Cuando las instalaciones artísticas invaden el espacio público, el arte tiene una interacción directa con los habitantes de la ciudad y la obra se convierte en un elemento de la vida cotidiana.
Convivir con obras artísticas implica que nos volvemos parte esencial de ellas porque sin nuestra presencia no estarían completas, mientras irrumpen y se apropian del espacio le dan un nuevo sentido para el disfrute de todos los ciudadanos que ahora tienen la posibilidad de desviar la mirada de las grises y monótonas calles y encontrarse una perspectiva diferente para apreciar el mundo que los rodea.
En. México, la Ruta de la Amistad es un referente obligatorio e histórico de lo que sucede cuando el arte sale a las calles y se introduce en el camino y las actividades diarias, olvidándose del hastío del tráfico y el transporte público. Caminar por las calles se vuelve una experiencia distinta, nos volvemos más observadores y a través de la apreciación artística transformamos día a día la rutina urbana.
A continuación se exhibe una selección de instalaciones artísticas que utilizan las calles como escenario de libertad.
-Cosmogonía doméstica
Damián Ortega
Fue uno de los proyectos de apertura del Museo Jumex en la capital mexicana, Damián Ortega, estandarte del arte contemporáneo mexicano, salió del museo para desafiar la gravedad con una escultura semejante al sistema solar conformado por objetos tradicionalmente relacionados a la vida doméstica flotando en órbitas sin una lógica funcional. En un sistema social que exige la productividad, un espacio aparentemente inútil o lúdico como es el hogar resulta un aparato distractor de la única actividad verdaderamente importante en el ideal capitalista: el trabajo.
-Olek
Es el seudónimo de una artista polaca que llena de color las calles cubriéndolas con tejidos en gancho o crochet. Para ella, el tejido representa las relaciones de las que se conforma el mundo, desde las relaciones de dependencia entre nuestros tejidos y órganos, hasta los lazos de poder que unen las estructuras sociales. Su obra se caracteriza por colores brillantes y carácter escultórico, todo es posible en su imaginario tejido de hilos y caleidoscopios.
-Janet Echelman
Crea esculturas a gran escala de gran impacto visual que flotan en el cielo de las principales ciudades del mundo. Su historia es un ejemplo de creatividad y sensibilidad estética, pues inició su creación como artista plástica y la invitaron a participar en una exposición en India, pero sus pinturas nunca llegaron al lugar. Tuvo que pensar en una manera de manifestar sus intereses y lo resolvió presentando esculturas hechas de redes de pesca, ese hecho sembró en ella la inspiración para intervenir las nubes con efectos de color durante el día y fundirse con la luz de las estrellas cada noche mediante enormes redes que modifican el paisaje urbano.
-Cabina telefónica
Banksy
Banksy, intrigante ícono del arte urbano, realizó una serie de esculturas en las calles de Londres en 2006, interviniendo las tradicionales cabinas telefónicas británicas en un ready-made contemporáneo que representa su extinción. Las cabinas han sido dañadas, quizá por el paso del tiempo, quizá por el vandalismo, pero han sido sacrificadas. Una interpretación de la obra es que ha tomado un estandarte de la cultura conservadora antigua, y la ha modificado, tal como la cultura y la tecnología han influenciado las comunicaciones y el estilo de vida en la sociedad globalizada, los íconos deben cambiar junto con ella, la ciudad debe modificarse junto con sus habitantes.
-Tunnel House
Dan Havel y Dean Ruck
Las casas que está en espera de su demolición, de la mano de estos dos artistas, se convierten en obras efímeras al ser intervenidas en su totalidad. Es un gesto arquitectónico, atraviesan las construcciones de un extremo a otro para que las personas la recorran completamente en segundos. Por fuera parece que la casa ha sido semi devorada por un agujero negro, formando un túnel hacia su interior, recorrerla es una experiencia no apta para claustrofóbicos pues el espacio poco a poco se reduce.
-Hombres de hielo
Nele Azevedo
El calentamiento global es un tema recurrente en el arte que responde a las problemáticas actuales, porque la obra de arte por sí misma es un canal de reflexión y conciencia sobre un fenómeno. Pero la instalación de Azevedo va más allá de lo superficial y del derretimiento, las cinco mil esculturas miniatura que conforman la pieza son un memorial efímero de las víctimas de la Primera Guerra Mundial, cifras por lo general opacadas por los exorbitantes fallecimientos durante el Holocausto, pero igualmente importantes.
En las escaleras de Chamberlain Square, en Reino Unido se representaron como presencias fantasmales colocadas por voluntarios. La intención de Nele Azevedo proponía una nueva forma de erigir monumentos, no como estructuras vacías que perduren y al final se olvide su intención fundamental, sino como un acto momentáneo que se derrite con el sol de un nuevo día.
-Topografía de la guerra
Doris Salcedo
En el marco temporal de la Bienal de Estambul en el 2003, la artista colombiana Doris Salcedo recopiló mil 550 sillas y las apiló en un terreno baldío entre dos edificios. De esta manera, Salcedo representó visualmente las masas, la multitud que no se puede contar a simple vista, de víctimas de los conflictos armados mundiales. Miles de sillas que han perdido su función porque las personas que estaban destinadas a ocuparlas han sido asesinadas por la crueldad humana en una lucha sin sentido. Una metáfora del sitio vacío que deja cada pérdida humana en su ciudad, en su hogar, y en su familia.
-Proyecto Meraki
Cultura Colectiva
“Meraki” significa hacer todo con el alma y la creatividad, y ese es el objetivo de la instalación monumental que está recorriendo la Ciudad de México en espera de que los ciudadanos la utilicen para plasmar sus ideas y pensamientos. Es una pelota negra gigante, que ha crecido junto con las ganas de jugar y crear que permanecen en el interior de todos los seres humanos sin importar la edad. Todos podemos formar parte del arte, todos tenemos alma de artista y Cultura Colectiva es la plataforma que nunca pierde el objetivo de fomentar la creatividad para que no olvidemos que el arte puede compartir con nosotros los espacios públicos de la ciudad.
-Zapatos rojos
Elina Chauvet
Esta obra de arte público es un intento por mostrar de manera visible la violencia hacia las mujeres. El color rojo, símbolo universal de sangre y peligro, y los zapatos como objetos asociados a lo femenino funcionan como el documento o registro de una desaparición. Las calles se tiñeron para llamar la atención y compartir públicamente el duelo por madres, esposas, hijas y amigas que no viven más que en la memoria de quienes las amaron.
-Mademoiselle Maurice
El grafitti no es la única manera de crear murales llenos de color y expresividad, la artista francesa Mademoiselle Maurice lo demuestra con sus instalaciones urbanas hechas de figuras de origami. El papel es su herramienta de expresión, imprime su energía en cada composición que ha escalado paredes en ciudades como París, Suecia, China, e Italia. Su obra armoniza con el paisaje, se integra en la vida diaria y reparte vibraciones de color en las inertes construcciones.
Si quieres formar parte de la historia de una instalación artística para crear y difundir el arte. Cultura Colectiva te invita a formar parte de Proyecto Meraki como una celebración a los cuatro años de la plataforma para artistas emergentes, pero también como el recordatorio de que todos podemos crear.
Si quieres formar parte de este proyecto colectivo, sigue a Cultura Colectiva en todas sus redes sociales para saber cómo, cuándo y dónde podremos crear juntos:
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