A pesar de que la “quema de libros” es una actividad ligada con la intolerancia de religiosos extremistas u organizaciones totalitarias ante otro tipo de ideas o doctrinas, recientemente una institución escolar católica destruyó más de 4 mil 700 libros que consideraron inapropiados al propagar estereotipos étnicos y raciales, entre estos títulos destacan algunos considerados clásicos infantiles como Asterix y Obelix o Tintín.
Este acto es parte de la reflexión generada a partir de los descubrimientos sobre explotación y maltrato por parte de los internados católicos en Canadá hacia las comunidades indígenas que se dieron hace casi un siglo.
Quema de libros en Canadá
Los títulos que se escogieron para quemarse o mandarse al centro de reciclaje fueron señalados debido al trato irrespetuoso a las culturas ancestrales, recuentos históricos erróneos, señalamientos o imágenes racistas, además de promover la sexualización o discriminación en sus páginas. Esto incluyó a las publicaciones que utilizaran términos como “indio” o “esquimal”, que desde hace unos años fueron considerados despectivos. Entre el tipo de textos que fueron destruidos se encontraban desde ejemplares de las famosas historietas de Astérix y Obelix oTintín , hasta algunas enciclopedias, cuentos como Pocahontas y novelas.
La comisión encargada de efectuar este acto se compuso de las autoridades escolares del Consejo Escolar Católico Providence y un grupo de indígenas. Si bien la mayoría de los ejemplares fueron enviados al reciclaje, en un acto simbólico, otros fueron quemados, realizando un ritual parecido al que se hizo en 2019 cuando después de una quema de libros las cenizas se utilizaron como abono para plantar árboles, haciendo una analogía de que se pueden crear cosas positivas con el pasado. En un principio se pensó que se podía realizar este ritual en las 30 escuelas del colegio y quemar todos los libros, sin embargo por temas de la pandemia se tuvo que posponer. Además buscando evitar confrontaciones con los padres de familia se optó por reciclar la mayoría de ejemplares.
La polémica
Este acto ha ocasionado una fuerte polémica en el sector cultural, ya que autoridades y figuras sobresalientes de la cultura no están de acuerdo con estas medidas. Por ejemplo, uno de los autores cuyas obras fueron señaladas y destruidas, el escritor canadiense Andre Noel, escribió en su cuenta personal de Twitter, que a pesar de estar abierto al debate sobre esta situación: «Su destrucción me sorprende y me parece excesiva», y que hay temas que deberían tener una mayor relevancia mediática, política y social como las reivindicaciones territoriales o el suministro y acceso de agua potable.
Otro dato importante a destacar es que en esta depuración también se eliminaron obras de escritores indígenas.
Los detractores de estas manifestaciones señalan que se trata de un acto que pertenece a la “cultura de la cancelación” y de la “corrección política”, y que en realidad no soluciona ningún problema.
*En portada: escena de caricatura de Asterix y Obelix