A veces, la niñez se pierde y desdibuja entre todas las inclemencias y adversidades que se viven en una nación. Los rostros se endurecen y parece que la infancia se ha perdido aunque el tiempo no haya transcurrido. Nada es seguro en un mundo cada vez más politizado y menos preocupado por los que en años futuros serán los representantes de una nación, de un país o simplemente vivirán su vida como mejor les parezca. Para ellos el futuro es incierto y el presente abrumador.
En Sudáfrica, la actitud de los niños parece mantenerse intacta: alegres, inocentes, felices, o al menos así los retrata Nelson Makamo, quien a través del óleo, las acuarelas y la serigrafía retrata a la niñez de Johannesburgo de una manera estupenda. La calidez de los colores que utiliza son perfectos para representar la alegría que acompaña a los niños de este país. Con técnicas mixtas, Nelson Makamo se califica como un narrador de lo que encuentra todos los días. A través de sus retratos muestra caras llenas de esperanzas, con risa, confianza y serenidad.
Los trabajos de Makamo buscan conjugar su historia personal con la vida de la ciudad de Johannesburgo, la migración, urbanización, identidad y la transición de la niñez a una vida adulta que se transformará en responsabilidad a través de un dinamismo vertiginoso.
Este artista nació en Sudáfrica en la región de Modimolle y se mudó a Johannesburgo para probar suerte como artista en el Artist Proof Studio. Su trabajo ha sido exhibido en muchas regiones de Sudáfrica, Francia, Italia, Estados Unidos, Holanda y Escocia. Tanto empresas privadas como públicas han coleccionado obras de este artista, tales como Giorgio Armani o la músico Annie Lenox. En 2014 fue nombrado uno de los siete jóvenes sudafricanos más importantes y fue ganador del premio Klipdrift Gold Artists.
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