frente
con una cinta,
le ponemos
al cuello cascabeles colorados,
y a medianoche
vamos a recibirlo
como si fuera
explorador que baja de una estrella.
Como el pan se parece
al pan de ayer,
como un anillo a todos los anillos:
los días
parpadean
claros, tintineante, fugitivos,
y se recuestan en la noche oscura.
Veo el último
día
de este
año
en un ferrocarril, hacia las lluvias
del distante archipiélago morado,
y el hombre
de la máquina,
complicada como un reloj del cielo,
agachando los ojos
a la infinita
pauta de los rieles,
a las brillantes manivelas,
a los veloces vínculos del fuego.
Oh conductor de trenes
desbocados
hacia estaciones
negras de la noche.
este final
del año
sin mujer y sin hijos,
no es igual al de ayer, al de mañana?
Desde las vías
y las maestranzas
el primer día, la primera aurora
de un año que comienza
el primer día, la primera aurora
de un año que comienza,
tiene el mismo oxidado
color de tren de hierro:
y saludan
los seres del camino,
las vacas, las aldeas,
en el vapor del alba,
sin saber
que se trata
de la puerta del año,
de un día
sacudido
por campanas,
adornado con plumas y claveles,
La tierra
no lo
sabe:
recibirá
este día
dorado, gris, celeste,
lo extenderá en colinas,
lo mojará con
flechas
de
transparente
lluvia,
y luego
lo enrollará
en su tubo,
lo guardará en la sombra.
Así es, pero
pequeña
puerta de la esperanza,
nuevo día del año,
aunque seas igual
como los panes
a todo pan,
te vamos a vivir de otra manera,
te vamos a comer, a florecer,
a esperar.
Te pondremos
como una torta
en nuestra vida,
te encenderemos
como candelabro,
te beberemos
como
si fueras un topacio.
Día
del año
nuevo,
día eléctrico, fresco,
todas
las hojas salen verdes
del
tronco de tu tiempo.
Corónanos
con
agua,
con jazmines
abiertos,
con todos los aromas
desplegados,
sí,
aunque
sólo
seas
un día,
un pobre
día humano,
tu aureola
palpita
sobre tantos
cansados
corazones,
y eres,
oh día
nuevo,
oh nube venidera,
pan nunca visto,
torre
permanente!
En portada: Tatler, The Great Gatsby
Te podría interesar:
Poemas de Pablo Neruda que dan directo en el corazón
30 frases en latín para llenar tus vacíos
Las mejores frases de amistad de Mario Benedetti