Cuando viajamos somos susceptibles a distintos síndromes y afecciones a nuestra salud que trae el nuevo entorno en que nos encontramos. Uno de ellos es el Síndrome de Stendhal, un padecimiento que nos da cuando experimentamos belleza extrema
Seguramente todos hemos oído hablar alguna vez del Síndrome de París, un padecimiento que produce incomodidad y rechazo a los japoneses que visitan esa ciudad. Sin embargo, ese no es el único peligro al que los viajeros se enfrentan en el extranjero, ¿sabías que la belleza extrema también nos puede afectar?
Esto es lo que se describe como ‘Síndrome de Stendhal’ o ‘Síndrome de Florencia’, un trastorno que sufren algunos turistas cuando se enfrentan a la belleza del arte dentro de una ciudad y tienen una reacción adversa que se traduce en distintos síntomas negativos.
Es normal que la belleza nos emocione y nos deje sin aliento, sin embargo, estos también pueden ser síntomas del síndrome si te impiden seguir disfrutando de lo que tienes enfrente.
Cómo saber si tengo Síndrome de Stendhal
Las víctimas del síndrome pueden sentir fatiga, presión en el pecho, aumento del ritmo cardíaco, mareos y visión borrosa, sudoración y hasta ansiedad y estrés descontrolado.
De igual forma la psiquiatra Graziella Magherini, quien estudio a distintos pacientes para entender mejor el síndrome, cataloga los síntomas en tres grupos distintos de acuerdo a la forma en que nos pueden afectar:
A pesar de que los síntomas suenen peligrosos, en realidad no llegan a mayores y usualmente son atribuidos al cansancio ‘normal’ que produce viajar, por lo que las personas esperan a que pasen sin enterarse que acaban de sufrir el síndrome.
¿De dónde viene el nombre?
Se cree que el primer caso de este síndrome, o al menos el que le dio el nombre, lo sufrió un escritor francés que viajó a Florencia en 1817 llamado Henrie-Marie Beyle, cuyo seudónimo era Stendhal.
El hombre relató en uno de sus escritos cómo la belleza de la ciudad le ocasionó distintos malestares: «Saliendo de Santa Croce, me latía el corazón, la vida estaba agotada en mí, andaba con miedo a caerme».
Los padecimientos de Stendhal se trataron como un caso aislado hasta que Magherini los identificó como un cuadro psicosomático más de un siglo después, en 1979, y lo nombro ‘Síndrome de Florencia’.
Padecimiento real o sugestión de la mente
A pesar de que varias personas han reportado los mismos síntomas que el escritor francés sufrió hace años, los manuales de psicología y medicina aún no reconocen el Síndrome de Stendhal como una enfermedad formal.
La aceptación del padecimiento es más a un nivel social, aunque no siempre fue así: en los años en que Magherini lo formalizó la comunidad científica, al no encontrar suficientes fundamentos para considerarla como una enfermedad real, creyeron que se trataba de un intento por promocionar la ciudad de Florencia.
Sea cual sea la verdad, es cierto que muchos tenemos sensaciones a mayor o menor escala cuando apreciamos verdaderas obras de arte o belleza extrema y nos falta el aliento por su grandeza. Hay una gran variedad de sentimientos que podemos tener cuando viajamos.
La próxima vez que te pase, no lo taches de hipocondría o exageración, puede que sientas lo que Stendhal sufrió en su viaje a Florencia.
*Con imágenes de: Unsplash, Viviendo la salud
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