Este artículo fue publicado originalmente por Rodrigo Ayala Cárdenas el 2 de febrero de 2018 y ha sido actualizado por Cultura Colectiva.
«– Le nombraron el más sexy del mundo. ¿Le gusta la etiqueta?
– ¿Yo, sexy? Keith Richards es sexy, como Marlon Brando, que tenía algo inexplicable, llámalo carisma pero sin duda Marlon lo tenía, igual que un hombre como Tom Waits. Es algo en lo que no puedes poner tu mano porque no se puede tocar».
Después de tener al mundo a su favor, la situación se ha volvió en contra de Johnny Deep. Los periódicos de todo el mundo no hablan de otra cosa que no sean sus deudas millonarias a causa de gastos descontrolados y las subastas que hace para vender su colección de arte (que incluye obras de Basquiat) y así pagar las cuentas que lo han llevado (dicen) a la bancarrota. Esos mismos diarios se deleitan en señalar las veces que ha llegado ebrio a alguna entrega de premios o estrenos de películas y a lo mal que lo ha pasado desde su divorcio con la actriz Amber Heard. Sin embargo, actualmente Johnny Deep también está siendo reconocido por su papel como el nuevo Joker en la saga de Batman, sí esa que tiene a Robert Pattinson (o Edward Cullen) como protagonista.
Pero nada de eso importa para los propósitos de este texto; no pretende señalar sus borracheras y su situación financiera, sino celebrar su alma artística y algunas de las anécdotas más desconocidas de su vida, para tejer un tapiz que nos descubra al artista y hombre llamado Johnny Depp; el sujeto que antes de convertirse en actor soñaba con ser músico de tiempo completo y que para ganarse la vida vendió bolígrafos por teléfono. En una entrevista dijo: «Llamas a gente que no quiere recibir tu llamada. Pones tu voz más falsa y tratas de venderles una porquería de plumas con sus nombres impresos en ellos».
En la tradición del actor incomprendido, rebelde y melancólico que impuso James Dean, en su breve carrera como actor (murió a los 24 años), Depp es heredero debido a un carácter que contradice el plástico glamour de Hollywood y reniega de la falsedad material y moral. Basta conocer sus amistades dentro y fuera del mundo de la farándula para darse cuenta de que el actor de 54 años es un amante de la vida alternativa, bohemia y que sus gustos se acoplan hacia los que, como él, se sienten ajenos al sistema.
Marilyn Manson es uno de sus amigos más queridos y cercanos, al punto de filmar un videoclip donde interpretan un trío sexual. También frecuenta al cantante Alice Cooper y el guitarrista Joe Perry, con los que tiene una banda de rock llamada Hollywood Vampires, el pretexto perfecto para recorren a menudo el mundo (y los bares). Además, el director Terry Gilliam ha sido parte fundamental en su vida al apoyarlo en sus momentos difíciles.
Con el escritor estadounidense Hunter S. Thompson trabó una amistad entrañable que llevó a Depp a interpretar las cintas The Rum Diary y Fear and Loathing in Las Vegas, basadas en los libros de Thompson. Sobre él, dijo: «Lo bello de mi relación con Hunter es que había una confianza muy profunda. Yo sabía que fuera donde fuera con él, pasara lo que pasara, estaba haciendo lo correcto». Obvio no puede pasarse por alto la relación que ha sostenido con el célebre director de lo oscuro Tim Burton, misma que los ha llevado a filmar varias cintas con Depp como protagonista, interpretando a seres extraños en mundos imposibles.
Pintura de Johnny Depp dedicada a Tim Burton
El cine, la música (es un apasionado del rock), los tatuajes (cerca de 20), sus hijos (Jack y Lily-Rose) y los libros (es un lector empedernido) han sido elementos fundamentales en la vida del nacido en Owensboro, Kentucky, en 1963, y que por cuyas venas corre sangre cherokee. Sin embargo, sus inquietudes no se han quedado estancadas en ello. La creación de lienzos también ha sido refugio para aquellas noches de pesadumbre y melancolía que han inundado el espíritu de un hombre complejo, uno con alma de niño y un gusto muy marcado por lo extraño y fuera de lo convencional.
Depp en su estudio en Los Ángeles, California
Como buen marginado social, como hombre tímido que busca en lo raro una manera de definirse, eligió la pintura durante una parte de su vida para aislarse del mundo y explorar otras posibilidades. Pintó retratos de su admirado Marlon Brando –con quien coincidió en el rodaje de Don Juan de Marco en 1995 y sobre quien expresó que «fue un gran maestro, un gran mentor, un gran amigo»– y de otro de sus amigos más allegados: Keith Richards, el guitarrista de la legendaria banda de blues y rock n’ roll, The Rolling Stones.
Acerca de Keith Richards, el actor dijo: «Fue una de las personas a las que admiro por lo que ha hecho y por cómo lo ha manejado. Cuarenta y tantos años de ser un dios. Es simplemente genial»
Otros de los personajes a los que ha dedicado un pedazo de su talento, inspiración e imaginación son los músicos Patti Smith, Bob Dylan y el escritor Jack Kerouac, quien también pertenece a sus autores predilectos, un hombre que se volvió referente de la cultura beat y que apostó por la espiritualidad, las drogas, la literatura y una vida libre como el método ideal para existir. Por ello se entiende que el actor vea en él un reflejo de sí mismo y le haya dedicado un retrato.
Patti Smith, según la visión de Johnny Depp
Los objetos cotidianos cargados de un valor sentimental también desfilan por el lienzo del guitarrista de Hollywood Vampires. Un ejemplo de ello es la pintura donde el personaje central es una bota suya: «Mi bota es como una vieja novia. ¡Siempre estamos juntos y vivimos tantas cosas juntos! Solo quería darle un homenaje por su lealtad y su presencia».
En su brazo izquierdo lleva uno de los tatuajes más icónicos y especiales de su vida: aquél con dedicatoria especial para su madre, Betty Sue, por quien siempre mostró una veneración muy especial y a quien le compró un rancho en Kentucky con un valor de un millón de dólares. No conforme con ello, el actor también realizó una pintura del rostro de Betty Sue, a quien considera uno de los seres esenciales en su existencia.
Su expareja, la modelo francesa Vanessa Paradis, también fue la musa que llevó al rockero a inmortalizarla mediante una mezcla de colores que recoge todo el amor que sintió por ella. Incluso fue el autor de la portada de uno de sus discos, pues hay que recordar que Vanessa también ha hecho una carrera como cantante.
«Jamás he abandonado al niño que llevo dentro de mí y me sigo sintiendo como un joven. Espero seguir llevando gorros o cuervos durante muchos años», dijo el intérprete en una entrevista con la revista Glamour. Es importante rescatar esta declaración, ya que nos hace notar uno de los motivos de pintar y hacer arte: entregarse a ello es una especie de juego, ya que se vacían de manera natural las emociones, los miedos y los deseos del alma infantil, la única que puede mostrar de manera espontánea todo lo que hay en su interior con la claridad de un espejo.
Hollywood y el mundo de la música han visto cómo varias de sus figuras se han entregado a la pintura como escape, terapia o complemento de sus emociones; es el caso del arte psicodélico de Jim Carrey que lo ha ayudado a superar diversos problemas, y las pinturas tenebrosas del Reverendo Manson, que demuestran su lado más sensible e íntimo.