El proceso mental de abstracción en la pintura ha significado un desafío tanto para los artistas como para el público que generalmente se enfrenta a piezas cuya conceptualización se consolida a partir de una base teórica.
La abstracción en la obra de Scully es muy diferente. No parte de un supuesto teórico sino de la experiencia. Metáforas que están relacionadas con lo ajeno a la pintura; con lo exterior. Sean Scully ha desarrollado su obra desde la abstracción, el minimalismo y la aflicción con la intención de sortear la irracionalidad que nos rodea.
La abstracción asociativa que maneja apela a la memoria como si su obra fuera una ventana al interior, valiéndose de los óleos a los que les otorga cualidades casi escultóricas.
El apelmazamiento de los colores y la variedad de soportes confieren a sus obras texturas dinámicas donde la geometría y el color son fundamentales para expresar la brutalidad de la vida, y es que Scully considera que sus pinturas tratan de contrarrestar la tristeza que procede de la falta de amor en el mundo.
La melancolía presente en la obra de Scully se traduce sin hacer referencias obvias, lo que le permite al espectador identificarse con la obra sin intermediarios ni ideas preconcebidas; un lugar en donde la abstracción funciona como una ruptura de estructuras.
https://img.culturacolectiva.com/content/2015/02/Wall-of-light-last-day-2009.jpg https://img.culturacolectiva.com/content/2015/02/Cut-ground-blue-pink-2011.jpg https://img.culturacolectiva.com/content/2015/02/Breath-2009.jpg https://img.culturacolectiva.com/content/2015/02/Landline-black-line-2014.jpg https://img.culturacolectiva.com/content/2015/02/Cut-ground-blue-red-2011.jpg
El uso del color es fundamental a la hora de abordar la tristeza, y la paleta de colores que utiliza Scully no es producto de un accidente, sino que la variedad cromática de sus obras se da a partir del significado que cada color transmite al pintor. Esto le concede un toque de espiritualidad minimalista a partir de líneas y rejas que podrían no ser más que eso, y que sin embargo, remiten a lugares, figuras, sueños, ideas y recuerdos.
La obra de Scully apela por un arte que produzca emoción y no sentimentalismo; está hecha con una intención global para que la abstracción devenga de manera diferente en cada persona, y que al contemplarla, como la magdalena de Proust, el espectador se vea bombardeado por recuerdos, sensaciones y sentimientos que ha tenido consigo desde siempre.